El Gobierno da luz verde a Enagás para empezar con la parte española del H2Med
El Consejo de Ministros otorgará un permiso provisional para la construcción, puesta en servicio y futuro mantenimiento de la infraestructura que llevará hidrógeno desde la península Ibérica hasta Alemania
El Consejo de Ministros habilitará este martes al gestor técnico del sistema gasista, Enagás, para comenzar la parte española de la futura red europea de hidrógeno H2Med, llamada a transportar este combustible desde la península Ibérica a Alemania y al resto de países del norte de Europa. Las obras, que el Ejecutivo comunitario ha incluido en la lista de proyectos de interés común (PCI, por sus siglas en inglés), deberían comenzar pronto para cumplir el objetivo de que las infraestructuras estén listas en 2030.
Lo que el Gobierno hará este martes, según ha podido saber EL PAÍS, es facul...
El Consejo de Ministros habilitará este martes al gestor técnico del sistema gasista, Enagás, para comenzar la parte española de la futura red europea de hidrógeno H2Med, llamada a transportar este combustible desde la península Ibérica a Alemania y al resto de países del norte de Europa. Las obras, que el Ejecutivo comunitario ha incluido en la lista de proyectos de interés común (PCI, por sus siglas en inglés), deberían comenzar pronto para cumplir el objetivo de que las infraestructuras estén listas en 2030.
Lo que el Gobierno hará este martes, según ha podido saber EL PAÍS, es facultar provisionalmente a Enagás —en la que el Estado tiene una participación del 5% y una acción de oro— a ejercer sus funciones de desarrollo de la fracción española de esta red troncal de hidrógeno. Es decir, la construcción, la puesta en servicio y el futuro mantenimiento, tanto de las canalizaciones como de los almacenamientos de hidrógeno verde.
La parte española del H2Med incluye el interconector de hidrógeno entre Portugal y España (conocido como CelZa, porque enlazará Celorico da Beira con Zamora); las infraestructuras interiores de hidrógeno; el interconector entre España y Francia (BarMar, porque enlazará Barcelona con Marsella); y las instalaciones de almacenamiento de hidrógeno en España H2 storage North-1 y H2 storage North-2, que se ubicaran en Cantabria y el País Vasco, respectivamente. Conjuntamente estas instalaciones representan una inversión que ronda los 6.000 millones de euros. La mayor parte de ese importe se corresponde con las canalizaciones en el interior del país.
Hace justo un mes, a finales de junio, Enagás y sus homólogas francesas (GRTGaz y Teréga) pactaron un reparto del capital de la sociedad que explotará el BarMar por el que ambos países contarán con idéntica cuota: un 50% cada uno. La construcción de esta infraestructura, cuyo coste también se reparte, se calcula en unos 2.500 millones. El viernes pasado, además, España recibió el visto bueno de Bruselas para destinar 1.200 millones a ayudas a proyectos de hidrógeno renovable. Unas subvenciones en las que —como adelantó este diario— se incluyó una cláusula antiburbuja por la que los proyectos beneficiarios deberán de tener vendido de antemano el 60% de su futura producción. Además, ningún proyecto podrá recibir una ayuda superior a los 400 millones.
Aunque aún es mucho más caro que el de origen fósil, el hidrógeno verde está llamado a jugar un papel esencial en la descarbonización de sectores de difícil o imposible electrificación, como algunas industrias pesadas, el transporte por mar o el aéreo, además de ser clave en la producción de combustibles sintéticos. También se ve como una buena opción para descarbonizar el transporte de mercancías por carretera en largas distancias, ya que a día de hoy no hay camiones de este tipo totalmente eléctricos por la dificultad técnica que representa poner una batería tan potente y pesada en un vehículo de este tipo.
Alemania, como gran potencia industrial europea, está llamada a ser uno de los mayores consumidores del mundo de este vector energético. En 2030, cuando está prevista la inauguración del H2Med, Enagás ve posible que España cubra la quinta parte de las necesidades europeas de hidrógeno ya que dispone de ventajas competitivas para su producción, en la que son necesarias energías renovables como la solar o la eólica. Para ese entonces, Bruselas se ha puesto como objetivo instalar al menos 40 gigavatios (GW) de electrolizadores y que la producción comunitaria alcance los 10 millones de toneladas. Asimismo, el Gobierno español estipuló en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) un objetivo de 11 GW de electrolizadores para la producción de hidrógeno renovable en 2030.
La apuesta de la Comisión Europea por este tipo de energía, impulsada por el inicio de la guerra en Ucrania y la necesidad de Europa de reducir su dependencia energética de Rusia, ha impulsado la aparición de numerosos proyectos verdes. Así, en julio, el Gobierno asignó a Repsol, Iberdrola, Endesa y EDP casi 800 millones de euros en ayudas para siete grandes proyectos de producción de hidrógeno en España, con una capacidad potencial de generación de 652 megavatios alimentados con energía solar, eólica e hidráulica.
Enagás cierra la venta del 30% de Tallgrass a Blackstone
Por otro lado, Enagás ha cerrado la venta de su participación del 30,2% en la estadounidense Tallgrass Energy a Blackstone por un importe total de 1.100 millones de dólares (unos 1.018 millones de euros al cambio actual), según informó este lunes la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En concreto, el precio recibido por la compañía asciende a 1.050 millones de dólares, quedando pendientes de recibir 50 millones de dólares, pago sujeto a que Tallgrass Energy LP obtenga una autorización administrativa en curso.
De esta manera, Enagás cierra una venta, acordada el pasado 10 de julio, que se enmarca en su proceso de rotación de activos, que tiene como prioridades estratégicas la seguridad de suministro de España y Europa. La operación ha generado una minusvalía contable en la cuenta de resultados de este ejercicio de unos 360 millones de euros al cierre de la operación, ya contabilizada en sus cuentas del primer semestre de 2024. La decisión de la compañía de vender su participación en Tallgrass Energy fue bien recibida por los mercados, con una oleada de recomendaciones de compra por parte de los analistas el mes pasado.
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