Bruselas lanza su estrategia para contar con trabajadores más cualificados que aceleren la competitividad de la UE

El plan ‘Unión de Capacidades’ busca mejorar la educación, reforzar el aprendizaje continuado a lo largo de la vida laboral y facilitar el movimiento laboral tanto dentro de la UE como atrayendo a trabajadores con alta cualificación de fuera

La vicepresidenta de la Comisión para Derechos y Capacidades Sociales, Empleos de Calidad y Preparación, Roxana Mînzatu OLIVIER MATTHYS (EFE)

Europa se ha embarcado en una carrera de fondo para mejorar su competitividad, pero esta no irá a ninguna parte, quizás ni siquiera consiga arrancar del todo, si no cuenta con trabajadores cualificados a la altura de los desafíos industriales y tecnológicos que requiere una UE que busca no quedarse atrás frente a otros grandes bloques económicos, tanto al este como al oeste de sus fronteras. Y ahí, los Veintisiete tienen bastantes carencias. Por ello, la Comisión Europea ...

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Europa se ha embarcado en una carrera de fondo para mejorar su competitividad, pero esta no irá a ninguna parte, quizás ni siquiera consiga arrancar del todo, si no cuenta con trabajadores cualificados a la altura de los desafíos industriales y tecnológicos que requiere una UE que busca no quedarse atrás frente a otros grandes bloques económicos, tanto al este como al oeste de sus fronteras. Y ahí, los Veintisiete tienen bastantes carencias. Por ello, la Comisión Europea ha presentado este miércoles la Unión de Capacidades, un plan para mejorar las habilidades de los trabajadores —desde la educación básica en el colegio a su entrenamiento continuado a lo largo de su vida laboral—, facilitar su movilidad en la UE y, también, para atraer a los más capacitados extracomunitarios, sobre todo en sectores como el sanitario donde quedan muchos puestos por cubrir.

Hablamos mucho de competitividad, de inversiones, de tecnologías o de descarbonización… pero por muchos deseos y recursos que tengamos para ser más competitivos, también necesitamos personas cualificadas, formadas y con talento, a todos los niveles para lograrlo”, subrayó la vicepresidenta de la Comisión para Derechos y Capacidades Sociales, Empleos de Calidad y Preparación, Roxana Mînzatu, en un encuentro con periodistas para desgranar su plan, presentado formalmente este miércoles.

Un plan que adquiere urgencia, según Bruselas, cuando se mira la línea demográfica: si ya casi cuatro de cada cinco pymes tienen dificultades para encontrar trabajadores con las capacidades adecuadas, sobre todo en áreas como la Inteligencia Artificial o la computación cuántica, el problema no va a hacer más que acrecentarse conforme envejece la sociedad, con el consiguiente declive de la población activa, de 265 millones de personas en 2022 a 258 millones en 2030, según cálculos del Ejecutivo comunitario.

Con todo, en momentos en que Bruselas busca recursos hasta debajo de las piedras para financiar sus grandes necesidades en defensa —tema que centrará la cumbre extraordinaria de los Veintisiete este jueves, junto con Ucrania— y otras prioridades para impulsar la industria más allá de la seguridad, el plan para mejorar la competitividad no prevé dinero nuevo. Pero la comisaria rumana defiende que sí es posible hacer un uso “más inteligente” del dinero que, actualmente, de forma muy fraccionada en múltiples programas, la UE destina a la educación y mejora de capacidades, unos 150.000 millones en su actual presupuesto.

El plan presentado este miércoles constituye, según Mînzatu, una “respuesta sólida” para atajar las lagunas de la industria en materia de falta de mano de obra y de competencias adecuadas de los trabajadores, a los que Bruselas quiere ampliar ahora la oferta de posibilidades de aprendizaje continuo a lo largo de su vida laboral o de reciclaje a otros sectores. También quiere impulsar su movilidad dentro de la UE con iniciativas que faciliten el reconocimiento de sus capacidades y cualificaciones en todo el territorio europeo “independientemente de dónde fueron adquiridas”, mediante, entre otros, el uso de “credenciales digitales”.

Pero también se han identificado otras carencias más básicas que empiezan en la misma vida educativa: por un lado, está el problema generalizado de un desajuste entre las necesidades de la industria y unos sistemas educativos que “no van al mismo ritmo” que los cambios tecnológicos. De hecho, subraya Bruselas, casi la mitad de los jóvenes carecen de las capacidades digitales básicas y se ha observado también en los estudiantes un declive en sus conocimientos de matemáticas, lectura y ciencia. De ahí que la Unión de Capacidades venga acompañada de un “plan de acción de capacidades básicas” y de un “plan estratégico de educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) para “mejorar las habilidades” en estas materias y, también, promover carreras STEM, atraer a más niñas y mujeres a estas profesiones —otra de las “lagunas” identificadas— e impulsar la preparación ante la transición digital y a tecnologías limpias.

En este sentido, el programa de Bruselas se fija varios objetivos para 2030: reducir a “menos del 15%” las tasas de bajo rendimiento en alfabetización, matemáticas, ciencias y capacidades digitales y lograr que la proporción de los mejores resultados en esta área sea “al menos” de 15%. También se quiere lograr mayores tasas de estudiantes en todos los niveles de este tipo de carreras y que aumente gradualmente la tasa de mujeres en ellas. El objetivo, según Mînzatu, es “atraer a un millón de mujeres en educación STEM para 2030”. Mejorar las condiciones de trabajo de los educadores y facilitar su movilidad europea, así como reforzar el programa Erasmus, están también dentro de los planes del Ejecutivo europeo.

Aunque el plan de Bruselas mira mucho para dentro, la Comisión también añade un pilar externo, medidas para atraer a trabajadores cualificados extracomunitarios. Y es que, pese a los crecientes discursos antimigratiorios en cada vez más países de la UE, lo cierto es que hay escasez de mano de obra en sectores clave como la salud, la informática o la construcción que requieren que Europa sea capaz de atraer a estudiantes, investigadores o profesionales capacitados de terceros países. Para ello, Bruselas presentará, entre otros, este mismo año una “estrategia de visados” para alentar la llegada de los mejores estudiantes, trabajadores entrenados e investigadores y creará una “reserva de talentos” dentro del Pacto Migratorio para “reclutar fuera de la UE sobre todo en ocupaciones que sufren una escasez severa”.

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