Chicago, el bastión demócrata que lucha contra el desprecio al turismo de Trump
Amenazada con el despliegue de la Guardia Nacional por su supuesta inseguridad, la ciudad pugna por conservar las llegadas de viajeros mexicanos y canadienses, que representan un 35% de los viajeros internacionales
Chicago está en el punto de mira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y la principal razón es que el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, elegido en 2023, está en las antípodas de lo que Trump considera idóneo para gobernar: un dirigente de raza negra, demócrata y sindicalista, que ha c...
Chicago está en el punto de mira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y la principal razón es que el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, elegido en 2023, está en las antípodas de lo que Trump considera idóneo para gobernar: un dirigente de raza negra, demócrata y sindicalista, que ha convertido a la capital de Illinois en un “santuario” para los inmigrantes indocumentados. Sin olvidar que Barack Obama, el presidente demócrata anterior al primer mandato de Trump, salió de una ciudad que siempre se ha considerado como feudo del partido rival de los republicanos.
Amenazada por ser vigilada por agentes de la Guardia Nacional, tal y como ha sucedido en Washington y Los Ángeles y seguramente ocurrirá en Portland (las tres ciudades están gobernadas por demócratas), Chicago ha sido una fijación para Trump desde que llegó a la Casa Blanca en enero y la prueba más evidente es la puesta en marcha el pasado 9 de septiembre de la denominada Operación Midway Blitz, por la cual agentes federales están intensificando las medidas de control migratorio en Chicago, algo rechazado tanto por Johnson como por el gobernador de Illinois, JB Priztker. Ambos se han afanado en rechazar ese acoso a la inmigración como las insinuaciones de que es una ciudad insegura.
Todo eso, unido a la guerra comercial con Canadá, su principal emisor de turistas internacionales, podría estar detrás de la ralentización del turismo en una de las ciudades más visitadas de EE UU. En 2019 alcanzó su récord histórico, con 61,5 millones de visitantes, de los que 59,37 millones fueron estadounidenses y 2,2 millones fueron extranjeros. Entre los extranjeros, Canadá aportó un 25% (544.000) y México en torno a un 10% (206.000). El restante 70% se repartió entre el resto de emisores europeos, americanos y asiáticos.
Al contrario que el resto de grandes destinos (EE UU es el tercero más visitado del mundo), Chicago no ha alcanzado ni de lejos las cifras prepandemia. En 2024 cerró con 55,3 millones, seis millones por debajo de 2019, con un comportamiento muy diferenciado entre el mercado nacional y el internacional. Mientras que el turismo internacional superó ligeramente los dos millones de viajeros en 2024 (165.000 menos que en 2019, de los que 74.000 correspondieron a Canadá), el doméstico se quedó en 53,3 millones, prácticamente seis millones menos que antes de la pandemia.
Y dentro del doméstico hay una gran diferencia entre el turismo de negocios, que sí superó con holgura las cifras prepandemia, consolidando a la ciudad del viento como uno de los centros de negocios del país (14,46 millones de viajeros al cierre de 2024, 1,6 millones más que en 2019), y el turismo de ocio, que se ha hundido desde la pandemia. Desde los 46,54 millones de viajeros que acumuló en 2019 se ha desplomado hasta los 38.84 millones en 2024.
¿Cuáles son las razones que han provocado este desajuste? Kristen Reynolds, consejera delegada de Choose Chicago, la agencia de promoción turística de la capital de Illinois, apunta que, si bien no se han alcanzado las cifras prepandemia en llegada de viajeros, sí se ha hecho en gasto y en ocupación. “Hemos alcanzado un nuevo récord en el primer semestre de 2025″. La peor evolución del mercado canadiense y mexicano la achaca a las medidas de Trump contra el libre comercio a Canadá y contra la inmigración en México. “Hay mucho apetito por venir a Chicago porque los viajeros saben que es una de las ciudades más respetuosas con la diversidad y la inmigración. Tanto nuestro alcalde como el gobernador de Illinois han hecho una defensa a ultranza de esos valores como algo que no van a cambiar bajo ningún concepto”, apunta en una entrevista con Cinco Días.
Otra de las razones que ha provocado esta campaña local en favor del turismo es su decisiva contribución a la economía de Chicago, con un gasto anual de 20.900 millones de dólares (17.893 millones de euros) y una contribución a las arcas locales de 2.800 millones de dólares (2.385 millones de euros). “Chicago no es Nueva York. No hay problemas de turismo masivo. Tenemos mucho margen para seguir creciendo, tanto en el turismo doméstico como en el internacional, especialmente en invierno”, concluye Reynolds.