Una grieta en una tubería noruega lleva el precio del gas a máximos de 2024

Un problema técnico en una instalación gasista en el mar del Norte ha provocado este lunes un frenazo en seco en el flujo de gas entre el país nórdico y la Unión Europea. El fallo, una grieta en una tubería que ha obligado a detener el tránsito de este combustible entre la instalación extractiva de Sleipner Riser y la planta de procesamiento de Nyhamna, ha disparado el índice holandés TTF —el que sirve de referencia en el Viejo Con...

Un problema técnico en una instalación gasista en el mar del Norte ha provocado este lunes un frenazo en seco en el flujo de gas entre el país nórdico y la Unión Europea. El fallo, una grieta en una tubería que ha obligado a detener el tránsito de este combustible entre la instalación extractiva de Sleipner Riser y la planta de procesamiento de Nyhamna, ha disparado el índice holandés TTF —el que sirve de referencia en el Viejo Continente— hasta su nivel más alto en lo que va de año. Tras la invasión rusa de Ucrania, Noruega es el mayor proveedor de gas de los Veintisiete.

La grieta, de dos pulgadas, aún no tiene fecha prevista de reparación, según Gassco, la empresa que gestiona el sistema gasista del país nórdico. La firma estatal, no obstante, ha aclarado que la situación no reviste gravedad. Sí tiene, en cambio, “importantes consecuencias desde el punto de vista de la oferta”, según ha deslizado el jefe de operaciones de la compañía, Alfred Hansen. “El operador de la planta [la anglo-neerlandesa Shell] nos dará una estimación certera de cuánto tiempo llevará y, entonces, podremos actualizar nuestros pronósticos”.

Además de un importante campo de gas, Sleipner Riser es un punto clave de confluencia de dos ductos que, a su vez, son claves para llevar el combustible, fundamental para la industria, al resto del continente y al Reino Unido. “Estamos trabajando en un plan para repararlo y, también, para seguir enviando la máxima cantidad posible de gas a Europa”, ha añadido un portavoz del gestor gasista noruego.

El año pasado, según los datos de la Comisión Europea, algo más del 30% del gas que se consumió en la UE provino de Noruega. El segundo proveedor, Estados Unidos, apenas no llegó ni al 20%.

Por encima de los 38 euros

Este lunes, horas después de que se conociera el problema, el TTF ha llegado a superar los 38,5 euros por megavatio hora (MWh). Una cifra inédita desde diciembre del año pasado, aún en plena temporada de calefacciones, cuando el consumo se dispara en el hemisferio norte. No obstante, la escalada diaria, que ha llegado a ser de doble dígito, se ha ido moderando con el paso de las horas: a media tarde, la subida rondaba el 5% respecto al cierre del viernes pasado, hasta los 36 euros por MWh.

El precio del gas es fundamental no solo para la industria sino también para la generación de electricidad: cualquier aumento en su precio se traslada casi de inmediato al precio de la luz, porque las centrales de ciclo combinado son las que marcan el precio el mercado mayorista cuando las renovables no son capaces de cubrir toda la demanda por sí solas.

Sin embargo, pese a la tensión puntual que este problema técnico pueda crear, la situación no tiene absolutamente nada que ver con lo vivido en los meses más crudos de la crisis energética. En el aciago 2022, cuando el precio del gas se disparó hasta máximos históricos, la propia seguridad de suministro quedó seriamente tocada. Hoy, en cambio, las reservas europeas están por encima del 70%, una de las cifras más altas de la historia para esta época del año. El objetivo del Ejecutivo comunitario es llegar a noviembre al 90%, una cifra claramente al alcance de la mano.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal