La eléctrica francesa EDF se desploma en Bolsa ante el temor a un cierre en cadena de reactores nucleares

La aparición de fisuras en la central de Civaux, en el centro de Francia, enciende las alarmas en plena crisis eléctrica europea y en el momento de mayor consumo del año

La central nuclear de Civaux, en octubre pasado.STEPHANE MAHE (Reuters)

La eléctrica pública francesa EDF se ha desplomado este jueves en Bolsa, donde sus acciones han perdido el 15% de su valor, tras el cierre preventivo de uno de sus reactores atómicos por la detección de fisuras en unas tuberías. El problema podría obligar a detener la producción en cadena de otras centrales en el peor momento posible: con los mercados energéticos tensionados al máximo, la luz disparada en toda Europa y el precio del gas natural —la alternativa natural a la energía atómica como respaldo del sistema...

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La eléctrica pública francesa EDF se ha desplomado este jueves en Bolsa, donde sus acciones han perdido el 15% de su valor, tras el cierre preventivo de uno de sus reactores atómicos por la detección de fisuras en unas tuberías. El problema podría obligar a detener la producción en cadena de otras centrales en el peor momento posible: con los mercados energéticos tensionados al máximo, la luz disparada en toda Europa y el precio del gas natural —la alternativa natural a la energía atómica como respaldo del sistema— por las nubes. Este incidente llega, además, en la temporada de mayor consumo del año por la demanda de electricidad para las calefacciones.

En Francia la nuclear es mucho más que una fuente de energía al uso: aporta las dos terceras partes de la electricidad que se consume, la cifra más alta de entre las grandes potencias mundiales. El presidente Emmanuel Macron anunció hace poco más de un mes la construcción de nuevos reactores atómicos para garantizar la independencia energética y facilitar la transición hacia una matriz energética libre de emisiones. La interconexión con Francia es la principal puerta de entrada a España de electricidad generada en el exterior, con un saldo generalmente favorable al país vecino.

La estampida inversora en EDF —en la que el Estado francés controla el 84% del capital— tiene origen en una nota del Instituto de Radioprotección y de Seguridad Nuclear (IRSN) en la que este organismo técnico de supervisión analizaba el incidente por la detención de fisuras en las tuberías del sistema de inyección de seguridad en dos reactores de la central nuclear de Civaux (cerca de Poitiers, en el centro del país). A partir de ahí, el IRSN avisó de que no se podía “excluir, por ahora, una anomalía genérica en los reactores de 1.450 megavatios”. Francia cuenta con cuatro reactores de ese tipo: los dos de Civaux y otros dos en Chooz, todos ellos construidos a finales de la década de los ochenta y principios de la de los noventa.

El instituto de radioprotección aplaudió la “satisfactoria” decisión de EDF de suspender la actividad de los reactores de Chooz, ya que, subraya, su examen permitirá determinar si tienen los mismos problemas. No obstante, también dejó caer que “podrían demostrarse necesarias acciones de control en otros reactores” en suelo francés. En un segundo informe, la Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) coincidió en que parar el funcionamiento de Chooz es “apropiado, dada la situación” y señaló que “sigue con atención” el trabajo que está desarrollando allí EDF. Una vez se conozcan las conclusiones, agregó, se pronunciará sobre su puesta en servicio.

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