La mortalidad laboral sigue creciendo: sube un 9% entre enero y septiembre con 573 fallecidos

Pese al significativo aumento del número de trabajadores, el total de incidentes se rebajó respecto al año pasado. La mayoría de decesos fueron por infartos

Un repartidor trabajando al sol en el mes de julio en Madrid.Jesús Hellín (Europa Press)

Combatir la siniestralidad laboral es una tarea en la que todos los agentes sociales convergen. Sin embargo, aunque la fatalidad sigue siendo una fuerza muchas veces incontrolable, las causas por las que se producen estos accidentes definen el impacto que las nuevas formas de trabajo tienen sobre la salud de las personas; al tiempo que fundamentan las reclamaciones de colectivos de trabajadores que solicitan poder adelantar su jubilación apelando a la condición de penosidad y peligrosidad de su actividad. Los últimos en demandar el acceso a estos coeficientes reductores —previstos ya para los trabajadores del mar, los mineros o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado— han sido los transportistas, tres meses después de que el Ministerio de Seguridad Social acordase con sindicatos y patronales abrir el catálogo de profesiones con este derecho.

Las últimas estadísticas que ha ofrecido este martes el Ministerio de Trabajo, y que recogen los accidentes de trabajo ocurridos entre los meses de enero y septiembre, evidencian un ligero descenso respecto a los resultados totales (leves, graves y mortales) del mismo periodo del año anterior. De los 468.075 registrados entonces, se ha bajado a los 467.318 —apenas un 0,16% menos—, si bien aquellos con resultado de muerte han crecido en un 9,3% (de 524 a 573), sumando los ocurridos tanto durante la jornada laboral, como in itinere (el trayecto entre el domicilio y el lugar de trabajo).

El aumento significativo del total de ocupados justifica, en parte, este incremento, apuntan fuentes de Trabajo. El año pasado comenzó con poco más de 20 millones de trabajadores, mientras que 2024 lo hizo con medio millón más; y se incrementó en otro medio millón hasta septiembre —la Seguridad Social computó ese mes 21.198.206 afiliados medios―, recuerdan.

Sin embargo, los registros de Trabajo muestran qué colectivos de trabajadores, y por ende, qué actividades profesionales, continúan siendo las más peligrosas. Los conductores —o las personas que los acompañan dentro del vehículo— son los trabajadores que más accidentes mortales han sufrido en los nueve primeros meses del año: 178. Una cifra que supera la registrada un año antes (170); y que los sitúa solo por detrás de aquellos que fallecieron como consecuencia de un infarto, derrame cerebral o cualquier otra causa natural (210). Estos también son más que hace un año (202).

Los efectos que las condiciones climatológicas adversas pueden provocar sobre los trabajadores es otro apartado que evidencia si las regulaciones aprobadas para protegerlos, y las obligaciones que han de asimilar las empresas están variando en los últimos años. En esta categoría, los números se han reducido.

La dana que ha azotado la provincia de Valencia y otros territorios del país como reflejo del impacto de las lluvias y las bajas temperaturas, así como el calor extremo que acompaña determinadas épocas del año, son causantes de múltiples accidentes de trabajo. Los datos de este año no recogen víctimas mortales, tan solo 94 afectados leves y uno grave (sumando ambas categorías). Mientras que en los primeros nueve meses de 2023, tres personas fallecieron a consecuencia del calor durante su jornada de trabajo.

El perfil del trabajador que más accidentes laborales sufre dibuja a un varón —son más trabajando y realizan muchas de las actividades con la siniestralidad más alta— de mediana edad, de 45 a 49 años (aunque los que más muertes protagonizan son los de 55 a 59); se desempeña en el sector servicios (pese a que son aquellos peones de la agricultura, pesca, construcción, industrias manufactureras y transportes quienes más accidentes sufren); trabajan por cuenta ajena (aunque son más que los autónomos su incidencia también es ligeramente mayor); y reside en Andalucía.

Golpes y caídas

Como reflejan las estadísticas de los últimos años, la forma más habitual en la que se producen la mayoría de los accidentes de trabajo (los de categoría leve son los más voluminosos) tienen que ver con algún golpe contra un objeto inmóvil o trabajador en movimiento (126.806, uno de cada cuatro incidentes); mientras que los considerados graves —aquellos que pueden provocar lesiones permanentes o una incapacidad prolongada— suceden, mayoritariamente, por caídas. Dejando de lado los decesos por causas naturales, muchas de estas caídas son las que siguen provocando, precisamente, el mayor número de fallecidos.

En cuanto a la forma o el contacto en la que se produjeron las lesiones, la mayoría de ellas fueron a consecuencia del sobreesfuerzo. Aun así, estas se redujeron un 5% en el último año (de 124.632 a 117.913), y, por segundo ejercicio consecutivo, no hubo que lamentar muertes. Un porcentaje calcado al que experimentó la reducción de accidentes provocados por daños psicológicos debidos a agresiones o amenazas, que pasó de 472 entre enero y septiembre de 2023, a 446 este año.

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