OpenAI rechaza por unanimidad la oferta hostil de Musk

El consejo de administración de la empresa de inteligencia artificial envía una carta al dueño de Tesla en el que reduce su intento de compra a un “intento de molestar a la competencia”

Elon Musk y Sam Altman.Foto: Getty Images

Sonó la campana en el último round del combate entre Elon Musk y Sam Altman, consejero delegado de OpenAI. El consejode Administración de la empresa de inteligencia artificial (IA) tras el popular robot ChatGPT rechazó este viernes la oferta de 97.400 millones de dólares (94.500 millones de euros) que lanzó a principio de la semana Musk para quedarse con la parte de la compañía sin ánimo de lucro. El no unánime de los consejeros tomó la forma de una carta remitida a los abogados del hombre más rico del mundo, en el que le dejan claro que consideran que su plan para hacerse con el control “no es lo mejor para los intereses” de la firma.

En el texto, el presidente de OpenAI, Bret Taylor, le hace saber a Musk que la empresa “no está a la venta”, y que ese rechazo unánime lo es también al “último intento” del dueño de la automovilística Tesla, la astronáutica SpaceX y la red social X, entre otras empresas, de “molestar” a su “competencia”.

Queda así cerrado otro episodio del culebrón de la lucha entre dos viejos conocidos, Musk y Sam Altman, quienes juntos fundaron OpenAI con otros emprendedores en 2015. Las hostilidades empezaron el lunes, cuando el hombre más rico del mundo y el aliado más reciente y estrecho del presidente estadounidense, Donald Trump, ofreció, al frente de un consorcio de inversores, 97.400 millones por hacerse con la compañía que dejó atrás en 2018. Al año siguiente, la firma, que creó una subsidiaria comercial para atraer inversores, aceptó la entrada en el accionariado de Microsoft, con 14.000 millones de dólares, dinero que sirvió para catapultar a la empresa.

Altman respondió inmediatamente a la oferta en X con el siguiente mensaje: “No, gracias, pero te compramos Twitter [nombre que tenía la red social antes de su cambio de propietario] por 9.740 millones de dólares, si quieres”. Musk, que también tiene su propio negocio de inteligencia artificial, xAI, pagó 44.000 millones de dólares por Twitter en 2022, un precio que se consideró muy superior al real entonces. Al día siguiente, en un encuentro sobre IA en París, el consejero delegado de OpenAI reiteró su negativa en una entrevista con Bloomberg. Dijo que su rival “solo está tratando” de frenarles. “Obviamente es un competidor. Y me gustaría que se dedicara a eso creando un producto mejor. En cambio, ha empleado otras tácticas, muchas, muchas demandas, todo tipo de cosas locas y ahora esto”, añadió.

Este miércoles, los abogados de Musk presentaron un escrito de tres páginas en el tribunal de San Francisco en el que su representado ha interpuesto varias demandas contra Altman. En él, insisten en los ataques al antiguo aliado, al que acusan de haber “priorizado las ganancias sobre la seguridad” y de haberse apropiado de la tecnología “manteniéndola en código cerrado, concentrando el poder de IA en manos de Microsoft”.

La oferta hostil del dueño de Tesla complicaba considerablemente los planes de futuro de Altman, cuya criatura está valorada en 300.000 millones de dólares. El consejero delegado lleva meses diseñando el futuro de OpenAI, que pasa por renegociar el papel de Microsoft, lograr financiación adicional por valor de 40.000 millones de dólares y compensar a los consejeros de la parte de fundación de la compañía con una participación de una cuarta parte en la nueva empresa. Los 97.400 millones de dólares puestos encima de la mesa por Musk da a esos consejeros un mayor poder de negociación, y complica la tarea de Altman, difícil ya de origen, de contentar a todo el mundo.

La justificación de Musk para presentar esa oferta hostil era su oposición a los planes de Altman de convertir OpenAI en una empresa comercial. Según el magnate sudafricano, esa búsqueda de lucro pone en peligro la humanidad y su capacidad de resistirse a los peligros de la IA. En uno de los juicios, celebrados el año pasado, Altman aportó documentos que probaban que el dueño de Tesla apoyaba el proyecto de convertir OpenAI en una empresa con ánimo de lucro, y que la dejó cuando vio que no iba a ser posible tomar el control sobre ella. La salida a la luz de esos mensajes hizo que retirara la demanda.

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