El FMI asegura que eliminar las barreras internas permitiría a Europa alcanzar a Estados Unidos en renta per cápita
La institución multilateral calcula que la productividad de la UE aumentaría un 20% si se aceleraran las reformas para armonizar legislaciones, facilitar la movilidad laboral o abrir sectores protegidos
Mario Draghi ha convertido el verbo en un elemento de alquimia económica. Si hace más de una década formuló una frase que empezaba con 14 palabras para alejar los fantasmas sobre Europa (Whatever it takes...), la semana pasada martilleó en Madrid con la siguiente: “La Unión está en una situación más complicada que hace un año y necesita invertir 1,3 billones y hacer las reformas imprescindibles para no quedarse atrás. Hay que ir más aprisa. Queda menos tiempo”.
Hace ya más de un año que el mago italiano, ex presidente del BCE, ex primer ministro italiano y el personaje en el que muchos han puesto sus esperanzas para revitalizar a la vieja Europa, presentó su informe con el análisis y las recetas para rescatar a la UE de su parálisis. Pero en esta ocasión sus palabras parecen haber caído en el vacío. Ahora es el Fondo Monetario Internacional (FMI) el que insiste en convertir en prosa los versos del alquimista italiano. “Con el impulso del crecimiento desvaneciéndose, Europa se está instalando en una senda lenta y mediocre a medio plazo”, ha advertido Alfred Krammer, economista principal del FMI para Europa, durante la presentación en París del informe Lograr el éxito de las reformas europeas sobre el terreno. Un título elocuente que no deja lugar a dudas de su intención.
El informe insta a las autoridades europeas a eliminar las barreras internas para recuperar el terreno perdido con Estados Unidos.
Los economistas del Fondo calculan que la renta per cápita de Estados Unidos es un 30% superior a la del Viejo Continente. “Y está destinada a ampliarse aún más”, subrayan. El problema fundamental es la productividad, sostienen. A Europa no le falta capital ni mano de obra. Simplemente, no produce suficientes recursos. Alrededor de tres cuartas partes de la brecha con Estados Unidos se deben a una menor productividad, remarcan.
“La eliminación total de las brechas estructurales en materia de políticas internas y la reducción de las barreras transfronterizas intracomunitarias al comercio y la movilidad laboral hasta niveles similares a los de EE UU aumentarían la productividad de la UE en un 20,2%“, señala el documento, que remata: ”Considerando los efectos indirectos derivados de una mayor inversión, dicho paquete prácticamente cerraría la brecha de ingresos transatlántica“.
Incluso un paquete de reformas “intermedio”, que puede resultar más realista, debido a la encrucijada política de Europa, aumentaría los ingresos en casi un 9% si solo se cerraran la mitad de estas brechas internas. “Esa es la magnitud del potencial sin explotar de Europa”, subraya el documento analítico.
El FMI urge a adoptar las reformas necesarias para armonizar la legislación, permitir la movilidad de capitales y que las empresas puedan competir en un mercado europeo más grande, sin exigencias burocráticas diferentes en cada país miembro.
Enumera un buen paquete de deberes: modernizar las regulaciones del mercado laboral para reasignar los recursos, invertir en capital humano, mejorar los sistemas tributarios y abordar las deficiencias de gobernanza. También plantean armonizar las regulaciones, abrir sectores protegidos, impulsar la unión de ahorro e inversión y eliminar las barreras a la movilidad laboral; las regiones en expansión necesitan viviendas asequibles y servicios públicos que se adapten al crecimiento; el apoyo a las regiones rezagadas debería aliviar los costos de ajuste, pero no impedir que los recursos se trasladen a donde son más productivos. Las políticas territoriales pueden ayudar a paliar temporalmente los costos de ajuste derivados de las reformas y deben complementarse con reformas estructurales para mitigar las pérdidas de forma duradera.
Los técnicos del organismo dirigido por la búlgara Kristalina Georgieva proyectan un débil crecimiento para la zona euro del 1,2% para este año, y una décima menos para el próximo. Y aunque vislumbran un ligero repunte en 2027 por el mayor gasto público de Alemania, calculan que el desempeño de la economía europea volverá a ese ritmo lánguido, un 1,1%, en 2028. “Este camino deja a Europa creciendo muy por debajo de su tendencia anterior a la covid, alerta Krammer.
La propuesta del FMI para multiplicar la productividad y la renta per cápita es factible porque alrededor del 60% del PIB de la UE se genera en los centros de productividad de Europa, donde se agrupan empresas, trabajadores y las ideas. “Estos centros ofrecen una ventaja natural en productividad: las empresas pueden compartir mayores recursos, acceder a mercados más amplios y aprender unas de otras. Pensemos en Silicon Valley, el corredor del Benelux, la zona de alta tecnología de Baviera o la región de Île-de-France”, apunta el informe
El Fondo señala algunos de los obstáculos para el crecimiento: acceso fragmentado al mercado, dinamismo limitado del sector privado, barreras a la movilidad, etc. “Los costes comerciales entre los Estados miembros equivalen a un arancel medio del 40% sobre las mercancías, mucho más elevado que el que afrontan las empresas estadounidenses que comercian entre estados”. En muchas regiones, el empleo privado representa una proporción demasiado pequeña del total de empleos, lo que lastra la innovación y la competencia.
“Si las regiones mejoraran el acceso al mercado y la participación del sector privado desde la mediana de la UE hasta el percentil 75, la productividad aumentaría en casi un 5%, tres puntos por un mejor acceso al mercado y dos por una mayor actividad del sector privado”, aconsejan los técnicos del FMI.
“Europa necesita liberar su talento”
El Fondo pone de ejemplo la movilidad laboral en En Estados Unidos, donde los trabajadores se trasladan con facilidad para aprovechar las oportunidades. En Europa, la movilidad —tanto dentro de los países como entre ellos— es mucho menor. “Un joven ingeniero en Nápoles o un desarrollador de software en Tesalónica puede tener dificultades para conseguir un trabajo en Múnich o Lyon, no por falta de habilidades, sino por obstáculos como pensiones no transferibles, cualificaciones no reconocidas o viviendas inasequibles en centros en crecimiento”, sostiene.
Y propone que reducir los costes de movilidad podría aumentar la productividad de la UE en aproximadamente un 1,8%. Pone de ejemplo los casos de Irlanda, donde la movilidad internacional ha ayudado a crear una mano de obra cualificada que se encuentra entre los factores que atraen a las multinacionales a invertir en el país. Y España, con gran atractivo para los jóvenes trabajadores altamente cualificados del sector tecnológico desde la covid, lo que ha beneficiado a la economía. “Esto no es fuga de cerebros, es circulación de cerebros”.
Por último, el Fondo recuerda que el sistema financiero europeo sigue estando fragmentado. Y lo ejemplifica con el capital riesgo. “Las empresas de la UE tienen dos tercios menos de probabilidades de recibir financiación de capital riesgo que sus homólogas estadounidenses, y cuando la reciben, las cantidades son aproximadamente la mitad”.
La armonización de los regímenes jurídicos corporativos podría incrementar los flujos de capital riesgo transfronterizos en la UE en torno a un 13%, y la simplificación de los procedimientos de retención fiscal en torno a un 20%.
En cuanto a los efectos distributivos: cuando simulamos el paquete de reformas que cierra (solo) la mitad de las brechas políticas a nivel nacional y de la UE, todos los países ganan y la mayoría de las regiones se benefician.