Bruselas pide a los Veintisiete que mantengan los estímulos económicos en 2022
La Comisión reclama prudencia a España por su elevada deuda y le sugiere que financie nuevas inversiones con las ayudas europeas
Bruselas lanzó este miércoles un mensaje claro a las capitales: aún no ha llegado el momento de recoger cable. La Comisión Europea pidió a los países que mantengan una política fiscal expansiva en 2022 a causa de las incertidumbres que planean sobre la recuperación económica. Y para ello, les eximió un año más de tener que cumplir con las reglas fiscales. El Ejecutivo comunitario sí exhortó a los países más endeudados —entre los que está Españ...
Bruselas lanzó este miércoles un mensaje claro a las capitales: aún no ha llegado el momento de recoger cable. La Comisión Europea pidió a los países que mantengan una política fiscal expansiva en 2022 a causa de las incertidumbres que planean sobre la recuperación económica. Y para ello, les eximió un año más de tener que cumplir con las reglas fiscales. El Ejecutivo comunitario sí exhortó a los países más endeudados —entre los que está España— a adoptar una posición prudente y financiar nuevas inversiones con las ayudas europeas. A Italia y Portugal incluso les pidió limitar el gasto corriente.
El clima económico y social en la UE ha cambiado en cuestión de semanas. Bruselas deja atrás la etapa de las batallas entre capitales y farmacéuticas por la falta de vacunas y abre una nueva en la que la campaña avanza a velocidad de crucero, los contagios descienden y la presión hospitalaria se relaja. “El 45% de los adultos ha recibido al menos una dosis, lo que no está lejos de los niveles alcanzados en Estados Unidos”, afirmó el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
Bruselas ve cómo el proceso de inmunización se traslada a la confianza de empresas y consumidores, que se preparan para proseguir con el rebote económico que quedo en punto muerto tras la oleada de infecciones de invierno. La Comisión, de hecho, cree que la actividad puede recuperarse mejor de lo esperado si, como todo indica, los europeos deciden gastar más después de haber ahorrado durante el año de confinamiento. Sin embargo, el llamado Paquete de primavera que presentó la Comisión señala los riesgos no menores que pueden poner en jaque esa recuperación: la irrupción de nuevas variantes de la covid-19, una cascada de insolvencias o una retirada a destiempo de los estímulos económicos.
Todos esos interrogantes que Bruselas tiene sobre la mesa llevan a una certeza: “La política económica debe seguir siendo expansiva durante 2021 y 2022”. Para ello, confirmó que las reglas fiscales seguirán suspendidas el año que viene. “Basándonos en las Previsiones económicas de primavera, la cláusula general de escape seguirá activada en 2022 pero ya no en 2023”, afirmó el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis. Es decir, ningún país deberá estar dentro de los umbrales del 3% de déficit y el 60% de deuda que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento ni adoptar medidas para acercarse a ellos.
De hecho, 25 de los 27 países de la UE —todos menos Bulgaria y Suecia— rebasaron el año pasado el criterio de déficit y 13 sobrepasaron el de la deuda. “La política fiscal debe seguir siendo ágil y ajustarse a la evolución de la situación y debe evitarse una retirada prematura del apoyo fiscal”, añade. Puesto que las reglas fiscales están suspendidas de facto, ningún país pasa a estar bajo tutela de Bruselas. Salvo Rumania, que ya lo estaba antes de que estallara la crisis derivada de la pandemia.
La Comisión Europea considera que los países deben tener las manos libres hasta que se recuperen los niveles de producto interior bruto anteriores a la pandemia. Según las últimas previsiones de la Comisión, España e Italia serán los últimos en conseguirlo. Y eso será a finales de 2022.
En todo caso, los informes de Bruselas muestran que la UE todavía no será capaz de recuperar la trayectoria de crecimiento que seguía a finales de 2019, algo que Estados Unidos va a lograr ya a mediados de este año. Ese será el argumento, según fuentes diplomáticas, que podrán jugar quienes reclamen aguantar los estímulos más tiempo. Por ahora, la Comisión sostiene que para el periodo que va “más allá de 2022” las políticas fiscales deberán tener en cuenta todavía consideraciones sobre la fortaleza de la recuperación económica, el grado de incertidumbre que todavía afecte a la economía y la sostenibilidad de las haciendas nacionales.
La petición de Bruselas para el año va en línea con lo que harán los países. Según los datos agregados de la Comisión, los Veintisiete elevaron el gasto un 6,6% en 2020 respecto a 2019, volverán a aumentarlo un 7,5% en 2021 y seguirán haciéndolo un 3,9% en 2022. Aun así, los defensores de la ortodoxia planean abrir el debate sobre el regreso al Plan de Estabilidad y Crecimiento a finales de año. Este miércoles, el exministro de Finanzas alemán y antaño líder de los halcones, Wolfgang Schäuble, defendió en Financial Times que la UE regrese a la disciplina fiscal. El sur de Europa, en cambio, ve en el parón la oportunidad de reformar las reglas fiscales.
Preservar la inversión
La Comisión no quiere repetir los errores de la última crisis y quiere hacerlo de forma paulatina. Pero en la búsqueda de los equilibrios norte-sur introdujo matices a sus postulados. Para empezar, Bruselas diferencia entre dos grandes bloques: los altamente endeudados y los que tienen unas finanzas más saneadas. A los últimos les pide invertir, mientras que insta a los primeros a actuar con prudencia y aprovechar los recursos que les brinda el fondo europeo de recuperación para financiar nuevas inversiones. A Italia y Portugal incluso les reclama directamente que limiten el gasto corriente.
Ese no es el caso de España, a la que sí pide una “política fiscal prudente” y usar el fondo europeo de reconstrucción para inversiones adicionales, preservando los proyectos nacionales que ya estén en marcha. “Cuando las condiciones económicas lo permitan, seguir una política fiscal orientada a lograr una posición fiscal prudente y asegurar la sostenibilidad fiscal a medio plazo. Al mismo tiempo, mejorar la inversión para impulsar el potencial de crecimiento”, apuntan las recomendaciones finales.
La Comisión también quiere que los países tengan unas políticas fiscales más focalizadas en 2022. Es decir, que pasen de los apoyos masivos a otros más concentrados en las empresas en riesgo y los ciudadanos más vulnerables en esta pandemia, que la Comisión tiene identificados: “Jóvenes, mujeres, trabajadores con bajas calificaciones, migrantes, personas con discapacidad, trabajadores temporales y autónomos”. “En 2022 las políticas fiscales deben ser más diferenciadas, teniendo en cuenta el estado de la recuperación, la sostenibilidad fiscal y la necesidad de reducir divergencias económicas, sociales y territoriales”, afirmó Gentiloni.