Credit Suisse calma a los mercados con una oferta para recomprar su propia deuda

El banco suizo acaba la semana con fuertes subidas en Bolsa gracias a la decisión de intentar hacerse con 3.000 millones de su pasivo

Un tranvía circula frente a la sede de Credit Suisse en Zúrich (Suiza), el pasado 5 de octubre.Jose Cendon (Bloomberg)

El banco suizo Credit Suisse ha hecho este viernes una demostración de fuerza al informar en un comunicado de que ha realizado una oferta para recomprar 3.000 millones de euros de su propia deuda. El mensaje al mercado detrás de ese movimiento es claro: no hay problemas de liquidez. Y la reacción de los inversores ha sido positiva. Sus acciones se revalorizaban en torno al 7% mediada la sesión.

La semana termina así ...

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El banco suizo Credit Suisse ha hecho este viernes una demostración de fuerza al informar en un comunicado de que ha realizado una oferta para recomprar 3.000 millones de euros de su propia deuda. El mensaje al mercado detrás de ese movimiento es claro: no hay problemas de liquidez. Y la reacción de los inversores ha sido positiva. Sus acciones se revalorizaban en torno al 7% mediada la sesión.

La semana termina así de un modo muy diferente al que empezó para la entidad con sede en Zúrich. El pasado fin de semana, los rumores sobre sus eventuales problemas de solvencia recorrieron las redes sociales, y se dejaron notar en los primeros compases de la sesión del lunes, cuando sus títulos superaron el 10% de caída. Sin embargo, su precio prácticamente recuperó lo perdido ese mismo día, y progresó conforme transcurría la semana, en la que finalmente sus títulos acumulan unas ganancias cercanas al 20%.

La oferta para recomprar deuda incluye títulos en euros o libras esterlinas por valor de hasta 1.000 millones, y otros 2.000 millones en dólares. El banco dice que la decisión pretende “aprovechar las condiciones del mercado para recomprar deuda a precios atractivos”. Y es que las dudas sobre su futuro dispararon tanto el valor de sus seguros de impago (CDS) como la rentabilidad que ofrecen sus bonos.

La recuperación temporal que ha vivido estos días le ha permitido esquivar el círculo vicioso de rumores negativos y especulaciones sobre su salud financiera en que parecía haberse sumergido, muy peligrosos si los clientes reaccionan a ellos con pánico, pero no zanja ni mucho menos sus problemas. En lo que va de año ha perdido la mitad de su valor en Bolsa, y los inversores están muy pendientes del plan estratégico que presentará el 27 de octubre el nuevo consejero delegado, Ulrich Körner, coincidiendo con la publicación de sus resultados trimestrales.

Esa jornada casi se cumplirán los 100 días de gracia que Körner pidió al asumir el cargo en agosto para idear el modo de enderezar el rumbo del banco. Entre las opciones que baraja está dividir su negocio de inversión en tres partes, incluyendo un banco malo en el que figurasen los activos de más riesgo, según adelantó el Financial Times hace dos semanas.

Al mal comportamiento bursátil de Credit Suisse en 2022 se le suman otros escándalos que le han penalizado en los últimos tiempos. El banco fue la entidad más damnificada por el caso Archegos, destapado el año pasado. Archegos Capital Management tomaba prestadas sumas multimillonarias de los grandes bancos de inversión para invertir en Bolsa en un pequeño grupo de valores estadounidenses y chinos, y eso se tradujo en una pérdida estimada de 5.300 millones de dólares para Credit Suisse.

Otro episodio que generó inestabilidad fue la salida del portugués António Horta-Osório, que dejó la presidencia de la entidad en enero de 2021 después de que una investigación determinara que infringió las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus en Suiza y en el Reino Unido.

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