Ibercaja anuncia su intención de salir a Bolsa
La fundación que controla el noveno banco español por activos reducirá su participación del 88% al 46%
Ibercaja ha comunicado este jueves su intención de empezar a cotizar en Bolsa. La entidad, especialmente presente en las comunidades autónomas de Aragón y La Rioja, y en las provincias de Guadalajara, Burgos y Badajoz, se convertiría así en el séptimo banco español en saltar al parqué, donde ya están el Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell y Bankinter en el Ibex 35 y Unicaja Banco en el mercado continuo.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV),...
Ibercaja ha comunicado este jueves su intención de empezar a cotizar en Bolsa. La entidad, especialmente presente en las comunidades autónomas de Aragón y La Rioja, y en las provincias de Guadalajara, Burgos y Badajoz, se convertiría así en el séptimo banco español en saltar al parqué, donde ya están el Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell y Bankinter en el Ibex 35 y Unicaja Banco en el mercado continuo.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el noveno banco español por activos explica que el salto a los mercados busca cumplir la Ley de Fundaciones Bancarias, que exige al principal accionista la disminución de su participación en el capital por debajo del 50%. Para satisfacer la norma, la Fundación Ibercaja se desprenderá de un importante paquete, y se quedará únicamente con el 46% del banco, desde el 88% que ostenta actualmente, aunque su intención es seguir manteniendo el control.
Tras fiascos como el que supuso la salida a Bolsa de Bankia para los pequeños ahorradores, el banco, que asegura contar con unos dos millones de clientes particulares, ha optado por una colocación dirigida únicamente a inversores institucionales, y no habrá tramo de particulares, que solo podrán comprar títulos tras el toque de campana que dará paso a su estreno en Bolsa.
A la espera de que en unos días remitan a la CNMV el folleto con los detalles, un paso que irá seguido de una gira de presentación a inversores, todavía se desconoce a qué precio fijará la fundación esa desinversión, cuándo empezará la andadura en Bolsa y en cuánto estará valorada la compañía, aunque se estima que empezará a cotizar en febrero y su capitalización se moverá entre los 1.500 millones y los 2.000 millones de euros, algo por debajo de los 2.400 millones de Unicaja o los 3.700 millones de Sabadell, los dos bancos más pequeños de entre los que cotizan en la Bolsa española. La fundación destinará parte de los ingresos obtenidos de la colocación de acciones a la constitución de un fondo de reserva para potenciales necesidades de recapitalización del banco.
Ibercaja está enfocada exclusivamente en el mercado español, no tiene presencia en otros países. Cuenta con 58.200 millones de euros en activos, y su cuota de mercado es del 2,4% en préstamos a particulares, del 2,8% en depósitos a clientes y del 3,6% en préstamos hipotecarios. Su consejero delegado, Víctor Iglesias, apunta a que el banco está extendiendo su implantación a Madrid y al arco Mediterráneo, y defiende que antes de tomar la decisión de salir a Bolsa han mejorado su solvencia, la calidad de los activos, el perfil de riesgo, el gobierno corporativo, la eficiencia y la rentabilidad. “Hemos trabajado intensamente para afrontar este desafío con garantías”, asegura. “Estamos ante una operación de salida a Bolsa histórica”, recalcó su presidente, José Luis Aguirre.
El banco, con sede en Zaragoza, ganó 146 millones entre enero y septiembre de 2021, el doble que el año anterior en ese mismo periodo, gracias a la recuperación de la economía. Está centrado en clientes minoristas, hipotecas de primera vivienda, gestión de activos y productos de seguros de vida-ahorro, financiación a pymes y seguros de riesgo. También cuenta con filiales especializadas en la gestión de fondos de inversión y planes de pensiones, bancaseguros, leasing y renting. En la coordinación de la operación participan JP Morgan y Morgan Stanley, mientras que Rothschild España actúa como asesor financiero independiente del banco y Linklaters como asesor legal.
La entidad espera que la oferta pública amplíe su base accionarial mediante la incorporación de inversores institucionales, lo cual le ayudará a mejorar el acceso a los mercados de capitales (también en el caso de los instrumentos de deuda) facilitándole así la obtención de financiación adicional para su futuro crecimiento. Además, estima que hay otras ventajas, como un mayor reconocimiento de la marca, y una mayor transparencia —las empresas cotizadas tienen más obligaciones en ese sentido—.
De hacerse realidad, la decisión supone que de las diez mayores entidades españolas solo Kutxabank, Abanca y Cajamar no cotizarán en Bolsa. En el caso de Ibercaja, ha retomado unos preparativos que se vieron truncados bruscamente, dado que estaba lista para salir al mercado en marzo de 2020, pero la pandemia dio al traste con esos planes. Su llegada se produce en un momento complicado para los bancos por los problemas de rentabilidad derivados de la política de bajos tipos de interés del Banco Central Europeo, que mantiene el precio del dinero en niveles históricamente muy bajos pese al repunte de la inflación. Unicaja, la última entidad financiera en empezar a cotizar, ha perdido desde que empezara su recorrido bursátil en 2017 un 21,5% de su valor, si bien su cotización se sitúa ya en niveles previos a la pandemia, igual que el BBVA, Bankinter y CaixaBank.
Ibercaja Banco se creó en 2011 fruto del negocio financiero de la extinta Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, hoy transformada en la Fundación Ibercaja. En 2013 absorbió Caja3, nacida de la fusión de los negocios de Caja de Ahorros de la Inmaculada, Caja Badajoz y Caja de Ahorros Círculo de Burgos. Las fundaciones de estas tres cajas poseen el 11,96% del capital restante, el que no está en manos de la Fundación Ibercaja. Como el resto de la banca, la entidad está inmersa en un proceso de reestructuracion de su plantilla que en 2020 le llevó a efectuar un ERE que se saldó con 750 salidas voluntarias.