La subida de precios en Correos: reflejo de una estrategia fracasada
Las pérdidas de la empresa en 2021 alcanzarán los 150 millones de euros y las deudas del Grupo se han multiplicado por 90 por la caída de sus fondos propios
Como ya es tradicional en los últimos años en Correos, con el inicio de 2022, se han subido de forma desproporcionada las tarifas. Estos incrementos deben ser el fiel reflejo de una estrategia. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, lo único que pone de manifiesto esta subida es un fracaso más en la estrategia a corto, medio y largo plazo, propuesta por el actual equipo de gobierno y, especialmente, por su presidente Juan Manuel Serrano Quintana.
La actual situación económico-financiera de Cor...
Como ya es tradicional en los últimos años en Correos, con el inicio de 2022, se han subido de forma desproporcionada las tarifas. Estos incrementos deben ser el fiel reflejo de una estrategia. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, lo único que pone de manifiesto esta subida es un fracaso más en la estrategia a corto, medio y largo plazo, propuesta por el actual equipo de gobierno y, especialmente, por su presidente Juan Manuel Serrano Quintana.
La actual situación económico-financiera de Correos está próxima al colapso. Las pérdidas de la empresa en el año 2021 (en el año de la recuperación) alcanzarán los 150 millones de euros. Su cash-flow es negativo por primera vez en la historia de la entidad, lo que ha obligado a solicitar créditos por valor de 433 millones de euros para atender los pagos a corto (las nóminas de los empleados), situación sin precedentes en la compañía. Asimismo, ha tenido que solicitar una línea de crédito por valor de más de 600 millones, puesto que se han multiplicado por 90 las deudas del Grupo por la caída de sus fondos propios. Paradójicamente, con esta situación, se han gastado más de 60 millones en servicios exteriores (consultorías, por ejemplo). Si se continúa por esta senda de la subida desmesurada de tarifas (sin tener en cuenta la voluntad de compra de nuestros clientes), se acentúa el efecto sustitución electrónica, que sumado a una estrategia de diversificación equivocada (como la implantada), acelera la caída de los ingresos. Dada la actual situación, podemos anticipar que si en breve plazo no se corrigen estas decisiones el valor de pasivo de la compañía superará al del activo y Correos entrará en quiebra.
El diagnóstico de situación que hizo Juan Manuel Serrano Quintana tras acceder al cargo fue que las cartas tendían a desaparecer y que había que iniciar un proceso de diversificación de los ingresos. Así, se ha emprendido una senda de diversificación que según sus propias declaraciones no termina de funcionar. Asimismo, al dar por muerta la correspondencia, que en 2019 representaba el 65% del total de los ingresos, no solo se ha abandonado esta línea de negocio, sino que se ha actuado de manera que se ha empujado a Correos a un callejón sin salida. La política de precios implantada en los últimos años es el agente más activo del efecto sustitución electrónica de la carta. Las subidas de precio registradas durante su mandato no tienen relación alguna con la inflación anual.
Las subidas reflejadas en el cuadro anterior son las establecidas para la carta, pero el disparate llega a tales niveles que en el ejercicio 2021 productos rentables y con gran tirón comercial —como es el publicorreo (publicidad directa en buzón)— experimentaron incrementos en algunos tramos superiores al 60%. Una bonita manera de acabar con un producto.
Las justificaciones que utiliza recurrentemente Serrano para la aplicación de tales subidas son que estos incrementos responden a una adecuación a los costes de producción, un argumento falaz, dado que, el mayor coste de la compañía son sus recursos humanos (casi el 85% del total de los mismos). Además, desde su nombramiento este factor de producción ha caído en más de 8.000 trabajadores, mientras que las subidas de salarios en ningún caso han alcanzado los límites de la subida de tarifas. Otra explicación que da para justificar dichos aumentos consiste en que han de equipararse los precios de nuestro país con los de los países de nuestro entorno, para lo que compara las tarifas nacionales con las de algunos países europeos. Ahora bien, en esta comparativa obvia el hecho de que en otros países existen diferentes niveles de calidad para el mismo producto, carta, y en consecuencia diferentes precios para cada variedad de carta en función del plazo de entrega.
Sin tener en cuenta otras consideraciones como el nivel de vida de los países con los que se compara (ver tablas de salario mínimo interprofesional de Francia, Alemania o Reino Unido), ha de tenerse en cuenta que, en general, las tarifas europeas, como hemos señalado, están desagregadas en al menos dos tipologías: correspondencia de primera clase (aquella que tiene un compromiso de entrega en 24 horas y es naturalmente más cara) y la correspondencia de segunda clase (cuyo compromiso de calidad de entrega es de tres días y cuenta con un precio más barato).
Serrano compara nuestras tarifas con las europeas de primera clase cuando nuestro compromiso de calidad para las cartas es de tres días. Si comparásemos nuestras tarifas con las del correo de segunda clase europeo observaríamos que nuestros precios están muy igualados, si no por encima, de aquellos de los operadores europeos. El último argumento que maneja Serrano para explicar su deriva de incremento de precios es la de su necesaria adecuación al nivel de calidad del producto. Pues bien, puesto que compara los precios con el producto de primera clase europea, ¿por qué no compara igualmente, el porcentaje de envíos que se entregan en España al día siguiente de su depósito y en qué porcentaje ha situado la calidad del producto carta desde el inicio de su mandato en 2019? Con estos argumentos, ¿alguien se extraña de que España ostente el récord europeo de sustitución electrónica de la carta?
La paquetería, también afectada por las subidas de precio
El análisis de las subidas de precios, si nos centramos en otros productos, refleja más el fracaso de la estrategia puesta en marcha por Serrano. Así, las subidas de los paquetes se aproximan al 20%; las cartas certificadas y notificaciones se incrementan el 8,1% y la correspondencia internacional aumenta el 10%.
El círculo vicioso subida de precios-caída de volúmenes no solo alcanza a la correspondencia, sino que también afecta a la paquetería, que en 2021, según datos provisionales, ha caído en el segundo semestre por encima del 20% respecto del 2019 y un 25% respecto del 2020, cuando este mercado ha crecido en 2021 por encima de 7%. Esta es la situación de la paquetería a pesar de las declaraciones del presidente de que Correos mantiene el 65% del total del mercado nacional, cuando consultoras solventes valoran el mercado de la paquetería en más de 5.000 millones y la facturación total del Grupo Correos a duras penas alcanza los 2.000.
La situación económico-financiera de Correos se encuentra en un momento crítico. No se han comunicado los datos provisionales de resultados del tercer trimestre de 2021 y no se presentarán hasta junio de 2022 los resultados agregados del Grupo, lo que empeorará con las decisiones tomadas en lo que a los precios se refiere. Asimismo, el clima laboral está enrarecido por los malos resultados económicos y las presiones ejercidas sobre la estructura de los recursos humanos, que no presenta visos de mejorar dada la negociación del convenio (con la inestimable ayuda del exministro Valeriano Gómez Sánchez) que se pretende tenga eficacia limitada con el 15% de la representación sindical.
Para ocultar su nefasta gestión Serrano y su directora de comunicación utilizan una herramienta muy común para coyunturas como las descritas: el anuncio permanente de nuevos proyectos como instrumento de la acción política. La última maniobra de distracción no es otra que el anuncio del alquiler de una aeronave decorada con los colores de Correos para transportar paquetes desde Asia, proyecto del que no se ha informado en ningún foro ni se conoce nada sobre cuál sea su plan de negocio. Por ello, no parece más que un nuevo dispendio que distraerá temporalmente de las cuestiones cruciales como son los resultados de Correos, pero que no podrá ocultar la tozuda realidad de la situación económico-financiera de esta empresa centenaria. Serrano ignora que lo que no son cuentas, son cuentos.
José Sayagués, Sector Postal UGT-Servicios Públicos, y Regino Martín, Sector Postal CC OO en Correos.