China ralentiza el crecimiento del PIB hasta el 4,7% en el segundo trimestre
El consumo interno sigue sin remontar en una economía lastrada por el desplome del sector de la vivienda
La locomotora asiática reduce ligeramente el ritmo. La economía China ha crecido un 4,7% anualizado en el segundo trimestre, según ha anunciado este lunes la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de la República Popular. El incremento ha sido del 0,7% con respecto a los tres primeros meses. La actividad ha reducido la marcha con respecto al primer trimestre, cuando creció a un 5,3% interanual y al 1,6% intertrimestral. China mantiene en cualquier caso el aumento del producto interior bruto en la primera mitad del año en un 5% anualizado, en línea con las previsiones de crecimiento del Gobierno chino de “en torno al 5%” para 2024.
Las cifras reflejan que la confianza de los consumidores sigue sin repuntar y los nuevos sectores de manufacturas tecnológicas, por los que apuesta fuertemente Pekín, no logran, de momento, tapar el agujero negro del inmobiliario, que ha acumulado un nuevo mes de caídas en los precios.
Las exportaciones siguen siendo uno de los grandes flotadores de la economía china: en junio crecieron a su mayor ritmo en 15 meses, según datos publicados la semana pasada, pero el contexto global de tensiones geopolíticas e imposiciones de aranceles a los productos chinos, como ha hecho la Unión Europea con el coche eléctrico, podrían comprometer el objetivo económico de los líderes comunistas para final de año. Las importaciones, en cambio, cayeron un 2,3%, en otro reflejo del átono consumo interno.
Este paisaje económico incierto será escrutado con lupa en los próximos días: las cifras del PIB se han publicado en la jornada de arranque del tercer pleno del Comité Central, un cónclave en el que la alta jerarquía del Partido Comunista suele fijar las directrices políticas y económicas para la siguiente década. Los analistas creen que la cita podría dar señales sobre posibles reformas estructurales, aunque no tanto sobre ajustes o estímulos inmediatos.
Un portavoz de la ONE ha destacado la “estabilidad” de los números en un entorno en el que crecen los vaivenes dentro y fuera de las fronteras chinas, a pesar de la ralentización del crecimiento con respecto al primer trimestre. “El entorno exterior se ha vuelto más complejo, severo e incierto”, ha asegurado, según el comunicado publicado por la oficina de estadística.
Entre los retos, el portavoz ha destacado ”el problema de la insuficiente demanda interna” y un mercado de la vivienda “que todavía está en proceso de ajuste y transformación”. Ha hablado de un crecimiento económico mundial débil —China sigue siendo de las grandes economías que más crece, muy por encima de Estados Unidos y la Unión Europea, aunque con retos muy distintos—; ha citado la inflación que persiste, los conflictos geopolíticos y las fricciones en el comercio internacional. “Las empresas están sometidas a una gran presión”, ha señalado, “hay riesgos y peligros ocultos en áreas clave”.
“La economía china ha resistido la presión”, ha subrayado en cualquier caso, y ha pedido no fijarse tanto en las fluctuaciones del corto plazo —afectadas por desastres naturales, temperaturas extremas e inundaciones en distintos puntos del país— y mirar en cambio al desarrollo en el medio y el largo, cuyos “fundamentos” permanecen. Aunque también ha reconocido que, para los próximos seis meses, espera un ambiente externo “más inestable e incierto”, mientras continúan los retos en casa.
Uno de los puntos sobre el que han colocado el foco los analistas es el bajo crecimiento del consumo minorista, que ha aumentado en junio apenas un 2% anualizado, por debajo de las previsiones. Caen de forma drástica el consumo de productos cosméticos (-14,6%), de electrodomésticos y equipos audiovisuales (-7,6%) y de automóviles (-6.2%). En los seis primeros meses, el incremento del consumo ha sido del 3,7% interanual, según datos también publicados este lunes. La demanda interna se refleja en los precios, que se han mantenido entre enero y junio en un 0,1% anualizado.
El sector de la vivienda sigue inmerso en una espiral descendente, a pesar de las diferentes medidas de apoyo que ha impulsado el Gobierno como la reducción de barreras para acceder a hipotecas o la creación de un fondo de 300.000 millones de yuanes (cerca de 38.000 millones de euros) destinado a que los gobiernos locales, muy endeudados, compren el exceso de viviendas no vendidas. Las cifras del ladrillo publicadas también este lunes son implacables. En los seis primeros meses del año sigue desmoronándose la inversión en el sector (-10,1%) y el volumen de ventas (-25%). Los precios han caído en junio a su ritmo más rápido en nueve años, según cálculos de Reuters a partir de los datos publicados.
Las cifras de inversión privada muestran una economía en fase de transformación, que rehúye la vivienda y apuesta por las industrias de alta tecnología, donde las inversiones han crecido un 10,6% interanual. La inversión privada aumentó apenas un 0,1% de enero a junio, aunque el incremento fue del 6,6%, si se excluye la promoción de vivienda. La tasa de utilización de capacidad industrial, que mide la producción real ante la capacidad de producción, ha repuntado ligeramente en junio hasta el 74,9%, después del bache de mayo. A pesar de la recuperación, se mantiene la presión deflacionaria en el sector industrial, donde los precios han caído un 2,1% en la primera mitad del año, y un 0,8% en junio.
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