España cerró 2022 entre los países con la luz más cara de Europa, pese al freno de la excepción ibérica
En diciembre fue el octavo país con los precios minoristas más altos de los Veintisiete, por detrás de Dinamarca, Bélgica, Irlanda, República Checa, Italia, Rumania y Alemania. El tope al gas reduce la presión sobre el mercado regulado, pero no rebaja el libre
A un ritmo más bajo, en parte por el bálsamo de la excepción ibérica, pero la escalada de la luz continuó en la segunda mitad del año pasado. España cerró 2022 como el octavo país con la electricidad más cara de la UE, según los datos recién publicados por la oficina estadística comunitaria (Eurostat), por detrás de Dinamarca, Bélgica, Irlanda, República Checa, Italia, Rumania y Alemania, y, por tanto, claramente por encima de la media de los Veintisiete. Seis meses antes, a finales de junio, era el quinto más caro del b...
A un ritmo más bajo, en parte por el bálsamo de la excepción ibérica, pero la escalada de la luz continuó en la segunda mitad del año pasado. España cerró 2022 como el octavo país con la electricidad más cara de la UE, según los datos recién publicados por la oficina estadística comunitaria (Eurostat), por detrás de Dinamarca, Bélgica, Irlanda, República Checa, Italia, Rumania y Alemania, y, por tanto, claramente por encima de la media de los Veintisiete. Seis meses antes, a finales de junio, era el quinto más caro del bloque. La mejora en esa clasificación no responde, en cambio, a un abaratamiento de la luz en España, sino al peor comportamiento relativo de los precios en otros socios.
De media, las familias españolas —con un consumo de entre 2.500 y 5.000 kilovatios hora (KWh) anuales: el hogar promedio ronda los 3.500— pagaron 33,5 céntimos por KWh en la segunda mitad del año pasado, un 18% más que la media europea. Respecto al ecuador del ejercicio, la subida sufrida por los consumidores españoles fue del 9%, mientras que la escalada en la UE rondó el 12,5%. En ese relativo desacoplamiento sí se dejó sentir la excepción ibérica, aunque en un grado mucho menor que en el mercado mayorista, el que más se ha visto presionado a la baja por el mecanismo para desligar las trayectorias de la luz y del gas natural.
Estructura de mercado
La razón detrás de esta discrepancia hay que encontrarla, sobre todo, en la estructura del mercado español. Cuatro de cada 10 hogares tienen contratada la tarifa regulada de la luz (o PVPC), en la que el impacto de la excepción ibérica ha sido mucho más evidente: incluso con la compensación asociada al mecanismo, los hogares que han optado por esta modalidad pagaron notablemente menos de lo que habrían abonado sin él. Quien está en el mercado libre, en cambio, sigue encajando subidas, renovación tras renovación.
En su estadística, Eurostat tiene en cuenta todos los hogares: del mercado regulado y del libre. E incluye todos los cargos e impuestos, un flanco en el que se han producido importantes cambios en los últimos tiempos: a finales de junio, el Gobierno español aprobó una nueva rebaja en el IVA de la luz (del 10% al 5%). Antes, a mediados de 2021, ya lo había recortado del 21% al 10%, había suprimido el impuesto de generación y había reducido el impuesto especial del 5,1% al 0,5%.
2023: el año empieza con bajadas
La merma en el precio de la luz que pagan los hogares debería ser ya evidente en 2023: en estos casi cuatro meses transcurridos, en los que la excepción ibérica ha estado inactiva gran parte del tiempo —por el fuerte aterrizaje en los precios del gas—, los precios del mercado mayorista no solo están siendo notablemente más bajos que en todo 2022, sino que muchos días están —incluso— por debajo de los niveles anteriores a la crisis energética. ¿La razón? El incesante crecimiento de las renovables, sobre todo de la fotovoltaica, que están reduciendo al mínimo la generación fósil (mucho más cara) en las horas solares. ¿La consecuencia? Los hogares que están en el mercado regulado ya están viendo abaratados sus recibos.
El sexto con el gas más caro
En el caso del gas, cuyos datos también acaba de publicar Eurostat, España terminó 2022 como el sexto país más caro de la UE, con un precio medio de 15,7 céntimos por KWh, casi el doble que medio año antes. Como en la electricidad, el brazo estadístico comunitario toma como referencia tanto el mercado libre como el regulado y el triple que antes de la crisis energética.
También como en el caso de la luz —y salvo catástrofe en otoño e invierno, cuando la cotización del gas natural en los mercados mayoristas subirá casi con total seguridad—, la bajada se debería empezar a ser evidente en 2023. Sobre todo, en el mercado regulado (también conocido bajo las sigas de TUR), que el 1 de abril ya bajó un 30% por el menor coste de la materia prima.
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