La caída de los precios del petróleo lastró los beneficios de ExxonMobil y Chevron en 2023
Las dos grandes petroleras estadounidenses apuestan por la producción nacional y las inversiones en Guyana
La caída de los precios del petróleo lastró los resultados de ExxonMobil y Chevron en 2023 después de un año 2022 de beneficios históricos ante el encarecimiento de los precios de la energía por la invasión rusa de Ucrania. Las dos principales petroleras cotizadas estadounidenses han publicado sus cuentas anuales este viernes. Reflejan resultados multimillonarios, los mejores de la última década, con la excepción del ...
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La caída de los precios del petróleo lastró los resultados de ExxonMobil y Chevron en 2023 después de un año 2022 de beneficios históricos ante el encarecimiento de los precios de la energía por la invasión rusa de Ucrania. Las dos principales petroleras cotizadas estadounidenses han publicado sus cuentas anuales este viernes. Reflejan resultados multimillonarios, los mejores de la última década, con la excepción del extraordinario ejercicio anterior. Los beneficios ExxonMobil cayeron un 35,4%, hasta 36.010 millones de dólares, desde la cifra récord de 55.740 millones del año anterior, mientras que los de Chevron se redujeron un 39,7%, hasta los 21.369 millones de dólares.
Los menores precios del petróleo lastraron tanto la rentabilidad como la facturación. Los ingresos de ExxonMobil se redujeron un 16%, hasta 344.582 millones de dólares en el conjunto del año, según las cuentas de la empresa. La compañía aumentó sus inversiones y el gasto en exploración petrolífera en 3.621 millones frente al año anterior, hasta un total de 36.625 millones en 2023. Por su parte, la facturación de Chevron cayó un 18,4%, hasta 200.949 millones de dólares, según su informe de resultados.
Aun así, ambas compañías han sido capaces de aumentar la producción, sobre todo en los yacimientos estadounidenses. En el caso de ExxonMobil, a la buena marcha de sus yacimientos en la cuenca del Pérmico (principalmente en Texas y Nuevo México) se suma la de sus rentables pozos en Guyana, en los que Chevron también ha puesto el ojo y a los que accederá en caso de cerrarse la compra de Hess.
Supera las previsiones
En el cuarto trimestre, las cifras de Exxon han superado las expectativas de los analistas. Los ingresos cayeron un 11,6%, hasta 84.344 millones de dólares, mientras que el beneficio cayó un 40%, hasta 7.630 millones. Los resultados del cuarto trimestre han incluido partidas extraordinarias negativas por valor de 2.300 millones de dólares, entre ellas un deterioro de 2.000 millones de dólares como consecuencia de los obstáculos normativos en California que han impedido que los activos de producción y distribución vuelvan a estar operativos. Los beneficios sin esas partidas serían de 10.000 millones de dólares, según la empresa.
Los resultados del cuarto trimestre se vieron reforzados por el impacto de la revalorización de derivados en cartera, la mejora de los volúmenes y de la combinación de productos gracias a las ventajas de los activos de la Guayana y el Pérmico, y el aumento de los márgenes de los productos químicos. Estos factores se vieron contrarrestados en parte por unos márgenes de refino más bajos y unos gastos estacionalmente más elevados.
“Nuestra estrategia coherente y la excelencia en la ejecución en todo el negocio nos han permitido obtener unos beneficios líderes en el sector y devolver más efectivo a los accionistas que nuestros competidores en 2023″, ha declarado Darren Woods, presidente y consejero delegado, en un comunicado. “Estos resultados demuestran las mejoras fundamentales que hemos introducido en nuestro negocio, reflejando nuestro progreso en la mejora de nuestra cartera mediante inversiones en proyectos ventajosos y desinversiones selectas, al tiempo que impulsamos un mayor nivel de eficiencia y eficacia en todo el negocio”, añadió.
En su estrategia de crecimiento futuro, la petrolera trata de no poner todos los huevos en la misma cesta. Aunque ha redoblado su apuesta por los combustibles fósiles con la mayor adquisición en décadas, también ha dado un paso para sacar rentabilidad del coche eléctrico.
Así, por un lado, anunció un acuerdo en octubre para comprar con Pioneer Natural Resources en una operación por valor de 59.500 millones de dólares. El cierre de la operación está previsto para el segundo trimestre de 2024, pendiente de la aprobación de los organismos reguladores y de los accionistas de Pioneer.
En paralelo, también en el cuarto trimestre, anunció su nuevo negocio Mobil Lithium, con planes para convertirse en productor líder y aumentar los suministros estadounidenses de litio para los mercados mundiales de baterías y vehículos eléctricos. Su método de producción tiene el potencial de producir grandes cantidades de litio con menos impacto ambiental que las explotaciones mineras tradicionales, según sostiene la compañía, que está trabajando en la primera fase de producción de litio en el suroeste de Arkansas, una zona que alberga importantes yacimientos. ExxonMobil prevé la primera producción para 2027 y para 2030, pretende producir suficiente para abastecer a aproximadamente un millón de vehículos eléctricos al año.
Además, en noviembre cerró la compra de Denbury por 4.800 millones de dólares en acciones para entrar en el negocio de captura y almacenamiento de CO². La empresa cuenta ahora con la mayor red de gasoductos de dióxido de carbono en propiedad y explotación de Estados Unidos, con 1.300 millas, incluidas casi 925 millas en Luisiana, Texas y Misisipi, uno de los mayores mercados estadounidenses de emisiones de CO². La empresa también tiene acceso a más de 15 emplazamientos terrestres de almacenamiento de CO² estratégicamente situados.
Crecer en Guyana
Por su parte, los ingresos de Chevron descendieron un 16% en el cuarto trimestre, hasta 47.180 millones de dólares y el beneficio se redujo un 62%, hasta 2.259 millones de dólares. La gran apuesta de la compañía es la compra de la petrolera independiente Hess por 53.000 millones de dólares, anunciada en octubre pasado y pendiente de aprobación. La compra de Hess es también una apuesta por Guyana, el país donde más está creciendo la producción petrolera en todo el mundo. Chevron se hace en el país con el bloque Stabroek, que define como “un activo extraordinario”. Al tiempo, adquiere los activos de Hess en Dakota del Norte en la formación Bakken, que ha emergido en los últimos años como una de las mayores zonas de producción en Estados Unidos gracias al petróleo de esquisto.
Junto a ello, la compañía ha cerrado la compra de otra compañía menor, PDC, que la refuerza en la cuenca del Pérmico, y avanza en otros proyectos. También ha dado algunos pasos tímidos para la reducción de emisiones. En 2023 cerró la adquisición de una participación mayoritaria en ACES Delta, que está desarrollando un centro ecológico de producción y almacenamiento de hidrógeno en Utah; adaptó la refinería de El Segundo, California, para procesar materias primas 100% renovables y adquirió terreno para ampliar el centro de captura y secuestro de carbono de Bayou Bend, en la costa estadounidense del Golfo de México.
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