El ministro portugués de Economía: “Europa no estaría en esta situación si tuviese un mercado único energético”
António Costa Silva defiende una colaboración más estrecha entre Portugal y España para aumentar su peso económico y geopolítico
En sus primeros seis meses como ministro de Economía y Mar de Portugal, António Costa Silva (Angola, 1952), ha reforzado, tal vez sin pretenderlo, su papel de arquero solitario. Con una lustrosa hoja de servicios como profesor en la Universidad de Lisboa e ingeniero especializado en proyectos internacionales de energía, llegó al Gobierno avalado por su trabajo como estratega de los Planes de Recuperación y Resiliencia, que dejarán en Portugal 16.644 millone...
En sus primeros seis meses como ministro de Economía y Mar de Portugal, António Costa Silva (Angola, 1952), ha reforzado, tal vez sin pretenderlo, su papel de arquero solitario. Con una lustrosa hoja de servicios como profesor en la Universidad de Lisboa e ingeniero especializado en proyectos internacionales de energía, llegó al Gobierno avalado por su trabajo como estratega de los Planes de Recuperación y Resiliencia, que dejarán en Portugal 16.644 millones de euros hasta 2026. Es independiente y decir lo que piensa –gravar los lucros extraordinarios pero bajar impuestos a las empresas– le ha costado un disgusto con algunos colegas de Gabinete. En esta entrevista, realizada a finales de septiembre en su despacho del palacio del Manteigueiro, sede del ministerio en Lisboa, habla de los errores pasados de la Unión Europea, del presente vigoroso de la economía portuguesa y del tembloroso futuro de todos: “En pleno invierno es muy probable que Putin cancele completamente las exportaciones de gas a Europa… Si él hace eso vamos a tener una convulsión en los mercados de la energía”.
Pregunta. El turismo está haciendo un año extraordinario en Portugal. ¿Será la única buena noticia de 2022?
Respuesta. No, no. La buena noticia es que la economía portuguesa crecerá cerca del 6,4%, el mayor porcentaje de la zona euro. Revela una recuperación notable tras la crisis pandémica. El turismo está haciendo un año excepcional, vamos a superar los ingresos de 2019, pero también ocurre en otros sectores como la industria del calzado, que en el primer semestre exportó más de 40 millones de pares. Esto no obsta para que no exista una gran preocupación para el próximo año. Podemos tener un ablandamiento de la economía en la UE.
P. En el campo del turismo, ¿España y Portugal pueden tener alianzas o solo compiten?
R. Hay alianzas y una convergencia grande entre los dos países. El mundo cambió el 24 de febrero, hay una nueva era geopolítica con las cuestiones energéticas en el centro. En mi opinión, la península Ibérica puede asumir un protagonismo más fuerte si ambos países colaboran. El turismo es uno de los ejemplos. En las regiones transfronterizas ya tenemos un programa para reactivarlas a ambos lados de la frontera.
P. António Guterres vaticinó en la asamblea de la ONU un invierno del descontento. ¿Está alarmado ante lo que prevé?
R. Alarmado no estoy, pero nunca podemos subestimar la amplitud de la estupidez humana. El historiador italiano Carlo M. Cipolla hizo un tratado sobre la estupidez humana. En la cima de la escala está aquel que hace cosas que le perjudican a sí mismo como esta guerra, la más estúpida de todas. En pleno invierno es muy probable que Putin cancele completamente las exportaciones de gas a Europa. Él está recomponiendo sus alianzas con China, India y otros países asiáticos. El poco gas que exporta a Europa está generando ingresos que superan los del pasado debido a los precios astronómicos, por tanto está en condiciones de manosear eso y puede intentar en lo más duro del invierno interrumpir el suministro a la Europa central y del Este. Si él hace eso, vamos a tener una convulsión en los mercados de la energía. Por eso tenemos que tener una respuesta, que pasa también por la península Ibérica. En estas décadas no logramos construir un mercado europeo único de la energía. La península funciona como una isla energética y por tanto ahora más que nunca, y es lo que intentamos hacer junto a España, defendemos las interconexiones ante las instancias europeas, no solo para el gas natural, sino también para más adelante hidrógeno verde y energías renovables.
P. ¿Prevé una recesión en Portugal?
R. De momento prefiero decir que puede haber un ablandamiento económico, pero todos estamos preocupados con la situación de Alemania, que es el motor económico de Europa y que está en un momento difícil. A corto plazo lo que estamos a discutir con Alemania, Polonia y los países bálticos es la posibilidad de convertir Sines, nuestro gran puerto de aguas profundas, en un polo de recepción de gas natural licuado donde hacer el transbordo de los navíos grandes a otros más pequeños para el norte de Europa. Esto puede servir para cubrir parte de las carencias que tiene Alemania y puede estar disponible en unos meses.
P. A más largo plazo se podría contar con el tercer gasoducto en los Pirineos, que quieren Portugal y España. ¿Ve posible vencer la oposición de Francia a este proyecto?
R. Hasta ahora Francia ha sido muy reacia a apoyar las interconexiones, pero era un país que exportaba energía. Lo que le está ocurriendo este año es que la está importando porque gran parte de su energía proviene de las centrales nucleares, que no pueden ser refrigeradas con la sequía actual y el bajo nivel de agua de los ríos. Europa tiene que ser solidaria y en este momento ellos también están importando energía. Para tener una Unión resiliente es necesario crear un mercado único energético, hacer las interconexiones y diversificar las fuentes de abastecimiento. Si se hubiese hecho antes, Europa no estaría en esta situación. Es un error estratégico grande.
P. Macron fue muy drástico en su rechazo al tercer gasoducto.
R. Es cierto, pero la gente puede hacer muchos discursos, luego la realidad se impone.
P. Hay sectores que consideran débiles las medidas de apoyo a las familias y a las empresas. ¿Sería partidario de relajar la política de contas certas que sigue el Gobierno desde 2015 para tener manos libres en este momento?
R. No, no soy partidario. Defiendo la continuidad de la política de contas certas y de la consolidación presupuestaria porque el país no puede olvidar las lecciones del pasado. Hace diez años cuando tuvimos la gran crisis, la economía estaba en recesión y la deuda pública seguía creciendo mucho, esos dos factores conjugados fueron letales para el país con la intervención de la troika a lo que siguió un gran sufrimiento del pueblo portugués. Las variables macroeconómicas de ahora contrastan con aquellas. La economía está creciendo de forma notable y estamos reduciendo la deuda pública. Para los inversores no pesa tanto el nivel absoluto de la deuda si no la trayectoria. Nosotros tenemos una trayectoria de consolidación presupuestaria y reducción de la deuda, una señal muy importante. Además de eso el déficit también va a disminuir y el empleo está en niveles elevados. El gran problema es la inflación, que es la variable más difícil de lidiar.
P. ¿Hay discrepancias entre lo que piensa el ministro de Economía y lo que piensa el ministro de Finanzas a propósito de reducciones fiscales para las empresas?
R. No voy hacer más comentarios. Ya expresé mi posición. Creo que no hay discordancia. Mi preocupación es con la economía. Tenemos que conciliar una política económica que sea eficaz con una política fiscal equilibrada.
P. También defendió gravar los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, que ahora propone Bruselas.
R. Vamos a aguardar los estudios que se están haciendo. Cuando lo mencioné, hace cinco meses, era una posibilidad, pero hay que prestar atención a la especificidad de nuestro sistema fiscal. Las empresas de energía ya pagan una contribución extraordinaria.
P. ¿Cuál es su principal ambición como ministro de Economía?
R. Tenemos un gran programa en el Plan de Recuperación y Resiliencia, que son las 51 agendas movilizadoras. La ambición es transformar el perfil productivo de la economía portuguesa, que en lugar de tener una economía basada en bajos salarios sea una economía basada en innovación tecnológica. En algunas de esas agendas está el vislumbre del futuro porque apuestan por los sectores tradicionales de textil, calzado, muebles o plásticos aplicando la robotización y las tecnologías digitales para aumentar la productividad, y otros sectores que están emergiendo. Me gustaría que en 10 años el país tuviese una economía capaz de crear más riqueza y no dependiese excesivamente de uno o dos sectores como el turismo o los servicios, que sea una economía capaz de crear y vender productos y servicios de alto valor añadido.
P. Esa economía necesita buenas vías de comunicación. Ahora mismo las conexiones ferroviarias entre España y Portugal atraviesan uno de los peores momentos de su historia.
R. Es cierto.
P. ¿Debería ser una prioridad para los dos Gobiernos mejorarlas?
R. Ya es una prioridad porque las infraestructuras son decisivas para el desarrollo económico. En Portugal tuvimos una preocupación excesiva por las carreteras y no prestamos atención a las infraestructuras ferroviarias, pero ahora hay un gran programa nacional. El tren, con la electrificación, es mucho más limpio y sostenible y competitivo. Es el camino del futuro, pero las infraestructuras hoy no solo son físicas, sino también digitales y por eso la vicepresidenta Nadia Calviño destacó la importancia de los corredores 5G entre ciudades españolas y portuguesas.
P. Para la próxima cumbre ibérica, ¿llevarán algún proyecto concreto?
R. Vamos a concretar el proyecto del turismo en las zonas transfronterizas. Estamos también trabajando con España en la Organización Mundial del Turismo para ver si ambos países se articulan y transforman la península Ibérica en un gran destino turístico, como ya es, pero que puede superarse. Y luego veremos que podemos hacer en conjunto en el área de los semiconductores, en las baterías y en las industrias espaciales. Será lanzada la constelación Atlántica con satélites portugueses y españoles, que son muy importantes para estudiar las alteraciones climáticas y para hacer la monitorización del territorio y ayudar en la gestión y prevención de incendios.