El frío salva las rebajas: “Si no mienten en el precio, sí que nos ha salido barato”
El auge del comercio electrónico y las altas temperaturas durante el año ponen en jaque a unas fechas cruciales para liquidar la ropa de invierno
La popularidad de las rebajas se puede medir por la longitud de las filas que se forman frente a los grandes almacenes durante el 7 de enero. Y este año parecen haber perdido algo de fuelle. Las colas que se formaban a las 8:30 en el centro de Madrid para entrar a las tiendas de Inditex —Zara, Bershka o Pull&Bear— “eran largas, se extendían hasta por dos cuadradas”, comenta Manuel García, quien regenta un quiosco desde hace 36 años en la Gran Vía de la capital, “pero menores a otros años”. Una fotografía que evidencia el av...
La popularidad de las rebajas se puede medir por la longitud de las filas que se forman frente a los grandes almacenes durante el 7 de enero. Y este año parecen haber perdido algo de fuelle. Las colas que se formaban a las 8:30 en el centro de Madrid para entrar a las tiendas de Inditex —Zara, Bershka o Pull&Bear— “eran largas, se extendían hasta por dos cuadradas”, comenta Manuel García, quien regenta un quiosco desde hace 36 años en la Gran Vía de la capital, “pero menores a otros años”. Una fotografía que evidencia el avance del comercio electrónico, que pegó el estirón durante la pandemia, y así mismo los efectos de que la época de descuentos y promociones cada vez empiezan con más antelación. Hasta cerca del medio día, “la avenida lucía como un sábado cualquiera”, indicaba una trabajadora de Uniqlo que esperaba a los compradores con una chaqueta gruesa en la puerta del establecimiento.
El calendario de rebajas está liberalizado desde hace años, pero el día después de Reyes sigue suponiendo el pistoletazo de salida oficial de la campaña de descuentos para muchos comercios. Este año los minoristas están de suerte; el frío era el empujón que necesitaba el comercio textil para motivar a los consumidores a volver a las tiendas para arrasar con las prendas de invierno que este año se han acumulado con más fuerza. El verano climático no dio tregua hasta finales de noviembre, por lo que esta mañana, ante el descenso de las temperaturas en toda la Península, no era difícil ver a compradores salir con abrigados chaquetones que incluso se ponían nada más salir de la tienda. Es el caso de los dos veinteañeros Xavier Monta y Jonatan Quezada que, estacionados frente a un local de Zara, no esperaron a llegar a casa para estrenar su compra.
“Si no mienten en el precio, sí que nos ha salido barato. Este plumífero costaba 80 pavos y he pagado 50″, relata Quezada mientras se acomoda en la prenda. “Creemos que es mejor comprar ahora que durante el Black Friday” —el gran día de rebajas de finales de noviembre que marca el inicio de las compras navideñas—, confiesa, por otro lado, Monta, quien argumenta que los descuentos son mejores ahora porque las empresas deben quitarse toda esta ropa de encima para traer la de primavera o verano. “Y en octubre no van a ponerte esto de rebajas porque aún queda medio invierno”.
El otro frente de batalla abierto es contra la inflación que, aunque menguante, aún supone un desafío para los bolsillos de quienes salen de la temporada de Navidad con algo de presupuesto. Según la Asociación Española de Consumidores, el gasto medio por persona durante estas rebajas será de 164 euros; 21 menos que en 2023. Esa es la cantidad que Monta dispone para seguir con su cacería de gangas por la Gran Vía. “No puedo gastarme más porque debo sobrevivir al mes”, comparte antes de seguir avanzando junto a Quezada, quien dispone de un presupuesto similar “hasta 120 euros máximo”.
No muy lejos de las vitrinas de Zara están las puertas del El Corte Inglés, buque insignia del descuento durante estas fechas y que, junto a la ya desaparecida Galería Preciados, sellaron hace más de medio siglo el 7 de enero como día oficial de las rebajas. Por una de sus puertas se escurre Enzo Jeri, un muchacho de 22 años que tiene ocupadas las dos manos con artículos recién comprados. Considera que los descuentos a lo largo del año son engañosos y que prefiere apostar a lo seguro acudiendo a comprar el día después de Reyes. Su estrategia, curiosa y cada vez más seguida por los de su generación, le permite ahorrarse algunos euros: días antes de que empiecen las rebajas en tienda física acumula muchos artículos en un carrito virtual en su móvil y compra las prendas que nadie se lleva cuando comienzan los descuentos en web. “Aunque no suelen ser muchas. Por internet se agotan las mejores promociones enseguida”.
El Corte Inglés, sin ir más lejos, lanzó su campaña de descuentos en línea desde el 5 de enero con rebajas de hasta el 40%. Lo mismo hicieron más de una docena de marcas que reconocen que el negocio de los clics seguirá creciendo en los próximos años. Durante el primer trimestre del 2023 se vendió un 27% más por internet que el año anterior, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Los envíos durante la Navidad también crecieron: se calculan en 108 millones, cerca de un 7% más que la temporada anterior y equivalentes a casi dos paquetes por habitante.
Jeri, que aún no termina con su recorrido por el centro de Madrid, dice que no recuerda si en el país donde nació, Perú, existe una fiesta del comercio de tal envergadura como son las rebajas para España. En Sudamérica las fechas no siguen un cronograma concreto. Varían según el Estado. En Argentina, por ejemplo, responden al cierre de la temporada climática y se realizan entre inicios de febrero y finales de marzo. Más al norte, en México, las tiendas de Inditex decidieron empezar con los descuentos nada más empezar el año, el 1 de enero. En el Perú —al igual que en la mayoría de países vecinos: Colombia, Ecuador, Venezuela— tampoco hay fechas concretas. El fin del verano y del invierno suelen marcar el tiempo para liquidar lo no vendido durante meses.
De vuelta a la capital, los comerciantes esperan que el transcurso del día anime las compras. Algunos locales, incluso, mantenían aún las persianas bajadas a media mañana o se preparaban recién para aperturar los locales. “Abrimos a las 11.00″, explicaba una comerciante que sacaba la cabeza por la puerta ante la curiosidad de un transeúnte. Aunque no todo es compra con descuentos. Cerca de El Corte Inglés de Callao, un grupo de jóvenes ofrecían café y algún alimento a las personas sin techo que bordean los centros comerciales. Teresa, una de las chicas del grupo, considera que hay gente menos afortunada que no puede comprar ni en rebajas. Llevan repartidos 12 roscones en lo que va de mañana.
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