Explosión de la riqueza de papel
El desbocado crecimiento de las finanzas mundiales tiene repercusión en el aumento de la desigualdad
La característica más relevante del capitalismo de los últimos 20 años ha sido el imparable crecimiento del peso de las finanzas en la economía, que se ha traducido en un incesante aumento de las desigualdades. La relevancia de la desigualdad en la distribución de la renta y la riqueza ha sido objeto de valiosas investigaciones por parte de Thomas Piketty y Gabriel Zucman. El último de estos trabajos, World Inequality, elaborado en 2022, por Lucas Chancel, Emmanuel Saez, Piketty y Zucman ha puesto de relieve una situació...
La característica más relevante del capitalismo de los últimos 20 años ha sido el imparable crecimiento del peso de las finanzas en la economía, que se ha traducido en un incesante aumento de las desigualdades. La relevancia de la desigualdad en la distribución de la renta y la riqueza ha sido objeto de valiosas investigaciones por parte de Thomas Piketty y Gabriel Zucman. El último de estos trabajos, World Inequality, elaborado en 2022, por Lucas Chancel, Emmanuel Saez, Piketty y Zucman ha puesto de relieve una situación injusta e insostenible: el 50% de la población mundial más pobre solo posee el 2% de la riqueza global, mientras que el 10% más rico detenta el 76%.
El motor de este desequilibrio ha sido la expansión del mundo financiero. Un reciente estudio del McKinsey Global Institute ha puesto cifras al desbocado crecimiento de las finanzas mundiales y su repercusión en el aumento de la desigualdad. En The future of wealth and growth hangs in the balance (El futuro de la riqueza y el crecimiento pende de un hilo) señala que la inflación de los precios de activos durante las dos últimas décadas ha creado 160 billones de ”riqueza de papel”. Casi el doble de la producción de la economía mundial, 88 billones de euros en 2022 en términos de PIB. Destaca que el crecimiento del llamado balance global, que incluye todos los activos y pasivos de la economía (inmuebles, infraestructuras, depósitos, capitales, deuda, fondos de inversión y de pensiones) ha sido mucho más rápido que el de la economía real.
Para que lo entienda todo el mundo, el estudio sintetiza: el aumento de la “riqueza de papel” significa que “cada dólar de inversión neta ha generado 1,90 dólares de deuda nueva”. Y precisa que la generación de deuda nueva se multiplicó en 2020 y 2021 debido a las medidas adoptadas por los gobiernos para afrontar la pandemia. Durante estos dos años, la deuda creció al mayor ritmo de los últimos 50 años. Se aceleró hasta 3,4 dólares de deuda por cada dólar de inversión.
Lo más inquietantes de esta deriva ha sido “el aumento de la desigualdad y la disminución de la participación de los trabajadores en la renta”. Solo en 2022, los hogares perdieron ocho billones de riqueza. Un panorama con “alta incertidumbre” que podría cambiar “impulsando el consumo en relación con el ahorro”. El estudio baraja cuatro escenarios sobre el futuro y concluye que “solo una aceleración de la productividad puede respaldar el crecimiento económico a largo plazo y un balance global sano y sostenible”.
España también ha registrado una disminución de la participación de los salarios en la renta nacional desde el 49,7% en 2020 al 46,9% en 2022, según el INE y Funcas. Los beneficios de las empresas crecieron el 15,4% el año pasado y el excedente bruto de explotación de las instituciones financieras un 30,2% el último trimestre del año pasado, según el INE.
En el contexto de expansión financiera resulta un despropósito el anuncio del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de suprimir los impuestos a los bancos y energéticas, lo que significaría mayores ganancias y más desigualdad aún.
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