El INE revisa una décima al alza el crecimiento de la economía española en 2021 hasta situarlo en el 5,1%
El crecimiento del cuarto trimestre se sitúa en el 2,2% frente al 2% inicialmente publicado gracias a una fuerte mejora del consumo
La economía española creció un 5,1% en 2021, según el dato revisado que ha publicado el INE este viernes. Se trata de una décima más que el 5% que había avanzado el instituto estadístico en enero. Tras la brutal caída que sufrió en 2020 la producción por la pandemia, con un desplome del 10,8%, el año pasado la actividad se reanudó de forma vigorosa a pesar de las restricciones y los problemas que todavía acarreaba el coronavirus.
Esta cifra supone un crecimiento muy r...
La economía española creció un 5,1% en 2021, según el dato revisado que ha publicado el INE este viernes. Se trata de una décima más que el 5% que había avanzado el instituto estadístico en enero. Tras la brutal caída que sufrió en 2020 la producción por la pandemia, con un desplome del 10,8%, el año pasado la actividad se reanudó de forma vigorosa a pesar de las restricciones y los problemas que todavía acarreaba el coronavirus.
Esta cifra supone un crecimiento muy robusto, el mayor en 21 años. Y cobra mayor valor cuando se tienen en cuenta los lastres que aún impuso durante ese año la covid. Pero también implica que el rebote no fue lo suficientemente fuerte como para recobrar el PIB perdido con la pandemia: al cierre del cuarto trimestre falta un 3,8% para recuperar los niveles que se esfumaron con el gran confinamiento. En media anual resta un 6,2%, con una composición de la economía en la que hay menos consumo privado e inversión que en 2019 pero más consumo público y exportaciones. En consecuencia, España se queda rezagada respecto a países como Alemania, Francia o Italia, que ya han logrado restablecer las cotas previas al virus. La tasa de crecimiento anual se sitúa además por debajo del 6,5% que anticipaba el Gobierno y muy lejos del 7,2% —9,8% contando con los fondos europeos— que llegó a dibujar para los Presupuestos de 2021. En euros, el producto interior bruto alcanzó en 2021 los 1,205 billones.
Entre octubre y diciembre el PIB sumó un 2,2% trimestral, en lugar del 2% que se había estimado inicialmente. La corrección se debe sobre todo a una mejora del consumo de los hogares, que pasa de hundirse un 1,2% trimestral a crecer un fortísimo 1,5%. Esta revisión cambia todo el relato que se había generado sobre el final del año pasado: mientras que antes se pensaba que la ómicron y la inflación habían detenido las compras en el último trecho del año, ahora se vislumbra un panorama algo más robusto para afrontar una crisis energética que se ha desbocado con la invasión de Ucrania. De momento, los analistas recogidos por Funcas que han revisado sus previsiones respecto a enero ya han bajado en un punto entero el crecimiento para este año hasta el 4,5%.
El INE ha empeorado en su revisión la evolución del consumo público, que retrocedió en el último trimestre del año un considerable 1,6% al remitir las extraordinarias contrataciones que se hicieron con la pandemia. También ha rebajado a la mitad la inversión, que incluso así se disparó un 3,6% entre octubre y diciembre, probablemente ayudada por el despegue de los fondos europeos. El sector exterior tuvo una contribución positiva con un aumento del 7,2% en las exportaciones frente al 4,5% que engordaron las importaciones. Como apunta María Jesús Fernández, analista de Funcas, sorprende que en el último trimestre el turismo extranjero haya conseguido ya colocarse al 80% de los niveles precovid.
“Me parece muy destacable que la demanda externa esté contribuyendo al crecimiento a ritmos similares a los que se vivió durante la pasada crisis financiera sin que el turismo internacional se haya recobrado”, señala Rafael Doménech, economista del BBVA. Entonces el sector exterior español hizo un tremendo esfuerzo para vender fuera ante la deteriorada situación interna, pasando de un abultado déficit a un superávit frente al resto del mundo. Y el turismo fue uno de los motores.
Las rentas empresariales, que incluyen las de los autónomos, superan en el cuarto trimestre las cifras trimestrales previas a la pandemia. Sin embargo, como explica Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos, en el conjunto del año este excedente todavía se encuentra un 6,2% por debajo del de 2019. O sea: unos 33.000 millones inferior. En cambio, la remuneración de los asalariados solo está a un 0,5% de recuperarse. Esto es: 2.900 millones menos que en 2019. “El 85% de la pérdida de PIB se explica por la caída del excedente empresarial”, defiende Izquierdo.
Estos datos indican el esfuerzo que hicieron las empresas por aguantar las plantillas con el apoyo esencial de los ERTE. Y también muestran cómo la inflación del último trimestre les está ayudando a recuperar márgenes con mayor velocidad mientras que los salarios no están creciendo en igual medida.
Doménech añade que se ha cerrado la brecha que existía entre el empleo y el PIB, pues el primero se había estado comportando mejor que el segundo desde el estallido de la pandemia. En términos interanuales, el empleo en horas trabajadas avanza un 2,7% y la productividad por hora trabajada, un 2,8%. “Mientras que el PIB no ha logrado recuperar los niveles anteriores a la pandemia, la productividad por hora trabajada ya prácticamente lo ha conseguido”, recalca. En definitiva, se está produciendo menos PIB porque se trabaja menos horas aunque sea con la misma productividad.