La OMC denuncia la falta de transparencia de los programas de apoyo industrial de China
Pekín afirma que siempre ha actuado cumpliendo las reglas del comercio internacional
La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha denunciado este miércoles la incapacidad del organismo para obtener una imagen clara de cómo China está orquestando sus políticas de apoyo industrial a sectores clave como los vehículos eléctricos o la producción del acero y el aluminio ante la “falta general de transparencia”. En un informe publicado este miércoles, la entidad ha admitido que el gigante asiático ha brindado apoyo financiero a sus industrias a través de subsidios e incentivos fiscales entre 2021 y 2024, aunque ha asegurado que Pekín no ha proporcionado la información suficiente como para tener una fotografía exacta de los programas de estímulos.
“La falta general de transparencia en el apoyo del gobierno chino también puede contribuir a los debates sobre lo que algunos perciben como exceso de capacidad en ciertos sectores”, ha alegado en referencia al sector de la automoción y, en concreto, la fabricación de vehículos eléctricos, pero también a industrias como la de los semiconductores. La OMC ha dicho no ser capaz de poder determinar el volumen de los fondos que el Gobierno chino ha inyectado en la economía porque, a pesar de haber sido requeridos, las peticiones no han sido subsanadas.
Esta evaluación de la OMC se ha hecho pública como parte de la revisión en profundidad emprendida sobre la política comercial de China, un proceso que los 166 miembros de la organización realizan cada pocos años. La última se hizo en 2021.
Pekín ha respondido, y en un documento presentado ante la OMC ha afirmado que siempre ha actuado cumpliendo las reglas del comercio internacional. Asimismo, ha agregado que está abierta a entablar una mesa de diálogo sobre los subsidios estatales ofrecidos a la industria, pero ha avanzado que esas conversaciones “deberían estar claramente definidas para evitar discusiones generalizadas y sobre la intervención estatal o las políticas industriales”.
Este movimiento de la OMC llega apenas unos días después de que el Gobierno de Xi Jinping presentara este pasado lunes una solicitud ante la organización para crear un panel de expertos que elaboren un acuerdo de mínimos para solucionar las disputas comerciales abiertas entre el gigante asiático y Estados Unidos por los subsidios a los vehículos eléctricos. Washington, al igual que los países europeos, ha intentado impulsar las ventas del coche eléctrico con ayudas de hasta 7.500 dólares, pero la Administración Biden las restringió para ciertos modelos que no contuvieran componentes de baterías o materias primas procedentes de una lista negra de compañías que no podían optar a las ayudas por ser consideradas “entidades extranjeras motivo de preocupación”.
Según la normativa norteamericana, cualquier empresa que esté sujeta a la jurisdicción china o que esté controlada por el Gobierno de Xi Jinping, incluso si es propiedad de al menos el 25% de una autoridad gubernamental china, se considera una de estas compañías registradas en la lista negra. Posteriormente, Washington incrementó los aranceles a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China desde el 25% al 100%. Una medida similar que aplicó a los componentes de baterías.
También la UE ha impuesto de manera temporal aranceles al comercio de los fabricantes chinos de coches eléctricos por los subsidios estatales inyectados por el Ejecutivo asiático a sus compañías. En 2023, China se convirtió en el mayor exportador de automóviles del mundo, superando a Japón y Alemania, mientras que el fabricante chino de vehículos eléctricos BYD superó a Tesla como el mayor fabricante de vehículos eléctricos más vendido del mundo en el cuarto trimestre de 2023.
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