Consumo investiga si los supermercados han hinchado el precio del aceite de oliva tras la suspensión del IVA

Requiere información a las principales cadenas de supermercados para corroborar que han aplicado la medida y no han elevado sus márgenes de venta

Lineales de aceite de oliva en el supermercado Eroski del centro comercial de Artea en Leioa BizkaiaFernando Domingo-Aldama

La Dirección General de Consumo vigila la correcta aplicación de la rebaja al 0% del IVA del aceite de oliva por parte de las principales cadenas de supermercados. Este departamento, dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, atiende una denuncia de la organización de consumidores Facua, que hace unos días tildó de “fraude masivo a los consumidores” los márgenes obtenidos por la distribución alimentaria con la venta de aceite de oliva.

En un comunicado, Consumo dice haber enviado nuevos requerimientos de información “a los principales operadores de distribución minorista de ámbito nacional”. El objetivo, dice, es “comprobar si se está trasladando correctamente al precio final del aceite de oliva en los supermercados la bajada al 0% del IVA”, cuyo cumplimiento es obligatorio desde el 1 de julio, después de que Facua haya detectado “potenciales incrementos en los márgenes de beneficio” y “posibles distorsiones de precios que sufre el consumidor final”. Algo que también ha trasladado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), “para que pueda contribuir a esclarecer posibles distorsiones en el mercado”.

Facua denuncia que ocho de las grandes cadenas de supermercados (Alcampo, Aldi, Carrefour, Dia, Eroski, Hipercor, Lidl y Mercadona) han acometido “subidas de precios paralelas” en sus marcas propias de aceite de oliva. Y cree que eso “apunta a la existencia de incrementos ilegales en sus márgenes de beneficio”.

La organización de consumidores alude al decreto ley de diciembre de 2022 en el que el Gobierno redujo el IVA a diversas categorías de alimentos por la crisis inflacionaria, incluido el aceite. El texto legal impide que la reducción impositiva “pueda dedicarse total o parcialmente a incrementar el margen de beneficio empresarial con el consiguiente aumento de los precios en la cadena de producción, distribución o consumo de los productos”, ya que la medida debe beneficiar “íntegramente al consumidor”.

Según el análisis de Facua, a mediados de julio Mercadona fijó en 8,95 euros el precio del litro del aceite de oliva virgen extra de marca propia, movimiento que días después siguieron, primero, Alcampo e Hipercor; y después, Eroski. Carrefour lo fijó en 8,93 euros y Dia en 8,99 según Facua. “Cuando una de las cadenas modifica los precios de su marca propia de aceite de oliva, el resto la imita para igualarlo o reducir sus diferencias en unos pocos céntimos por litro”, explica la asociación. Hace unos días, esta también denunció diferencias de hasta 4 euros entre referencias similares de aceite, según la ciudad en la que se comercialice.

Consumo, que recuerda que sus atribuciones solo le permiten actuar sobre la distribución, remitirá la información que recoja de las cadenas de supermercados al Observatorio de la Cadena Alimentaria. “Esta iniciativa amplía las actuaciones en curso para asegurar que la bajada del IVA repercute íntegramente en las personas consumidoras y no va en ningún caso a alimentar el margen de beneficios de los distribuidores minoristas”, explica en un comunicado el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy.

La aplicación de las reducciones de IVA sobre los alimentos han sido un tema controvertido desde su aplicación. Hace casi un año, la propia CNMC dijo no haber encontrado indicios de que la distribución hubiese evitado aplicarla, y que afectó, además de al aceite, a leche, harinas, panes, quesos, huevos, frutas o pastas. Entonces se aplicaba una reducción temporal del IVA del 10% (el tipo reducido) al 5%. Pero recientemente el Gobierno decidió pasar el aceite de oliva de este grupo de productos a los de tipo superreducido, que habitualmente se grava al 4%, pero temporalmente está suspendido (técnicamente, se aplica un IVA del 0%).

El organismo de competencia analizó tras las primeras bajadas impositivas la evolución de más de 60.000 precios minoristas, y un catálogo de casi 24.000 establecimientos situados en 3.526 municipios. Su conclusión entonces fue que “los distribuidores minoristas, en general, redujeron los precios finales de los productos afectados tras la rebaja del IVA introducida en enero de 2023″.

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