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Francia mejora su previsión de crecimiento económico a pesar de la incertidumbre

El instituto de estadística galo eleva dos décimas, hasta el 0,8%, el avance del PIB para este año, aunque sigue pesando la desconfianza en las empresas y hogares

En esta semana turbulenta para Francia, con cambio de Gobierno y protestas en la calle, la única noticia positiva llega del ámbito económico. El Instituto Nacional de Estadística francés (Insee) ha revisado al alza la previsión del crecimiento del país. El PIB avanzará un 0,8 este año, dos décimas más que el cálculo del pasado junio, gracias al impulso de sectores como la aeronáutica o el turismo. La previsión del Gobierno es del 0,7%.

El organismo publicó este jueves su informe sobre la coyuntura económica, que no anticipa un crecimiento boyante, pero al menos no empeora los indicadores. Llega después de la dimisión del ex primer ministro, François Bayrou, el pasado martes tras perder el día antes un voto de confianza en la Asamblea por sus impopulares recortes presupuestarios.

Según explica a EL PAÍS Dorian Roucher, jefe del departamento de coyuntura del Insee, “esta ligera mejora de la actividad está vinculada al buen comportamiento de sectores muy particulares, como el aeronáutico, a la reactivación del mercado inmobiliario tras tres años a la baja, y al sector agrícola, con cosechas mejores que las del año pasado”.

La producción aeronáutica creció un 7% y otra sorpresa la dio el turismo. “No esperábamos tan buenas cifras, tras los Juegos Olímpicos del pasado verano anticipábamos cierto parón, pero no ha sido así”, señala.

Estos cuatro sectores han mantenido a flote la débil actividad en el segundo trimestre, que creció un 0,3%, una décima más de lo anticipado, tras un avance nulo en el primero. “A pesar del panorama sombrío, el crecimiento resistirá en el segundo semestre”, con avances del 0,3% y 0,2%, dice el organismo.

Pesa la incertidumbre mundial, pero sobre todo la interna derivada de la crisis política, y esto se traduce en un consumo contenido, el principal problema, pues es el motor de crecimiento de la economía gala. Según el Insee, seguirá estancado en el 0,5% este año mientras que el ahorro aumenta un 18%. “Persiste la falta de confianza, el consumo de los hogares no rebota y la tasa de ahorro de las familias no para de subir cada trimestre, lo que evidencia la falta de optimismo”, explica Dorian Roucher.

La inestabilidad se remonta a junio del año pasado, cuando Macron disolvió la Asamblea y convocó elecciones legislativas anticipadas, que dejaron el Parlamento fragmentado y sin mayorías. Desde entonces la situación de bloqueo ha tumbado ya a dos primeros ministros, Michel Barnier y François Bayrou, en su intento de sacar adelante paquetes presupuestarios con recortes históricos. Sebastien Lecornu, nombrado el martes por el presidente, Emmanuel Macron, es el tercero que el país tiene en un año.

Según el experto del Insee, “es difícil prever el impacto de la crisis actual en los indicadores económicos en los próximos meses, pero sí vemos que desde hace un año la incertidumbre pesa en la actividad y del lado de los hogares y las empresas se ha degradado”, añade Roucher.

Si esta desconfianza persiste “debilitaría la frágil actividad” económica, mientras que una recuperación de la confianza, si la situación política se estabiliza, ”desbloquearía los comportamientos de compra”, dice el Insee en su nota de coyuntura.

Bayrou presentó antes de verano unos recortes presupuestarios de casi 44.000 millones de euros, que justifica en la necesidad urgente de reducir el elevado endeudamiento del país. La deuda francesa supone el 113% del PIB y es una de las más elevadas de la UE. El déficit es del 6% y el objetivo de los recortes de Bayrou era atajarlo al 4,6%.

Esto en un contexto en el que la economía se ralentiza, al contrario que otros países europeos. El PIB francés avanzó un 1,6% en 2023, para suavizarse al 1,1% el pasado año. Si se cumplen las previsiones, lo hará un 0,8% en 2025. “La economía francesa va a contracorriente de Europa, pesan las mismas incertidumbres, pero la particularidad es la falta de consumo y una tasa de ahorro que no para de crecer”.

La decisión de Bayrou de someterse a un voto de confianza ha elevado la alerta en los mercados. Este viernes la agencia de calificación Fitch anunciará si degrada o no la nota de Francia, la que mide la capacidad de un país para pagar su deuda sin problemas.

Hace un año ya dio un toque de atención y mantuvo la nota con perspectiva negativa, ante el “desequilibrio presupuestario”, aunque destacó que Francia “tiene una economía amplia y diversificada, con instituciones sólidas y eficaces”. Una degradación de la nota este viernes podría frenar más las inversiones de las empresas y seguir mermando el consumo de los hogares.

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