Bruselas acusa a Deutsche Bank de manipular los mercados de deuda durante la crisis del euro y el rescate a España
La Comisión concluye que la entidad alemana y la holandesa Rabobank “infringieron las normas” para falsear la competencia
Deutsche Bank, el primer banco alemán y uno de los mayores de Europa, manipuló los mercados de deuda en compañía de una entidad holandesa, Rabobank, entre 2005 y 2016. La Comisión Europea ha llegado a la conclusión “preliminar” de que ambos bancos “infringieron las normas antimonopolio de la UE [...] para falsear la competencia en la negociación de valores denominados en euros” durante los peores años de la crisis financiera, cuando ...
Deutsche Bank, el primer banco alemán y uno de los mayores de Europa, manipuló los mercados de deuda en compañía de una entidad holandesa, Rabobank, entre 2005 y 2016. La Comisión Europea ha llegado a la conclusión “preliminar” de que ambos bancos “infringieron las normas antimonopolio de la UE [...] para falsear la competencia en la negociación de valores denominados en euros” durante los peores años de la crisis financiera, cuando Grecia, Irlanda, Portugal, España y Chipre tuvieron que pedir rescates porque los mercados de bonos soberanos, en los que se centra la investigación, se cerraron para ellos y solo les prestaban dinero a cambio de precios inasumibles, es decir, a unos intereses altísimos.
Justo en los años centrales en los que esta investigación ha hallado connivencia y manipulación del mercado de bonos, estalló en Europa la crisis de deuda. El descubrimiento a comienzos de 2010 de que Grecia, con la ayuda de Goldman Sachs, había maquillado sus cuentas públicas abrió la puerta a ataques en los mercados contra los bonos helenos. Atenas acabó pidiendo un rescate (finalmente fueron tres), pero eso no evitó el contagio a otros países, y estuvo a punto de llevarse al euro por delante. Entre tanto, “los dos bancos, a través de algunos de sus operadores, intercambiaron información comercial sensible y coordinaron sus estrategias cuando negociaban estos bonos en el mercado secundario”, acusa la Comisión.
El mercado secundario de deuda pública es en el que se fija la prima de riesgo, ese referente financiero que en aquellos años se convirtió en una pesadilla para los Estados que se encontraban en aprietos y, sobre todo, para sus ciudadanos. Cinco de ellos, entre los que está España, tuvieron que pedir entonces la ayuda financiara de sus socios para poder atender a sus obligaciones.
A cambio de aquella asistencia, estos países se comprometieron a hacer recortes y reformas estructurales, que en muchos casos también se traducían en recortes de derechos. Entre los gobiernos europeos que más destacaron a la hora de exigir esos recortes y reformas estuvo el Gobierno alemán de Angela Merkel, a través de su entonces poderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quien posteriormente ocupó la presidencia del Parlamento germano. Años después, quien fuera presidente de la Comisión Europea y primer ministro de Luxemburgo durante los años de la crisis, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, vino a pedir disculpas a Grecia, el país que más sufrió aquellas condiciones: “No fuimos solidarios con Grecia, la insultamos”, declaró en 2019 en el Parlamento.
“Los bonos englobados en esta investigación están todos denominados en euros”, precisa el comunicado del servicio de Competencia de la Comisión que está al cargo de las pesquisas. A continuación señala que se trata de “bonos soberanos emitidos por los gobiernos centrales de los Estados miembro de la zona euro”, también enumera otro tipo de títulos de deuda como bonos de agencias gubernamentales, bonos asegurados por instituciones crediticias o bonos cubiertos por autoridades nacionales. Incluso apunta a un tipo de deuda garantizada por los gobiernos emitida “como respuesta a la crisis de 2008 y por un periodo de tiempo limitado”.
Rabobank ha señalado, según recoge Reuters, que está cooperando con las autoridades de Competencia. Deutsche Bank, por su parte, ha afirmado que “no espera una sanción financiera” porque “ha cooperado de forma proactiva [...] y como resultado tiene garantizada inmunidad condicional”.
No es esta la primera investigación sobre Deutsche Bank y Rabobank por sospechas de que han quebrado las normas del mercado. De hecho, la historia reciente de la entidad alemana está salpicada de casos de este tipo que emborronan su reputación. En México, por ejemplo, ya tuvo que hacer frente a una sanción junto a otros bancos internacionales por una acción similar con los bonos de deuda del país entre 2010 y 2013. Aunque la mayoría de las investigaciones en las que ha estado involucrada Deutsche Bank versan sobre la inexistencia de filtros para evitar el lavado de dinero. En abril, la Policía alemana registró las oficinas de la sede de Fráncfort de la entidad tras detectarse actividad sospechosa relacionada con el blanqueo de capitales. Antes, en 2019, acordó el pago con la justicia alemana de una multa de 15 millones para cerrar otra investigación por la supuesta ayuda a clientes para establecer empresas en paraísos fiscales.
Deutsche Bank, que atravesó en 2019 una crisis que la llevó al filo de la quiebra —tuvo que lanzar un plan de ahorro que eliminaba 18.000 empleos y su banca de inversión—, también ha estado envuelta en el escándalo de manipulación del índice líbor (el mercado interbancario londinense). El caso acabó con sanciones multimillonarias a un puñado de bancos por llegar a pactos secretos para trastocar los tipos de interés en su beneficio, entre ellos la entidad alemana, que pagó 2.500 millones de dólares en 2015. Además, también formaba parte del grupo que se saltó las regulaciones internacionales y se benefició por el trato de favor que ofrecían a cuestionados magnates del este de Europa, redes criminales y operadores políticos acusados de corrupción. E incluso tuvo que pagar 150 millones de dólares por “fallos significativos” en la supervisión de las cuentas de Jeffrey Epstein —financiero estadounidense acusado de tráfico sexual de menores y quien se suicidó en prisión en 2019—.
También Rabobank ha estado involucrado en escándalos que le han costado alguna que otra multa. Su filial estadounidense fue sancionada con 370 millones de dólares en 2018 por obstruir investigaciones sobre lavado de activos que desarrollaban los reguladores norteamericanos. Esos activos estarían, según admitió el propio banco al declararse culpable, vinculados a narcotraficantes mexicanos.
A partir de ahora se abre el plazo para que las entidades investigadas presentes sus alegaciones por escrito y oralmente. Si pese a esto, las autoridades antimonopolio de la UE consideran que Deutsche Bank y Rabobank son culpables, algo para lo que no hay un plazo establecido, ambos bancos pueden enfrentarse a sendas multas de hasta el 10% de su cifra mundial de negocios. En el caso del alemán, esta llegó a 25.400 millones en 2021; en el del holandés, a 12.169 millones.