José Manuel Campa: “No creo que el impuesto tenga un impacto negativo en la solvencia de la banca ni en el crédito”
El presidente de la Autoridad Bancaria Europea cree que quienes se hipotecaron con tipos variables deben ahora “hacer frente a unos costes de financiación más altos”
José Manuel Campa (Oviedo, 58 años), presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), atiende a EL PAÍS en el Banco de España solo pocos días después de que la banca haya presentado resultados anuales. El jefe de la agencia europea, que acaba de lanzar un nuevo test de estrés para las entidades del continente, se muestra algo preocupado por los mensajes que vuelven a golpear la reputación de la banca. Durante la entrevista, defiende al sector, pero también le invita a cambiar algunos comportamientos.
Pregunta. La gran banca acaba de presentar sus resul...
José Manuel Campa (Oviedo, 58 años), presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), atiende a EL PAÍS en el Banco de España solo pocos días después de que la banca haya presentado resultados anuales. El jefe de la agencia europea, que acaba de lanzar un nuevo test de estrés para las entidades del continente, se muestra algo preocupado por los mensajes que vuelven a golpear la reputación de la banca. Durante la entrevista, defiende al sector, pero también le invita a cambiar algunos comportamientos.
Pregunta. La gran banca acaba de presentar sus resultados de 2022, con unos 21.000 millones de beneficio. ¿Son unas ganancias excesivas o la vuelta a la normalidad?
Respuesta. El sector europeo ha tenido rentabilidades por debajo del coste de capital durante muchos años. Y esta es una de las anomalías que a medio plazo tendrían que normalizarse. Ahora hemos visto algunos de los bancos españoles con beneficios en máximos históricos. Y eso es un proceso, en parte, de normalización. Tengo más dificultad en definir qué es un beneficio excesivo, porque al final los beneficios tienen que dar una rentabilidad adecuada al capital.
P. Pero se producen cuando las familias se ven acuciadas por la inflación y el sobrecoste de las hipotecas. ¿Deben ayudar más los bancos a los deudores en apuros?
R. Los bancos tienen que involucrarse con aquellos clientes con dificultades para hacer frente a sus obligaciones financieras. Y lo están haciendo. En España se aprobó la ampliación del Código de Buenas Prácticas con medidas de apoyo a los más vulnerables. Eso va en la dirección correcta.
P. ¿Qué le parecen las propuestas de congelar o poner topes a las cuotas hipotecarias?
R. A las familias vulnerables, porque han tenido un shock negativo en sus rentas y tienen dificultades profundas, hay que ayudarles. Pero aquellos deudores que optaron por un tipo de financiación variable, que asumieron ese riesgo y se han beneficiado en la época de tipos bajos, es lógico que ahora tengan que hacer frente a unos costes de financiación más altos. Creo que no sería razonable intentar buscar medidas excepcionales para compensar esa decisión que han tomado.
P. ¿Las ganancias derivadas de esta subida de tipos tan abrupta son beneficios caídos del cielo?
R. Están vinculados al nivel de tipos de interés. En España ha habido una preponderancia en el pasado por el tipo variable, pero esto no es la norma en Europa. Por ejemplo, en Francia la inmensa mayoría de los préstamos, sobre todo los hipotecarios, están a tipo de interés fijo. Aquí se ha visto en los últimos tres o cuatro años ese cambio.
P. Las entidades españolas siguen a la cola en solvencia, según la EBA. ¿Es la gran asignatura pendiente?
R. Es una característica estructural del sistema bancario español. Siempre ha estado entre los más bajos y eso guarda relación con el tipo de carteras que tienen. Lo importante para nosotros y para el supervisor es si eso supone una vulnerabilidad o no. Para eso, la mejor guía que tenemos son nuestros ejercicios de estrés, que acabamos de lanzar para 2023. La banca española, en momentos de estrés, ha aguantado mejor. En escenarios normales tienen ratios pequeños, pero en momentos de estrés tienen más capacidad de aguante.
P. Hasta ahora, la morosidad sigue controlada, por debajo del 4%. Pero pese al aguante de la economía y el mercado laboral, las entidades han avanzado que crecerán los impagos...
R. Nuestra predicción es que aumentará la morosidad por la evolución de la economía y las bolsas acumuladas de vulnerabilidades que pueda haber de estos años atrás, en los que han tenido apoyos públicos, garantías o moratorias. Estas dificultades se podrían materializar ahora. Por eso nuestra recomendación es que los bancos sean prudentes.
P. Se les insiste en la prudencia, pero han mejorado el reparto de dividendos. ¿Deberían aminorar la remuneración a los accionistas?
R. Todavía no tengo toda la información clara del sector porque hay muchos bancos que no han anunciado resultados en Europa. El payout no puede ser muy alto, cercano al 100%, tienen que dejar suficiente espacio para absorber pérdidas. La media del sector está justo por debajo del 50%, una ratio que espero que no varíe mucho. Lo que sí hemos notado es un cambio en la forma en que se remunera al accionista: ahora hay más planes de recompra de acciones como complemento al pago en efectivo. Creo que es bueno, porque al final la capacidad del banco de ajustar como paga el dividendo le da más margen.
P. Las entidades en España tienen que afrontar un nuevo impuesto extraordinario para sufragar parte de las ayudas contra la inflación. ¿Qué le parece?
R. El impuesto está propuesto por el Gobierno y aprobado por el Parlamento. Es legítimo. No hay nada más que decir. Y coyunturalmente, no creo que tenga impacto negativo en la solvencia de las entidades o en la menor provisión de crédito para la economía.
P. Hay otro impacto, el que puede tener el cliente. La normativa dice que no se le puede repercutir, pero el BCE invita a hacerlo. ¿Deben trasladar los bancos este sobrecoste a los clientes?
R. Hay unas guías de la EBA que van en línea con lo que dice el Banco Central Europeo: cualquier producto tiene que repercutir costes si quiere ser sostenible a largo plazo. Aunque en esta tasa en concreto, que se aplica sobre préstamos ya concedidos, no tiene sentido que haya una repreciación de esos créditos. Y al ser una tasa temporal, para los nuevos tampoco debe tener mucho impacto.
P. De la anterior crisis salió el compromiso de la Unión Bancaria, pero ese proyecto está atascado. ¿Deben los líderes europeos reanudarla?
R. Es una lástima que no se haya avanzado más y parece que en esta legislatura no va a haber más progreso. Esto tiene implicaciones: ha habido una menor internacionalización del sector bancario desde la crisis anterior. Y la mejor fórmula para asegurarse de que hay competencia es que haya competencia europea, no solo entre los bancos que ya operan en un país.
P. ¿Y qué piezas faltan?
R. La principal es un fondo europeo de garantía de depósitos o un instrumento similar que genere la seguridad a las autoridades nacionales de que esos depósitos están bajo el paraguas de la Unión Europea.
P. El debate parece encallado en si deben o no limitarse los bonos soberanos en el balance de la banca. ¿Qué opina?
R. Lo más importante es limitar el sesgo doméstico, es decir, que una cartera de bonos soberanos sea en su gran mayoría de deuda de un solo Estado, generalmente el doméstico.
P. Hablando sobre competencia en el sector: ¿considera que van demasiado lentos los bancos españoles en remunerar el pasivo?
R. La dinámica competitiva tendría que llevarlos a remunerar más el ahorro y estoy seguro de que les llegará. Tal vez no están compitiendo con los depósitos pero sí con otros productos.
P. Un informe reciente de la EBA señala que en España hay 221 banqueros que ganan más de un millón de euros. Y de los seis que más ganaron en Europa, tres estaban aquí. ¿Ganan demasiado los banqueros en España?
R. Lo más importante no es el nivel de remuneración en sí mismo. Lo que importa es su estructura, el porcentaje que es remuneración fija y el que es variable. Y miramos que esta no sea más del 100% de la fija, que se extienda en el tiempo, que se pague también en acciones, que se vincule con el desempeño del directivo… ¿Por qué se incrementan tanto? El Brexit ha supuesto una repatriación de directivos que estaban en la City y, además, la comparación es entre 2020 y 2021. Y durante el año de la pandemia, algunas entidades redujeron o incluso no pagaron los bonus. España tiene también un sector bancario que es multinacional, con sus servicios centrales y sus directivos con funciones a escala global aquí.
P. El Código de Buenas Prácticas se pactó a finales del año pasado, pero ese debate ha vuelto a abrirse. ¿Hay margen para nuevas ayudas? ¿Eso implicará mayores provisiones o se dará manga ancha, como se hizo durante la pandemia?
R. No, la pandemia fue una situación excepcional. Se dio manga ancha porque creíamos que era un shock temporal sobre el conjunto de la economía. La situación ahora es sustancialmente distinta: hay sectores y grupos afectados por otro shock que está dañando su capacidad de pago y esos grupos deben gestionarse activamente.
P. El BIS y la Junta de Riesgo Sistémico han advertido sobre la deuda en la sombra y los criptoactivos. ¿También los teme?
R. La deuda en la sombra está fuera de nuestro mandato, pero nos preocupa que pueda estar indirectamente financiada por la banca, como ocurrió en la crisis de 2008. Es una de las preocupaciones principales.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal