Wallbox eleva sus ingresos pero pierde 29 millones de euros
La compañía reduce sus previsiones de facturación mientras su acción pierde valor
Wallbox ha disparado un 146% su facturación, hasta 112 millones de euros, en los nueve primeros meses del año en una desenfrenada carrera para ocupar cuota de mercado de los puntos de recarga. Sin embargo, la empresa mantiene el mismo patrón que otras empresas jóvenes: unas abultadas pérdidas operativas (86,4 millones) y un ebitda igualmente negativo. La compañía barcelonesa se está moviendo con cautela en sus previsiones y ha frenado su objetivo de facturación pese a obtener en el tercer trimestre su récord en su cifra de nego...
Wallbox ha disparado un 146% su facturación, hasta 112 millones de euros, en los nueve primeros meses del año en una desenfrenada carrera para ocupar cuota de mercado de los puntos de recarga. Sin embargo, la empresa mantiene el mismo patrón que otras empresas jóvenes: unas abultadas pérdidas operativas (86,4 millones) y un ebitda igualmente negativo. La compañía barcelonesa se está moviendo con cautela en sus previsiones y ha frenado su objetivo de facturación pese a obtener en el tercer trimestre su récord en su cifra de negocios (44 millones): antes era de entre 175 y 195 millones para 2022 y ahora se han encogido hasta una horquilla de entre 154 y 165 millones.
El consejero delegado de la empresa, Enric Asunción, ha destacado hoy los fuertes incrementos que ha registrado la compañía en el último trimestre, capitaneados por el mercado norteamericano (Estados Unidos y Canadá), donde ha dado un salto en ventas del 535%. Es un porcentaje muy superior a otros países de éxito, como el 270% de Francia, el 160% de Bélgica o el 130% de Italia y Holanda. En España el repunte fue del 125%. En total vendió entre julio y setiembre 67.000 cargadores.
Pese a esos resultados, la compañía parece haber perdido el cariño demostrado por los inversores en su estreno bursátil en Nueva York en octubre del año pasado. Entonces salió a Bolsa con 8,6 dólares por acción, llegó a cotizar a máximos de 18,5 dólares, pero después los títulos han perdido fuerza de forma paulatina. Pese a que este miércoles su valor ha subido un 3,6%, su precio estaba fijado en 5,92 dólares. La caída acumulada desde la salida a Bolsa es del 45,7% y se ha perdido la cota de valoración de los 1.000 millones de dólares.
“Las empresas tecnológicas en pleno crecimiento, como la nuestra, son las que están siendo más penalizadas, especialmente por la nueva situación de tipos de interés”, ha explicado Asunción en una rueda de prensa con medios españoles, en la que ha confiado que los inversores retomen la confianza en Wallbox “como una oportunidad en el largo plazo”. Esas expectativas, con un mercado del vehículo eléctrico por explotar, fueron las que generaron el interés por sacar a Bolsa al unicornio español. Su consejero delegado explicaba que la compañía ha pasado en apenas un año a controlar el 19% del mercado de los vehículos eléctricos (cuatro puntos más) y que únicamente se han instalado el 3% de los cargadores para coches eléctricos que plantean los expertos para esta década.
Los negativos resultados operativos se explican también por los esfuerzos que ha realizado Wallbox para poner en marcha sus nuevas fábricas de Barcelona y Arlington (Estados Unidos). La catalana la puso en marcha en abril de este año tras invertir nueve millones de euros e idearla hace apenas doce meses; la americana la estrenó en octubre tras invertir 70 millones de dólares. Mientras que en España fabricará puntos de recarga de menos potencia, en Estados Unidos se centrará en puntos de recarga ultrarápida, de 400 kilowatios, que permiten cargar una batería de coche eléctrico en apenas cinco minutos y que tienen mayor demanda en América. Las instalaciones de Arlington le habilitan también para intentar arañar ayudas del plan de estímulos anunciado por la Administración estadounidense.