El BBVA gana a Merlin el arbitraje sobre la Operación Chamartín
La entidad podrá vender su participación a un tercero sin que los accionistas minoritarios tengan derecho de tanteo o preferencia de compra
El BBVA podrá vender finalmente a un tercero su participación en la Operación Chamartín sin que los accionistas minoritarios tengan derecho de compra o preferencia de compra. Así se ha decidido tras el arbitraje realizado por la Cámara de Comercio de Madrid, que designó como árbitro al catedrático Miguel Virgós, quien ya ha comunicado el laudo sobre el derecho de tanteo y retracto que el banco había eliminado para Merlin y Grupo San José. Así, finalmente prevalece el criterio de mayoría accionarial sobre el supuesto abuso de derecho frente a los minoritarios.
La socimi Merlin —impulsó l...
El BBVA podrá vender finalmente a un tercero su participación en la Operación Chamartín sin que los accionistas minoritarios tengan derecho de compra o preferencia de compra. Así se ha decidido tras el arbitraje realizado por la Cámara de Comercio de Madrid, que designó como árbitro al catedrático Miguel Virgós, quien ya ha comunicado el laudo sobre el derecho de tanteo y retracto que el banco había eliminado para Merlin y Grupo San José. Así, finalmente prevalece el criterio de mayoría accionarial sobre el supuesto abuso de derecho frente a los minoritarios.
La socimi Merlin —impulsó la demanda de arbitraje con la constructora San José— siempre ha estado interesada en tomar una participación mayor de la promotora. De hecho, pretendía incluso tomar el control de Madrid Nuevo Norte, como se llama de forma oficial. La operación incluye la construcción de 10.500 viviendas y edificios de oficinas en lo que se espera que sea la ciudad financiera de la capital. Un punto que resulta clave para la socimi al tratarse de una oportunidad de ampliar su cartera de oficinas.
BBVA tiene actualmente un 75% del capital de la promotora Crea MNN. Esta es la que posee los derechos sobre la mayor parte de los terrenos donde se desarrollará la Operación Chamartín. El banco que dirige Carlos Torres negoció en 2019 con Merlin la venta de su participación, aunque las conversaciones no llegaron a buen puerto. Por este motivo, la socimi apostó por su entrada en el capital de Crea MNN: compró por casi 170 millones el 14,46% de la inmobiliaria a San José (la constructora se quedó con un 10%).
De esta forma, Merlin se aseguraba un derecho de tanteo en el caso de que el BBVA buscase la venta del capital que posee, ya sea una parte o el total. Aunque la entidad financiera, para evitar eso, convocó una junta de accionistas para suprimir esa alternativa que incluyen los estatutos de la sociedad. Esto lo pudo sacar adelante al contar con el control del capital y de ahí la discusión que se cierra ahora: la socimi cosideraba que esto era un abuso de mayoría y reclamó una mediación en la Cámara madrileña que resolviese la disputa.
BBVA sostuvo desde el inicio que su decisión no era el resultado de un acuerdo previo con un tercero, sino que buscaba flexibilizar la transmisión a nuevos socios. “Se confirma la validez del acuerdo de la junta general, adoptado con el voto favorable del BBVA, por el que se suprimen las restricciones a la libre transmisibilidad de acciones en la sociedad”, afirman fuentes financieras.
Para este contencioso, Crea MNN contrató al bufete Clifford Chance; Merlin contó con el trabajo de José María Alonso, decano del Colegio de Abogados de Madrid, y con los servicios de José Antonio Caínzos, experto procedente también de Clifford Chance, y San José escogió al despacho Cremades & Calvo Sotelo.
Un largo proceso
Los derechos de esta codiciada zona en el norte de la capital estaban en manos de la antigua Argentaria que, tras la fusión con el BBV, se convirtió en uno de los grandes proyectos del BBVA. Aunque esa operación ha sufrido multitud de contratiempos y ha sido una pesadilla en la que invirtió cantidades relevantes de dinero sin un retorno claro.
Los terrenos sobre los que se va a desarrollar el proyecto se extienden a lo largo de una franja de terreno alargada de más de 5,6 kilómetros de longitud y hasta un kilómetro de ancho, que atraviesa el norte de la ciudad de Madrid, desde la calle Mateo Inurria, junto a Plaza de Castilla, hasta la M-40.