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El BBVA confía en que Bruselas despeje la fusión con el Sabadell en tres años

El banco que pilota Carlos Torres se aferra al expediente abierto por la Comisión Europea y a la nueva regulación de capital

El BBVA espera que, si la opa hostil sobre el Banco Sabadell sale adelante, pueda acometer la fusión con la entidad catalana en tres años, tan pronto como expire ...

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El BBVA espera que, si la opa hostil sobre el Banco Sabadell sale adelante, pueda acometer la fusión con la entidad catalana en tres años, tan pronto como expire la condición de mantener la independencia estratégica de ambos bancos impuesta por el Consejo de Ministros. Si bien la legislación bancaria establece que también entonces el Gobierno pueda aprobar o no esta unión y llevar la espera a cinco años, el banco que preside Carlos Torres confía en que el expediente abierto a España por la Comisión Europea le obligue a modificar la legislación antes de los primeros tres años. La cuestión es clave para que el BBVA pueda aflorar las sinergias previstas con la transacción.

En el folleto de la opa, el BBVA alude a a ese expediente, en el que Bruselas considera que la regulación española en banca y en competencia que “otorgan al Gobierno español poderes ilimitados para intervenir en fusiones y adquisiciones de bancos, vulneran las competencias exclusivas del Banco Central Europeo y de los supervisores nacionales con arreglo a la normativa bancaria de la UE”, así como “constituyen restricciones injustificadas a la libertad de establecimiento y a la libre circulación de capitales”.

El Gobierno español tiene un plazo de dos meses para responder al Ejecutivo comunitario. El BBVA matiza que, si la respuesta no es satisfactoria, la Comisión Europea puede emitir un dictamen y remitir la cuestión al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). “Como consecuencia del procedimiento abierto por la Comisión Europea, España podría tener que modificar su legislación en materia bancaria y de competencia para eliminar todas o parte de las facultades otorgadas al Gobierno español para intervenir en fusiones y adquisiciones de bancos”, cita el folleto.

Paralelamente, la Comisión Europea ha aprobado, en su nueva directiva de capital, una regulación que refuerza los poderes de los reguladores, como el BCE, en las autorizaciones de las fusiones bancarias en contra de los Gobiernos. España deberá trasponer esta directiva antes de 2026 para no enfrentarse a una sanción. La normativa española data del Gobierno de Mariano Rajoy, cuando Luis de Guindos era ministro de Economía. Guindos ahora jugará un papel relevante como vicepresidente del BCE. El consejero delegado del BBVA, Onur Genç, se refirió a esta cuestión esta misma semana, ante preguntas de los inversores en un encuentro organizado por Bank of America en Londres.

Por si esto fuera poco, el BBVA cuenta con un elemento más que puede acelerar tanto la fusión como la consecución de las sinergias. Ha recurrido ante el Tribunal Supremo la condición extra que impuso el Gobierno, la que blinda la autonomía estratégica de los dos bancos. El Gobierno la impuso en el marco de la ley de Competencia (no la de solvencia bancaria), al pasar la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el análisis de la transacción a una segunda fase, lo que abría la puerta a que las condiciones impuestas por el regulador fuesen revisadas por el Ejecutivo en el marco del interés general. El BBVA, en este sentido, considera que el Gobierno solo podía suavizar las condiciones y nunca endurecerlas como terminó ocurriendo. Si el Supremo termina por tumbar esta condición, el BBVA pretende realizar la fusión de ambos bancos inmediatamente, lo que podría adelantar este movimiento a menos de tres años.

Todas estas cuestiones son clave para el BBVA. De acuerdo al folleto, esperan lograr hasta 900 millones en sinergias por la transacción. Durante los tres años que dura la condición del Gobierno, reduce estas ganancias a 235 millones de euros. Eso sí, una vez que expire esta condición, el BBVA considera que podrá aflorar los 900 millones en un año, con una fusión exprés, un proceso de reducción de empleo y un proceso de cierre de 300 oficinas. Para ello afirma que prepara las sinergias durante los tres años que dure el blindaje gubernamental.

El Sabadell discrepa de este calendario. El consejero delegado, César González-Bueno, ironiza con que el BBVA consiga aflorar todas las sinergias “en el nanosegundo siguiente” a la operación. Según los cálculos de este banco, el BBVA no podrá lograr ni un euro en ahorros mientras dure la condición que blinda la autonomía estratégica; y después se queden en 750 millones. De hecho, abre la puerta a que ningún Gobierno ni ahora ni en tres o cinco años tendrá muchos incentivos en aprobar la fusión y que dar luz verde a la desaparación del Sabadell tendría un alto coste político en Cataluña.

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