¿El fin de los vuelos baratos?: las aerolíneas europeas aumentaron un 30% los billetes este verano

Las compañías incluso de bajo coste han aprovechado la explosión de la demanda para disparar las tarifas pero dependerán de la evolución de la economía para mantener la carestía

Michael O'Leary, en una conferencia de prensa en Bruselas, el pasado 14 de junio.YVES HERMAN (REUTERS)

Coincidiendo con el fin de las restricciones de movilidad por el coronavirus, el tráfico aéreo se ha disparado este verano y, consiguientemente, también se han elevado los precios. El precio medio del billete aplicado por las compañías aéreas europeas se ha elevado un 30%, aunque en el caso de las de bajo coste, el aumento ha sido de hasta el 50%, según un estudio realizado por Wise, una firma de tecnología financiera especializada en transferenc...

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Coincidiendo con el fin de las restricciones de movilidad por el coronavirus, el tráfico aéreo se ha disparado este verano y, consiguientemente, también se han elevado los precios. El precio medio del billete aplicado por las compañías aéreas europeas se ha elevado un 30%, aunque en el caso de las de bajo coste, el aumento ha sido de hasta el 50%, según un estudio realizado por Wise, una firma de tecnología financiera especializada en transferencias online. Tras estas subidas espectaculaes, el debate ahora es si se trata de un fenómeno coyuntural postpandemia o el fin de los vuelos baratos y la vuelta a un statu quo como ocurría hasta la década de los noventa del siglo pasado cuando el avión estaba reservado para los ejecutivos corporativos y gente adinerada.

Las aerolíneas que más han incrementado sus precios son Scandinavian Airlines, con un aumento del 81,5%, seguida de Air France (63,5%), Iberia (57,8%) y Air Europa (54,7%), mientras que Aer Lingus (5,6%), Iberia Express (19,4%) y KLM (21,5%) son las que menos han sucumbido a las subidas. El análisis realizado por Wise de la variación del gasto medio respecto a 2021 se llevó a cabo sobre más de 130.000 tickets de compra en 17 aerolíneas europeas, por parte de consumidores de 30 países del continente europeo, desde mayo a julio.

Ni siquiera las aerolíneas de bajo coste se han librado de esta escalada de precios. Por ejemplo, Ryanair, la primera compañía aérea en España por número de pasajeros, incrementó sus precios un 50,1% mientras, del grupo IAG al que también pertenece Iberia, lo hizo en un 43,6%. De este grupo, las que menos aumentaron las tarifas fueron la referida Iberia Express (19,4%) y EasyJet (28,5%), según el estudio de Wise.

El informe coincide en líneas generales con otros estudios como el del buscador de viajes Kiwi.com, que concluye que el precio de los tickets aéreos en España aumentó un 45% en julio y un 40% en el resto del continente. Para agosto, estima una subida adicional del 13% en comparación con la media registrada en julio; mientras que en septiembre y octubre, una vez finalizada la temporada de verano, el precio caerá un 27,5%.

Por su parte, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que las aerolíneas que operan en España dispararon un 21,6% el precio de los billetes para volar al extranjero en julio en comparación con un año antes, la mayor subida desde 2018. No obstante, hay que tener en cuenta que desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, comenzaron una racha negativa de precios a la baja que se alargó 21 meses, y que solo se rompió en diciembre de 2021. Por su parte, los billetes nacionales también subieron en julio, aunque de forma más suave. Lo hicieron un 1,7%, el mismo porcentaje que en junio, y encadenan cuatro meses al alza, tras haber bajado también casi de forma continua desde agosto de 2020.

El ‘low cost’ sobrevivirá aunque caigan algunas de sus marcas

Este notable incremento de los precios ha puesto sobre la mesa el debate de si estamos ante el fin de los vuelos baratos, aunque los expertos señalan que aún es pronto para llegar a esta conclusión. Y es que en el notable aumento del coste de los billetes aéreos han influido varios factores extraordinarios. En primer lugar, el fin de la pandemia y la explosión de una demanda embalsamada después de casi dos años encerrados que ha provocado un cierto furor viajero en los ciudadanos, empujando al alza a los precios. También ha pesado el aumento del coste del combustible, y los problemas derivados de la escasez de personal en los aeropuertos y, sobre todo, en las aerolíneas, tras la desbandada laboral sufrida durante la pandemia, que las aerolíneas no han tenido tiempo de reponer. Al verse reducida la oferta de asientos y rutas, las pocas plazas disponibles han disparado los precios, y esa es la causa de que aerolíneas colmo Lufthansa, SAS, Air France o la propia Iberia se encuentren a la cabeza de las subidas. Tampoco ha sido ajena a la escalada inflacionista de los vuelos, la oleada de huelgas como las que han sufrido en España los viajeros de EasyJet, Iberia Express o Ryanair.

Otros analistas apuntan a que, si llega una recesión en otoño como apuntan casi todas las cifras macroeconómicas, las compañías no tendrán más remedio que buscar fórmulas low cost para mantener la ocupación y los gobiernos, sobre todo el español, a relajar la fiscalidad “predatoria medioambiental” si quieren preservar la llegada de turistas, el primer capitulo del producto interior bruto español y la base de la economía de las Islas Baleares o Canarias.

Eso si, muchas compañías se quedarán por el camino y solo sobrevivirán las que tengan mayor resistencia financiera. Hay que recordar que el Gobierno de Pedro Sánchez ha tenido que salir al rescate de Air Europa, Air Nostrum, Volotea y Plus Ultra y que la propia Iberia ha recibido préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) por 750 millones de euros.

Ante esta incertidumbre cobran más valor las reiteradas declaraciones durante este verano del consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, avisando que, aunque el encarecimiento del combustible provocará el fin de la época de billetes “muy baratos” y las “tarifas promocionales”, no acabará con el low cost. “No los volveremos a ver en varios años”, ha señalado en referencia a los precios de entre 1 y 10 euros por trayecto que popularizó la compañía irlandesa durante las últimas dos décadas. Según O’Leary, la tarifa aérea media de Ryanair aumentará en unos 10 euros durante los próximos cinco años, desde los 40 euros del pasado año hasta los 50 euros en 2027. “No hay duda de que no volveremos a ver en varios años nuestras ofertas promocionales realmente baratas, los billetes a 1 euro, a 99 céntimos o a 9,99 euros”, ha señalado el apóstol de los vuelos de bajo coste.

Aunque atribuye este cambio al repunte del precio de la energía, que también afecta al poder adquisitivo de la ciudadanía, se muestra confiado en que el número de pasajeros se mantendrá estable. En este contexto, O’Leary opina que los consumidores “acudirán en masa” a las aerolíneas de vuelos económicos como la propia Ryanair o EasyJet. “Creo que la gente seguirá volando frecuentemente. Pero creo que mirarán mucho más los precios y, en consecuencia, millones de usuarios se pasarán (a las aerolíneas de bajo coste)”, subraya O’Leary.

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