El BCE advierte a Bruselas que su plan para limitar el precio del gas entraña riesgos para la estabilidad financiera
La Comisión propuso un mecanismo de corrección de precios del mercado mayorista
El debate sobre imponer un tope a los precios disparados del gas y cómo hacerlo ha traído ríos de tinta en los Estados miembros y las instituciones comunitarias. Hace unas semanas, tras los reclamos de los países, la Comisión Europea presentó una propuesta de mecanismo de emergencia para limitar y corregir los precios del gas en el mercado mayorista, el holandés Title Transfer Facility (TTF), el de referencia en...
El debate sobre imponer un tope a los precios disparados del gas y cómo hacerlo ha traído ríos de tinta en los Estados miembros y las instituciones comunitarias. Hace unas semanas, tras los reclamos de los países, la Comisión Europea presentó una propuesta de mecanismo de emergencia para limitar y corregir los precios del gas en el mercado mayorista, el holandés Title Transfer Facility (TTF), el de referencia en la UE y al que se vinculan la mayoría de los contratos. Un plan cuyo diseño lo hace prácticamente inaplicable y que, además, ha generado el disgusto en un gran grupo de países que exigen más. Ahora, el Banco Central Europeo (BCE) advierte de que la propuesta del Ejecutivo comunitario puede “poner en riesgo la estabilidad financiera de la zona euro”. El camino no ha terminado: el BCE recomienda el rediseño de la propuesta.
“El diseño actual del mecanismo puede aumentar la volatilidad y las llamadas de margen, desafiar la capacidad de las contrapartes centrales para gestionar los riesgos financieros”, dice el BCE en una opinión formal firmada por su presidenta, Christine Lagarde. “También puede incentivar la migración de los lugares de negociación del mercado extrabursátil (OTC) no compensado centralmente”, sigue. “Estas consideraciones, relevantes para el sistema financiero”, dice el BCE, “deberían ser tenidas en cuenta” por el Consejo de la UE en sus deliberaciones sobre el mecanismo.
En su propuesta, redactada con un lenguaje claramente disuasorio, los técnicos de la Comisión Europea propusieron en noviembre que el mecanismo de corrección del mercado se active de forma automática cuando el precio del mercado TTF para los contratos de futuros (para entrega en el mes siguiente) supere los 275 euros MWh. Aun así, el tope solo se activaría si ese precio se mantiene durante dos semanas y si el incremento muestra una divergencia de más de 58 euros respecto al precio de referencia del gas natural licuado (GNL) durante 10 días seguidos.
El mecanismo inoperable causó el enfado de una gran mayoría de Estados miembros —que además se han unido en grupos planteando sus propias propuestas en una cascada interminable—, que lograron rebajar ese tope a los 220 euros; que sigue siendo alto, según fuentes comunitarias. Los ministros de Energía de los Veintisiete debatirán sobre el tope del precio del gas en un consejo extraordinario el próximo martes.
Fráncfort apunta que le preocupa los “serios desafíos” que plantean los elevados precios de la energía y su impacto en la ciudadanía y la economía de la Unión, y reconoce que los mecanismos destinados a moderar los niveles de precios extremos y la volatilidad en los mercados mayoristas pueden aliviar una serie de riesgos para la estabilidad financiera. Sin embargo, no es el caso de la propuesta presentada a los Veintisiete y al propio Banco Central Europeo por el equipo de la jefa del Ejecutivo Comunitario, Ursula von der Leyen.
El BCE, guardián de la estabilidad financiera de la UE, pide también a la Comisión que se replantee el papel que le da al banco en el proceso de supervisión del mecanismo, puesto que la propuesta actual otorgaría al BCE una nueva tarea que no estaría dentro de sus competencias, según los tratados.