Uber forjó alianzas millonarias con oligarcas aliados de Putin en su intento fallido de ingresar al mercado ruso
‘Uber Files’ detalla cómo la firma cerró acuerdos con LetterOne, Sberbank o USM Holding, cuyos directivos están hoy en el foco de las sanciones europeas, y contrató a un empresario ―hoy diputado local― por su trabajo de “relaciones gubernamentales”.
“Domar al oso”: así definieron los directivos de Uber la estrategia a seguir para entrar en Rusia en un documento interno. El plan trazado preveía identificar a multimillonarios locales con claras conexiones políticas con el Kremlin y cortejarlos con lucrativos acuerdos ligados a acciones de la empresa. Se trata de oligarcas que sufren hoy las sanciones de Occidente tras la invasión rusa de Ucrania.
El documento es parte de Uber Files, una investigación de más de 124.000 archivos de Uber obtenidos por The Guardian y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y más de 40 medios asociados, EL PAÍS y La Sexta en España. Los archivos muestran que mientras Uber eludía o desafiaba las normativas en las democracias occidentales, algunos directivos hacían esfuerzos excepcionales para hacer que creciera el negocio de la empresa en Rusia, en aquel momento uno de los mercados más atractivos, pero opresivos, del mundo. Aun así, los esfuerzos de Uber por ganarse el favor y un largo futuro en ese país finalmente resultaron infructuosos.
Hoy en día, Uber asegura que ninguno de los jefes que están en la empresa ha mantenido relaciones con oligarcas. “Nuestra dirección actual reniega de toda relación anterior con cualquier persona relacionada con el régimen de Putin”, manifiesta la portavoz de Uber, Jill Hazelbaker. “La dirección actual de Uber piensa que [el presidente ruso Vladímir] Putin es reprobable y reniega de toda relación anterior con él o con sus allegados”.
Para “domar al oso” Uber forjó acuerdos con al menos cuatro oligarcas que consideraba “aliados”: los leales a Putin Mijaíl Fridman y Petr Aven con su empresa de inversiones LetterOne Holdings (el fondo accionista de DÍA en España hasta la guerra en Ucrania); el poderoso director general del banco Sberbank, Herman Gref; o el holding empresarial de la sexta persona más rica de Rusia, Alisher Usmanov (USM). Y llegó a pagar unos 300.000 dólares a un diputado de la Duma, el Parlamento ruso, por su trabajo de “relaciones gubernamentales”.
300.000 dólares por un “trabajo de relaciones gubernamentales”
En los correos filtrados se leen conversaciones sobre un acuerdo con el fondo LetterOne ya a finales de 2015. Poco después, Travis Kalanick (fundador y CEO de la empresa hasta 2017) se reunió en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) con Alexei Reznikovich, consejero delegado de LetterOne. “Muy buena reunión”, se afirma en un resumen del encuentro. “Parece que estamos cerca de un acuerdo”. En febrero de 2016, la firma de inversión había comprado una participación de 200 millones de dólares en Uber como parte de una “asociación estratégica”.
Parte de ese acuerdo se mantuvo confidencial. Uber había ofrecido a la empresa de inversión 50 millones de dólares en warrants sobre acciones, es decir: garantizaban el derecho a comprar acciones de Uber a un precio determinado. La oferta se hizo a cambio de que LetterOne ayudara a Uber políticamente en Rusia y también para avalar “el pesado trabajo del día a día que realizarían en nuestro nombre en la Duma [el Parlamento ruso] y con la administración presidencial”, según un correo del entonces director de políticas públicas para Europa, Mark MacGann.
Los documentos muestran que los directivos de LetterOne ayudaron a poner en contacto a Uber con otros rusos influyentes. Por ejemplo, con Vladímir Senin, entonces vicepresidente del Banco Alfa y hoy miembro del parlamento ruso: según un memorando interno de Uber, consiguió introducir disposiciones clave favorables a Uber en un proyecto de ley federal de taxis, que, sin embargo, no llegó a aprobarse.
Uber firmó un acuerdo con Senin, ahora miembro de la Duma, para que este le ayudara tanto en el frente legislativo como en el normativo, se lee en los archivos. Benjamin Wegg-Prosser, asesor de la empresa, aparece citado en un documento señalando que Senin “había recibido un pago adecuado por su apoyo”: en respuesta a las preguntas, la portavoz de Uber confirmó que se pagó al menos 300.000 dólares por el “trabajo de relaciones gubernamentales” de Senin.
Mientras tanto, los abogados de Uber estaban preocupados por la contratación de Senin y por los warrants sobre acciones otorgados. El entonces director de negocios de Uber en Europa, Oriente Próximo y África, Fraser Robinson, comentó a sus colegas que esas prácticas podría infringir la ley estadounidense contra el soborno de funcionarios extranjeros. Los abogados advirtieron de que los pagos podrían ser vistos como sobornos para “lubricar la maquinaria”, señaló Robinson.
“Una línea directa con el Kremlin”
El memorando donde se habla de “domar al oso” señalaba que Uber contaba con el “apoyo personal” de Fridman, Aven y Gref. “Con su apoyo tenemos, en teoría, una línea directa con el Kremlin”, se afirmaba en el memorando. “La implicación personal de Mijaíl Fridman y Petr Aven (L1) y Herman Gref (Sberbank), todos ellos muy cercanos a Vladímir Putin, significa que (en principio) tenemos acceso a orientación y apoyo político de alto nivel”.
“Dios ama a Rusia, donde los negocios y la política son tan... cercanos”, decía el jefe de política pública europea de Uber, Mark MacGann, en un correo electrónico de marzo de 2016 a dos directivos de la empresa antes de una cena de tres platos en el Club de Golf de la Ciudad de Moscú, un exclusivo punto de encuentro cerca del río Moscova.
El mismo MacGann, de Uber, afirmó que los directores de LetterOne también acordaron ayudar en Bielorrusia, un antiguo satélite soviético que permanece bajo la fuerte influencia del Kremlin. Mientras las autoridades de la capital bielorrusa revocaban las licencias de los conductores de Uber y exigían sus datos fiscales, el copropietario de LetterOne, Aven, planeaba intervenir y “presionar al viceprimer ministro de Minsk sobre estos puntos”, se señalaba en el correo de MacGann.
“La implicación personal de Mijaíl Fridman y Petr Aven y Herman Gref, todos ellos muy cercanos a Vladímir Putin, significa que tenemos acceso a orientación y apoyo político de alto nivel”.Correo interno de Uber
El acuerdo con LetterOne fue organizado en gran medida por Lord Peter Mandelson, un exministro del Gobierno de Reino Unido, y Wegg-Prosser, exdirector de comunicaciones del primer ministro Tony Blair, según muestran los Archivos Uber. Su empresa de asesoramiento estratégico, Global Counsel, proporcionó información sobre personas influyentes rusas con “estrechos vínculos y lealtad al Kremlin”. Wegg-Prosser mantuvo contacto directo con Petr Aven, de LetterOne, para preguntarle si podía organizar una reunión entre Uber y el jefe de gabinete de Putin.
Promoción con el banco
En septiembre de 2015, Uber firmó un acuerdo con Sberbank y su director general, Herman Gref, presentó Uber al alcalde de Moscú. El banco también promocionó a empresa de transporte en su plataforma de banca móvil y lanzó un programa de financiación de vehículos para los conductores de Uber, según muestran los correos. Los clientes de Sberbank también recibían puntos de fidelidad en sus viajes a través de la app de la empresa, una estrategia que aportó unos 20.000 nuevos usuarios solo en 2015.
Los correos indican que la relación entre Uber y Sberbank fue iniciada, en parte, por David Plouffe, jefe de política de la firma y ex asesor de Barack Obama, que se reunió con Gref durante un viaje de verano a Rusia en 2015. A lo largo de la relación, Sberbank sufrió sanciones por parte de los Gobiernos de Estados Unidos y de la UE, propiciadas primero por la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014. Ni Greff ni Plouffe respondieron a las preguntas de los medios de ICJ, mientras que Hazelbaker señaló que hoy Uber no tendría ninguna relación con Sberbank o Gref.
Uber también ofreció warrants sobre acciones a USM, el holding del que es copropietario el oligarca de origen uzbeko Usmanov, aunque los documentos no especifican cuántos warrants ni facilitan su precio. Un portavoz de Usmanov afirmaba que el acuerdo carecía de connotaciones políticas. Sostiene que “es absurdo insinuar que el holding o sus accionistas puedan actuar como grupos de presión políticos en favor de Uber”, pero no respondió a las preguntas sobre los warrants sobre acciones que Uber ofreció a la empresa.
Pese a sus esfuerzos, la aventura de Uber en Rusia no funcionó. En 2017, la firma acordó fusionar su negocio en el país con la empresa rusa de internet Yandex, que opera un servicio de transporte compartido, en una empresa conjunta de 3.700 millones de dólares controlada por Yandex. Desde entonces, Uber ha vendido más participaciones suyas. Tras la invasión de Ucrania de este año, Uber anunció sus planes de cortar por completo sus vínculos financieros con Rusia.