La incertidumbre económica rebaja los resultados en el segundo trimestre de JP Morgan y Morgan Stanley
El temor a una fuerte subida de tipos de la Fed en julio añade inquietud a las perspectivas a corto plazo y lastra a la banca estadounidense
JPMorgan Chase, el mayor banco de EE UU, ganó 8.649 millones de dólares (8.606 millones de euros al cambio actual) de abril a junio, un 28% menos que en el mismo periodo del año pasado, pero ligeramente por encima de las ganancias del primer trimestre (8.300 millones). La entidad ha informado de una provisión de fondos para cubrir pérdidas crediticias por valor de 1.100 millones. Los resultados no han satisfecho las expectativas de los analistas y sus acciones han caído más del 4% este jueves, arrastrando al índice general, con el S&P 500 perdiendo casi el 1%. La entidad ha decidido suspen...
JPMorgan Chase, el mayor banco de EE UU, ganó 8.649 millones de dólares (8.606 millones de euros al cambio actual) de abril a junio, un 28% menos que en el mismo periodo del año pasado, pero ligeramente por encima de las ganancias del primer trimestre (8.300 millones). La entidad ha informado de una provisión de fondos para cubrir pérdidas crediticias por valor de 1.100 millones. Los resultados no han satisfecho las expectativas de los analistas y sus acciones han caído más del 4% este jueves, arrastrando al índice general, con el S&P 500 perdiendo casi el 1%. La entidad ha decidido suspender temporalmente la recompra de acciones propias para reforzar sus niveles de capital mientras su director ejecutivo, Jamie Dimon, aseguraba en un comunicado ser “consciente de las incertidumbres económicas” por venir.
Por su parte, los ingresos de la banca de inversión Morgan Stanley se desplomaron también ante la desaceleración de los mercados de capitales, anotando un beneficio neto de 2.391 millones de dólares (2.379 millones de euros) entre abril y junio, lo que equivale a un retroceso del 32% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Las acciones de Morgan Stanley han perdido un 23% en los primeros seis meses del año, su peor desempeño durante dos trimestres consecutivos en más de una década, según la agencia Bloomberg.
El grupo de banca de inversión registró los peores resultados, mientras que la unidad de negocios ayudó a compensar la pérdida, ya que los ingresos de renta fija aumentaron en medio de una mayor volatilidad y al hecho de que los clientes se apresuraron a reposicionar sus cuentas.
No obstante, a diferencia de JPMorgan, Morgan Stanley anunció una nueva recompra de acciones, hasta 20.000 millones de títulos de la compañía, aunque sin proporcionar detalles sobre el plazo. Las recompras han planteado problemas con los reguladores en el pasado, por la posibilidad de que en tiempos de turbulencia económica el uso de efectivo para la operación agote el capital previsto inicialmente para cubrir las pérdidas crediticias.
La desaceleración de la demanda y el hundimiento de los mercados han puesto fin a un periodo de ganancias récord para los bancos más grandes del país, pero eso no significa que una recesión sea inminente, sostienen los principales banqueros, aunque a la vez den señales de estar preparándose para tal eventualidad. Para los ejecutivos de JPMorgan, hay pocas muestras, si es que existe alguna, de que la economía estadounidense esté entrando en recesión. “Hemos analizado con mucho cuidado nuestros datos reales”, dijo Jeremy Barnum, director financiero del banco, en una llamada con periodistas recogida por The New York Times. “Esencialmente no hay evidencia de debilidad real”.
Los clientes de la banca minorista siguen gastando en bienes y servicios que quieren pero que no necesitan, como viajes y restaurantes, y las empresas a las que presta JPMorgan están haciendo más uso de algunas líneas de crédito, dos señales de que la actividad económica, hasta ahora, ha logrado mantener la tracción a pesar del aumento generalizado de los precios.
El aumento de la inflación, que en junio alcanzó el 9,1%, y los esfuerzos de la Reserva Federal para ayudar a combatirla han puesto a los inversores en alerta ante la posibilidad de una recesión y el efecto indirecto que una contracción económica puede tener para las entidades financieras. Las expectativas de que la Fed eleve de golpe 100 puntos básicos los tipos de interés a finales de julio añade inquietud.