Los desahucios por impago de hipoteca se disparan un 28% en el segundo trimestre
Los datos del INE muestran un aumento de las ejecuciones hipotecarias tanto de viviendas principales como de segundas residencias
España registró entre abril y junio 4.133 ejecuciones hipotecarias sobre viviendas, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este miércoles. Esto supone un incremento considerable de estos procesos, que crecen un 20,5% respecto al primer trimestre y un 27,8% en términos interanuales. Ese avance respecto al año pasado sobresale en comparación con el resto de la serie histórica: los datos, que empiezan en 2014, solo recogen un salto interanual mayor y se dio durante el anómalo periodo de la pandemia.
En términos absolutos, hay que retroceder hasta el último trimestre de 2022 para encontrar otro trimestre en que hubiera más de 4.000 ejecuciones hipotecarias. Este proceso no supone exactamente un desahucio, pero sí es uno de los pasos que pueden acabar con una familia expulsada de su vivienda al no haber cumplido con los pagos.
El indicador tampoco es un termómetro del total de desahucios porque hace mucho tiempo que la mayoría de desalojos de se producen por impago del alquiler. Según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial, en el primer trimestre de 2025 un 77% del total de desahucios, más que nunca, se correspondieron con inquilinos.
Respecto a los datos difundidos este miércoles por el INE, el alza de las ejecuciones hipotecarias es similar en viviendas de uso principal (28,1% respecto al año pasado) y en segundas residencias (27%). Las primeras son mayoría en estos desalojos por mandato judicial, 2.902 de uso principal en el segundo trimestre, frente a las 1.231 restantes. Los desahucios de viviendas principales suponen el 70% del total. Hace una década, en los rescoldos de la Gran Recesión, la proporción era la contraria: había más desahucios de viviendas que no eran de uso principal.
A la vez, cabe subrayar que la mayoría de desahucios se dan en viviendas de segunda mano, no en las de obra nueva. Esto es, según el INE, cuando tiene menos de un año de antigüedad desde la finalización de la obra. En las de segunda mano hubo 3.709 desahucios, frente a 424 en obra nueva.
La estadística se explica aún mejor al observar el año en que fueron constituidas las hipotecas de las viviendas sobre las que recae el desahucio. Es decir, cuándo adquirieron el inmueble los propietarios desahuciados. Así, el periodo 2005-2008 concentró el 45,6% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas este trimestre. Es una proporción muy superior a la de las hipotecas constituidas en el último lustro (2020-2024), un 6,4%, y una muestra del extraordinario influjo que la burbuja inmobiliaria de principios de siglo sigue ejerciendo sobre el mercado.
El portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Francisco Morote, cree que este incremento conecta con dos razones. En primer lugar, “el largo periodo de tipos altos de interés que, combinado con bajos salarios, provocó que mucha gente no pudiera hacer frente a los pagos de sus hipotecas”. También considera que “la ambición de los bancos por hacerse con las casas en un momento de alza incontrolada de precios”. Morote calcula que las entidades obtendrán esas casas “por no más de un 70% del valor hipotecado” y después “podrán venderlas por alrededor de un 60% más”.
Es una reflexión muy diferente a la que emiten fuentes bancarias. Consideran calve subrayar que los desahucios de personas vulnerables están congelados hasta 2028, suspensión prorrogada por unanimidad en el Congreso en junio del año pasado. No creen que este incremento denote un cambio de tendencia a peor en el pago de hipotecas, ya que no se explica por la coyuntura. Es decir, con el paro en mínimos desde 2008 y el número de personas ocupadas en cifras récord, junto a una previsión sostenida de crecimiento del PIB en el futuro, fuentes bancarias descartan que estos datos del INE se puedan interpretar como el inicio de un ciclo de impagos.
El incremento de ejecuciones en el segundo trimestre ha provocado que en la primera mitad de 2025 estas hayan ascendido a 7.562. Supone un incremento del 15,5% respecto a las 6.546 ejecuciones del primer semestre de 2024. También supera por poco al balance de los seis primeros meses de 2023 (7.430), pero no al de 2022 (10.051).
Más allá de los 4.133 desahucios de viviendas, la estadística del INE también recoge otras 2.274 ejecuciones, repartidas entre otro tipo de fincas urbanas (1.697), solares (228) y lo que el instituto estadístico cataloga como fincas rústicas (349).