La huelga en la seguridad de Barajas obliga a Iberia a reubicar a miles de viajeros que pierden sus vuelos
Las esperas en los controles de equipaje han sido hasta de 55 minutos esta mañana y la aerolínea contabilizó ayer 2.192 clientes que llegaron con el embarque cerrado
Los efectos de la huelga indefinida de parte del personal de seguridad privada en el aeropuerto de Madrid-Barajas, por el conflicto laboral en la empresa Trablisa, está yendo mucho más allá de los tiempos de espera ante los filtros de control del equipaje. La terminal 4 (T4) es el punto neurálgico de la protesta desde el pasado domingo y la aerolínea con más actividad allí, Iberia, vio ayer como perdían sus vuelos hasta 2.192 viajeros, haciendo interminables colas a escasos metros de las puertas de embarque. La aerolínea tuvo que reubicar a la mayoría de esas personas en otros aviones a lo largo de la jornada, con la dificultad de que una parte de los afectados viajaban al extranjero y contaban con menos posibilidades. El domingo, Iberia ya había contabilizado más de 1.500 viajeros que se quedaron fuera de su vuelo inicial, y este martes sigue habiendo clientes que no pueden llegar en hora. Rn concreto, Iberia ha atendido a 890 viajeros con vuelo perdido hasta las 11:45 de la mañana.
Desde la compañía aérea se habla de un nuevo pico de hasta 55 minutos de espera ante los puestos de control en torno a las 7:30 horas de esta mañana. Las colas han sido mayores de lo habitual incluso desde una hora antes, pero en Iberia se reconoce que en el arranque de esta jornada la coordinación entre Aena, las fuerzas de seguridad del Estado y las propias aerolíneas está ayudando a una mayor fluidez en el paso de los viajeros. El gestor aeroportuario ha contabilizado tiempos medios de espera de 20 minutos, con mejor situación en las terminales 1, 2 y 3 que en la T4. Entre las recomendaciones para reducir demoras o evitar la pérdida de vuelos está la de acudir con más tiempo de lo normal al aeropuerto y facturar el equipaje frente a las esperas por la supervisión del mismo.
La directora de Recursos Humanos de Trablisa, Pilar Albacete, ha insistido en que “solo 21 de los 850 efectivos del servicio de seguridad en Barajas están en una huelga que la compañía considera ilegal” por novatoria o tratar de tumbar las condiciones pactadas en el convenio sectorial y entre la empresa y la representación de los trabajadores. Sin embargo, desde la dirección se ha denunciado que en los controles se está produciendo una huelga de celo que ralentiza la tarea de inspección del equipaje y, con ello, el tránsito de los viajeros hacia las puertas de embarque. De ello han dado fe decenas de viajeros en las redes sociales.
Trablisa advirtió que ejercerá “todas las acciones legales que le asisten en derecho, en todos los órdenes jurisdiccionales, con especial énfasis en la exigencia de responsabilidades penales y patrimoniales”. De momento ha pedido la declaración de huelga ilegal y medidas cautelares para que un juez levante el paro ante el efecto que está teniendo en una indraestructura crítica.
Pilar Albacete ha enfatizado que los sindicatos mayoritarios están al margen de esta protesta, pero reconoce que su empresa podría encontrarse con reclamaciones económicas por parte de las aerolíneas impactadas en su operativa. De darse esa situación, la compañía extendería una demanda al comité de huelga.
Este órgano, según la empresa, reclama medidas salariales inasumibles, como son distintos pluses valorados en su totalidad en unos 1.000 euros mensuales por trabajador. Otros puntos ante los que la firma de seguridad privada no está dispuesta a ceder son el de la revalorización de la hora extra en un 75%, que Albacete ha cifrado entre 12 y 16 euros, y la jubilación anticipada a los 52 años de edad.
Los servicios mínimos decretados por la Delegación del Gobierno en Madrid alcanzan el 100% del servicio, ante lo que Trablisa señala que las acciones de huelga están comprometiendo la operativa de Barajas y causando graves perjuicios a los pasajeros. Desde la compañía que opera en las cuatro terminales del aeropuerto se exige que concluya una huelga que viola la paz social que impone la negociación colectiva.
Este conflicto laboral en el mayor aeropuerto del país coincide con la llamada de la asociación empresarial de referencia en el sector, Aproser, a la negociación del próximo convenio de seguridad privada. El nuevo marco laboral entraría en vigor en 2027 y englobaría a más de 80.000 trabajadores. El convenio actual viene de 2023 y supuso una subida salarial del 16%. Desde UGT, sindicato mayoritario en el sector, se hace hincapié en la necesidad de actualizar los salarios y se critica que las empresas ofrezcan servicios con precios a la baja, lo que va en detrimento de la calidad y de los derechos de los trabajadores.