El ‘lobby’ de los chips: “Levantar una fábrica en España es una utopía a corto plazo”
El único clúster nacional de los semiconductores está en Valencia y apuesta por un PERTE que contribuya a la formación y a alimentar el ecosistema antes de crear una factoría
Más de la mitad de los trabajadores especializados del sector de semiconductores de España desempeña su función en Valencia y su área metropolitana. Hasta siete empresas multinacionales (la mayor parte de ellas cotizadas en los índices tecnológicos de referencia) especializadas en diseño de microchips, tienen sede en este espacio. Solo dos de las compañías del sector español tienen más de 100 trabajadores y ambas están ubicadas en Valencia. Este ecosistema hizo que, a finales de 2022, se creara una alianza y ...
Más de la mitad de los trabajadores especializados del sector de semiconductores de España desempeña su función en Valencia y su área metropolitana. Hasta siete empresas multinacionales (la mayor parte de ellas cotizadas en los índices tecnológicos de referencia) especializadas en diseño de microchips, tienen sede en este espacio. Solo dos de las compañías del sector español tienen más de 100 trabajadores y ambas están ubicadas en Valencia. Este ecosistema hizo que, a finales de 2022, se creara una alianza y naciera el lobby Valencia Silicon Cluster con el objetivo de dar a conocer el sector, la situación única en España de concentración y para trabajar por las necesidades comunes como es, sobre todo, la creación de talento, hacer crecer el ecosistema y que se valore su relevancia. Al frente se situaron Mayte Bacete, presidenta del clúster y directora de Max Linear en España, y Carlos González Triviño, secretario del colectivo y director de Gobernanza Industrial.
El lobby es uno de los actores con los que el comisionado para el PERTE de Semiconductores, Jaime Martorell, se ha reunido en varias ocasiones. Pese a que valora la oportunidad de este PERTE (dotado con 12.500 millones de euros, el triple de dinero que el de automóviles), consideran que es complicado de implementar y que el ritmo de ejecución es mucho menor al deseado. De hecho, estaba previsto que la primera convocatoria se lanzara el primer trimestre de este año y, de momento, no hay nueva fecha anunciada.
La pandemia y la dependencia de los países asiáticos provocó el desabastecimiento de semiconductores del que todo el mundo habla y que ha paralizado un sinfín de fábricas. Sin embargo, el de los chips es un sector muy desconocido.
Europa fabrica actualmente entre el 8% y el 9% de los chips del mundo, y se plantea incrementar este porcentaje al 20% en 2030. El PERTE reserva una dotación de 9.000 millones para la construcción de una fábrica pero el lobby español de los semiconductores no lo ve claro. “Levantar una fábrica en España es una utopía a corto plazo”, señala Bacete, quien lleva más de 20 años trabajando en la industria de la microelectrónica. “Ojalá hubiera una fábrica en España, pero conociendo al sector, lo vemos muy complicado porque no hay mimbres para ello. El sector no está desarrollado y para que una fábrica sea rentable hace falta crear millones de chips”, añade.
“No tiene sentido hablar de fábricas si el ecosistema no crece”, indica González Triviño. “Es un objetivo deseable y ojalá se dieran las circunstancias pero se necesita una cartera de pedidos suficiente y no creemos que aquí exista como para hacerla rentable. Hay que valorar la dificultad del resultado final”, agrega. En cualquier caso, ambos admiten que hace tres años nadie pensaba que fuera posible construir en una fábrica de baterías como al que está levantando Volkswagen en Sagunto (Valencia) y hoy es una realidad. Aun así, inciden en que la inversión en el ecosistema y la producción de talento es prioritaria. Incluso el propio comisionado del Gobierno para el PERTE lo admitió en una de sus visitas a Valencia: “El ecosistema es el foco en el que debemos centrarnos; hacen falta fábricas, pero el ecosistema es la clave”.
“Prefiero fabricar ingenieros que fabricar microchips”, asegura Carlos González Triviño. No en vano, la formación es uno de los grandes objetivos de este clúster que tiene en la Universitat Politécnica de Valencia el aliado perfecto. Esta meta coincide con las conclusiones del primer mapeo de microelectrónica realizado por la Ametic, la asociación representante del sector de la industria digital en España: El 66% de las empresas de microelectrónica en España tienen dificultad para encontrar talento. Para ello han ideado la creación de un Campus internacional de semiconductores. De momento, la Politécnica y la Generalitat Valenciana ya han acordado la implantación de una cátedra como paso intermedio.
En el clúster -formado por MaxLinear, Analog Devices, ams Osram, Bosch, VLC Photonics/Hitachi, Ipronics, Das photonics, Digital Health data y Gobernanza Industrial- está formado por empresas de la rama de la microelectrónica y la fotónica. No trabaja con sinergias pero sí tiene la misma dificultad: “No tenemos talento para crecer”, aseguran. Y dada la concentración que existe en la Comunidad Valenciana consideran que esta se podría convertir, con el campus, en un centro proveedor de talento al resto del mundo. “Vemos predisposición para ayudar al sector porque se ha entendido su importancia. No hay problema en la predisposición, pero sí en la ejecución”, concluyen.
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