Cómo Carbellino de Sayago (Zamora) se convertirá en la capital europea de las ranas
Grenoucerie invertirá 35 millones de euros en esta localidad para desarrollar el mayor criadero de estos batracios y generar 800 puestos de trabajo
Un ambicioso proyecto en la producción de ranas ha reavivado las esperanzas en la provincia de Zamora. Carbellino de Sayago (200 habitantes) mira al futuro con ánimo gracias a Grenoucerie, una empresa que tiene sobre estos anfibios comestibles un plan de desarrollo que espera que beneficie a toda la comarca. El objetivo es redondo: criar un millón de batracios de aquí a dos años. La compañía ha optado desde su fundación en 2014 por ocupar este sector de la industria alimentaria a través de la importa...
Un ambicioso proyecto en la producción de ranas ha reavivado las esperanzas en la provincia de Zamora. Carbellino de Sayago (200 habitantes) mira al futuro con ánimo gracias a Grenoucerie, una empresa que tiene sobre estos anfibios comestibles un plan de desarrollo que espera que beneficie a toda la comarca. El objetivo es redondo: criar un millón de batracios de aquí a dos años. La compañía ha optado desde su fundación en 2014 por ocupar este sector de la industria alimentaria a través de la importación y distribución de las ancas de rana: Europa consume 80.000 toneladas anuales y el 99% son foráneas, en su mayoría asiáticas. Por eso esta iniciativa zamorana aspira a crear el mayor criadero del continente y generar una estructura ecológica, de economía circular y reaprovechamiento de los recursos para incentivar a su entorno rural. Los planes prevén inversiones de 35 millones de euros que se traduzcan en 800 empleos directos y mil indirectos, un milagro en un territorio donde la despoblación avanza inexorable.
El modelo lo define Paula Echenique, directora ejecutiva de Grenocurie, que relata cinco años de viajes para cerrar contratos con proveedores internacionales y empezar así su andadura. Ellos se encargan, con cuatro trabajadores directos y una media docena indirecta, de producir ancas de rana y distribuirlas, congeladas, a comensales o intermediarios. Entretanto, investigaciones para seguir creciendo en la “ranicultura” mediante dos fases de inversión. También han conseguido permiso para ser la única empresa española para criar la rana común ibérica, especie en peligro de extinción y cuya pesca está prohibida desde 2018. “Nuestro objetivo estratégico es un aprovechamiento integral y sostenible de una producción innovadora impulsando la economía rural con generación de nuevas posibilidades de acción”, explica Echenique, que destaca la labor de la inteligencia artificial y los proyectos de investigación suscritos con un consorcio de seis empresas regionales y fomentar así el “aprovechamiento integral”. Su marca es la única nacional especializada específicamente en estos productos de las ranas, pues los competidores son grandes importadores y distribuidores de pescados que tienen en los anfibios una rama más de su abanico.
Cuota de mercado
El optimismo hacia el futuro radica en un recorrido al alza. Echenique informa de que en 2019 lograron una cuota de mercado español del 15% en las ancas de rana traídas de Vietnam, un “gran paso” por la dura competencia. Su negocio digital ha crecido un 400% en 2020, un aval para acompañar las inversiones de tres millones de euros este año pasado para “fortalecer, ampliar e internacionalizar” su faceta alimentaria y la fabricación de alimentos para animales junto al centro productor. Este proceso exige “migrar de importador a productor” para satisfacer la demanda y conseguir un objetivo, a cuatro años vista, de un volumen de negocio de cinco millones de euros anuales.
El salto llega desde su laboratorio en I+D+i en paralelo con la comercialización de ancas de rana tanto frescas, que llegan mensualmente de Turquía, o una gama más económica procedentes de Vietnam. La empresa también realiza despieces para elaborar croquetas o piruletas crocantes sin gluten para disfrutar de la carne del batracio de un bocado. Echenique traza un “desafío” consistente en la sostenibilidad tanto en el tiempo como en la producción mediante el autoabastecimiento y defiende diversificar los mecanismos gracias a la biotecnología o la alimentación no humana y, ante todo, la optimización de recursos. Para ello han lanzado una línea de alimentación animal, Frogforpets, que reutiliza restos cárnicos u óseos para dietas de otras especies o mascotas. La zamorana insiste en el factor ambiental: estos anfibios solo exigen 1,2 litros de agua por kilo de carne producida, muy lejos de los ocho que llegan a consumir cerdos o pollos o los 20 de las vacas.
La filosofía que guía su estrategia pretende también “aportar al reto demográfico”. El Instituto Nacional de Estadística recoge que Zamora es la provincia con mayor descenso porcentual en residentes en 2019 y en lo que va de siglo, con 30.000 emigrantes, y aún peores perspectivas. Echenique presenta una “revolución de agricultura continental” para regenerar al medio rural y “constituir un ecosistema productivo” que suponga abrir granjas de ranas e insectos para alimentar a las ranas con una apuesta laboral para mujeres, jóvenes y parados que quieran retornar al campo y revitalizar Carbellino y comarca. Se les dará formación, precisa, para elaborar una “red rural” que beneficie a las proximidades. Grenoucerie, admite, ha recibido contactos para desarrollar granjas propias o readaptarlas a las instalaciones existentes, además de “interés internacional” hacia sus progresos. Todo desde un pueblito zamorano.