Muere a los 99 años Charlie Munger, el socio, amigo y aliado más fiel de Warren Buffett

El vicepresidente de Berkshire Hathaway llevaba seis décadas trabajando junto al gurú de la inversión a largo plazo

Charlie Munger, en una imagen datada en mayo de 2013.Rick Wilking (REUTERS)

Charles Munger, el socio, amigo y aliado más fiel del gurú de la inversión Warren Buffett ha muerto este martes en un hospital de Santa Bárbara (California), según ha informado Berkshire Hathaway a través de un comunicado. Munger, que tenía 99 años, vivía en Los Ángeles y era vicepresidente de la compañía, pero era mucho más que su mano derecha y número dos en la empresa. “Berkshire Hathaway no podría haber alcanzado su estatus actual sin la...

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Charles Munger, el socio, amigo y aliado más fiel del gurú de la inversión Warren Buffett ha muerto este martes en un hospital de Santa Bárbara (California), según ha informado Berkshire Hathaway a través de un comunicado. Munger, que tenía 99 años, vivía en Los Ángeles y era vicepresidente de la compañía, pero era mucho más que su mano derecha y número dos en la empresa. “Berkshire Hathaway no podría haber alcanzado su estatus actual sin la inspiración, sabiduría y participación de Charlie”, dijo Buffett en el comunicado.

Munger, guasón y aficionado a jugar a las cartas, comparecía cada año junto a Buffet en la junta anual de Berkshire Hathaway, en Omaha, una ciudad de 475.000 habitantes en el estado de Nebraska, no muy lejos del centro geográfico de Estados Unidos, en lo que se ha dado en llamar el Woostock del capitalismo. La junta se convertía en un espectáculo en el que compartían su filosofía de inversión y de vida con sentido del humor y sin pelos en la lengua.

La última junta en que ambos estuvieron juntos fue en mayo pasado. Miles de peregrinos del capitalismo llegaron de todo el mundo para escuchar las lecciones del Oráculo de Omaha, conscientes de que no quedaban demasiadas oportunidades para ello. Habrá que ver si Buffett mantiene esas largas sesiones de preguntas y respuestas sobre temas variopintos, de los que se excluía la política, o al menos la política partidista.

En esa última junta de mayo, Buffett se explayó sobre cómo vivir de acuerdo al obituario que quieres tener o sobre si la inteligencia artificial será la que decida en un futuro dónde invertir y bromeó, como hacía siempre, con su compañero. “Cuando me desperté esta mañana, me di cuenta de que había una emisión de la competencia en algún lugar del Reino Unido”, dijo Buffett, en referencia a la coronación de Carlos III, que era ese mismo día. “Estaban celebrando un rey Carlos, y nosotros tenemos hoy aquí nuestro propio rey Carlos”, dijo Buffett señalando a su socio y vicepresidente de Berkshire Hathaway, Charlie Munger.

También gastaron otra broma —solo apta para financieros— sobre su edad a cuenta de la crisis bancaria. Con algo de humor negro se pusieron delante una especie de carteles identificativos, donde en lugar del nombre aparecía en el caso de Buffet “disponible para la venta” y en el de Munger, “mantenido hasta vencimiento”. Son dos conceptos clave en la reciente crisis bancaria y la palabra vencimiento (maturity) significa también madurez en inglés.

Munger se ha mantenido hasta el fallecimiento como directivo de Berkshire Hathaway, la empresa que le ayudó a transformar a lo largo de seis décadas desde un fabricante textil en decadencia a un imperio valorado en casi 800.000 millones de dólares.

“Es estupendo tener un socio que te diga: ‘No estás pensando con claridad”, dijo Buffett de Munger, sentado a su lado, en la reunión de Berkshire de 2002, según recuerda Bloomberg. “No ocurre muy a menudo”, intervino Munger. Demasiados consejeros delegados se rodean de “un puñado de aduladores” reacios a cuestionar sus conclusiones y prejuicios, añadió Buffett. Por su parte, Munger dijo que Buffett se benefició de tener “un interlocutor que sabía algo”. “Y creo que yo he sido muy útil en ese sentido”, añadió.

En esas juntas a veces parecían chiquillos que bromeaban, a veces cascarrabias, siempre cómplices y con criterio propio. Denigraron a las criptomonedas en la junta de 2022, antes de que su burbuja se pinchase. No recomendaban acciones concretas, pero sí daban ideas y compartían su sabiduría. Solían aparecer con una coca-cola cada uno. Los consejos del vicepresidente de la empresa, llamados mungerismos, se recopilan y editan desde hace años.

Munger fue decisivo en cambiar la filosofía inicial de inversión de Warren Buffett, que era más bien la de un cazador de gangas. Aunque la filosofía del valor intrínseco de la empresa en relación con el precio siguió siendo su guía, la aproximación pasó a ser diferente gracias a su socio: “El modelo que me dio era sencillo: ‘Olvida lo que sabes sobre comprar negocios razonables a precios maravillosos; en su lugar, compra negocios maravillosos a precios razonables”, reconoció Buffett en una carta a los accionistas en que conmemoraba el 50º aniversario de la compra de Berkshire Hathaway. El grupo posee empresas como la aseguradora Geico y es accionista destacado de Apple, Coca-Cola, American Express, Bank of America, Chevron y otras muchas compañías.

La junta de accionistas de Berkshire Hathaway de mayo de 2015.Nati Harnik (AP)

Abogado de formación, Munger también colaboró con Buffett, siete años más joven que él, para elaborar una filosofía de inversión a largo plazo en empresas. Bajo su dirección, Berkshire obtuvo una ganancia media anual del 20,1% entre 1965 y 2021, casi el doble que el índice S&P 500. Décadas de rentabilidad compuesta hicieron de la empresa una de las más rentables del mundo y convirtieron a la pareja en multimillonarios y héroes populares para los inversores que los adoraban.

Munger era vicepresidente de Berkshire y uno de sus mayores accionistas, con acciones valoradas en unos 2.100 millones de dólares a 2 de marzo de 2022. Su patrimonio neto total era de unos 2.500 millones de dólares a principios de 2023, según Bloomberg.

Nació el 1 de enero de 1924 en Omaha y siendo adolescente trabajó en Buffett & Son, una tienda de comestibles propiedad del abuelo de Warren Buffett. Después de matricularse en la Universidad de Míchigan, donde eligió matemáticas porque le parecían fáciles, nunca volvió a vivir en Omaha. A comienzos de 1943, con 19 años, dejó la universidad para ingresar en la Fuerza Aérea. Continuó sus estudios en diversas universidades e ingresó, con enchufe, en la Harvard Law School, donde se graduó magna cum laude en 1948.

Se mudó a California para incorporarse a un bufete de abogados de Los Ángeles, pero viendo que no se haría rico allí, empezó a trabajar en proyectos de construcción y negocios inmobiliarios. Fundó un nuevo bufete de abogados, Munger, Tolles & Hills, y en 1962 creó una sociedad de inversión, Wheeler, Munger & Co, inspirada en las que Buffett había creado con sus primeros inversores en Omaha.

Munger y Buffett se conocieron en una visita del primero a Omaha en 1959. Buffet tenía 28 años y Munger, 35. El médico que les presentó creyó que harían bunas migas y acertó. Congeniaron enseguida y empezaron a invertir juntos, hablando por teléfono casi a diario. Sus inversiones en Berkshire Hathaway comenzaron en 1962, cuando la empresa fabricaba forros para trajes de caballero en fábricas textiles de Massachusetts. Buffett adquirió una participación mayoritaria en 1965. Aunque las fábricas cerraron, Berkshire se mantuvo como vehículo corporativo del creciente conglomerado de empresas de Buffett.

“Si ha asistido a nuestras juntas anuales, sabrá que Charlie tiene una gran brillantez, una memoria prodigiosa y algunas opiniones firmes”, decía Buffet en 2015. “Yo no soy precisamente un hombre vacilante, y a veces no estamos de acuerdo. Sin embargo, en 56 años nunca hemos discutido. Cuando discrepamos, Charlie suele terminar la conversación diciendo: ‘Warren, piénsalo y estarás de acuerdo conmigo porque tú eres inteligente y yo tengo razón”.

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