Baleària ganó un 34% más y anotó registros históricos de pasajeros y mercancías en 2022
El presidente de la naviera, Adolfo Utor, reconoce que está pendiente de la posible venta de Naviera Armas pero “no estamos ni mejor ni peor que otros, que también están en ello”
La naviera Baleària anotó el año pasado registros históricos en transporte de pasajeros, ingresos y beneficios después del freno que supuso la covid-19 y después el aumento de los costes energéticos. La compañía, que preside Adolfo Utor, obtuvo en 2022 unos ingresos de 563 millones, un 42% más que el ejercicio anterior, un beneficio de explotación (ebitda) de 140 millones de euros, y un resultado de 67 millones de euros, con una mejora d...
La naviera Baleària anotó el año pasado registros históricos en transporte de pasajeros, ingresos y beneficios después del freno que supuso la covid-19 y después el aumento de los costes energéticos. La compañía, que preside Adolfo Utor, obtuvo en 2022 unos ingresos de 563 millones, un 42% más que el ejercicio anterior, un beneficio de explotación (ebitda) de 140 millones de euros, y un resultado de 67 millones de euros, con una mejora del 34%. Se trata de los volúmenes más elevados de la historia de Baleària, que este año cumple 25 años, ha destacado este viernes Utor en Dénia (Alicante) durante la presentación de resultados y del informe de sostenibilidad de la compañía.
Baleària transportó el año pasado 4,77 millones de pasajeros, 1,2 millones de vehículos y 7 millones de metros lineales de carga, con una evolución positiva en los tres casos. Los viajeros crecieron un 64% respecto a 2021, y supusieron cerca del 60% del volumen de negocio de la compañía. Las rutas con Baleares, que desde hace dos años prestan también las compañías italianas Grimaldi y GNV, mantuvieron una alta ocupación a pesar del aumento de la competencia. La apertura de fronteras con Marruecos y Argelia implicó, según la firma, una elevada demanda durante la Operación de Paso del Estrecho, que a su vez fue positivo para los tráficos con Ceuta y Melilla.
La reactivación de las rutas internacionales —lleva una década con la conexión entre EE UU y Bahamas con su filial Baleària Caribbean— aportó el 19% de los pasajeros a la compañía. “Ha sido un año récord; la apertura de fronteras en mayo supuso un impulso a un año que ya estaba siendo bueno”, ha apostillado el presidente.
La compañía creció un 6% en el transporte de mercancías y reafirmó su liderazgo en las islas, que supone el 67% de sus tráficos de carga y donde sigue siendo la única naviera que cubre todas las rutas interinsulares, con servicios diarios. La firma ha reforzado el transporte de mercancías con el norte de África con la apertura de la nueva ruta entre Motril y Tánger. También consolidó su crecimiento en el estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán, así como en Canarias, donde incrementó de dos a tres las salidas semanales. El transporte de mercancías en las rutas internacionales supuso el 24% sobre el global de la naviera.
La naviera lidera el transporte de pasajeros, vehículos y mercancías entre Baleares y la Península, y cuenta con rutas en las islas Canarias, Francia, el norte de África y Estados Unidos. Baleària absorbió hace unos años a Umafisa, la principal naviera de Baleares propiedad del exministro del PP Abel Matutes, que a través de su grupo empresarial mantuvo hasta el pasado mes de octubre el 42,5% de las acciones de la empresa, que finalmente fueron adquiridas por Utor.
Utor ha desgranado las claves de los buenos resultados: “Una eficiente gestión del gasto y una adecuada capacidad de adaptación a un entorno volátil, así como adelantarse en el mercado de derivados del combustible”. Pese a todo, el combustible supuso el 39% de los costes de la compañía. Los tráficos y los resultados obtenidos por segundo año consecutivo tras la pandemia “demuestran la sostenibilidad y robustez del actual modelo de negocio y del liderazgo de Baleària en el mercado”, según el ejecutivo.
La compañía invirtió 61 millones de euros en mejoras de su flota —34 buques operan 25 rutas en seis países—: botó el primer ferry eléctrico de España, el Cap de Barbaria, que empezará a operar este verano con emisiones cero en las aproximaciones y estancias a puerto. Y empezó la construcción del fast ferry Margarita Salas y y finalizó el retrofit del ferry Hedy Lamarr. Estos buques están dotados de motores duales, una tecnología versátil que permite usar distintos combustibles, incluidas en un futuro fuentes renovables neutras en emisiones de CO2.
Según Utor, los altos precios obligaron a la naviera a renunciar al gas natural licuado, que ahora intenta recuperar para sus barcos que funcionan de forma dual, es decir, con gas natural licuado o con fuel o gasoil. “Hemos vuelto al gas licuado porque es la mejor solución para hacer frente al cambio climático”.
Ante la posible venta de la Naviera Armas, empresa canaria que adquirió Trasmediterranea, Utor ha reconocido que la compañía “está pendiente, en la parrilla de salida, pero ni mejor ni peor que otras firmas que también están en ello”, ha asegurado después de reiterar que la firma está más centrada en un crecimiento orgánico, reforzando su presencia en el Caribe y en el norte de África y renovando su flota”.
Por último, el presidente de la naviera confía en que la construcción de una nueva terminal pública de pasajeros en el puerto de Valencia, cuya edificación y explotación le otorgó la Autoridad Portuaria el pasado noviembre, comience en seis meses y el complejo esté listo en un plazo máximo de dos años. La concesión es por 35 años.
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