Tres claves para la vacunación

La previsión de repartir 2.000 millones de dosis será difícil sin el compromiso de los países desarrollados

Maravillas Delgado

En los últimos meses estamos siendo espectadores pasivos de una carrera en la producción, distribución y administración de vacunas contra la covid-19. Mientras que algunos países como Gran Bretaña, Israel y EE UU han logrado vacunar a un gran porcentaje de su población en un tiempo récord, la Unión Europea, actuando como bloque, ha tenido dificultades para avanzar a buen ritmo en el proceso de vacunación. Úrsula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, apostó en su momento por la...

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En los últimos meses estamos siendo espectadores pasivos de una carrera en la producción, distribución y administración de vacunas contra la covid-19. Mientras que algunos países como Gran Bretaña, Israel y EE UU han logrado vacunar a un gran porcentaje de su población en un tiempo récord, la Unión Europea, actuando como bloque, ha tenido dificultades para avanzar a buen ritmo en el proceso de vacunación. Úrsula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, apostó en su momento por la cooperación entre los países miembros para la adquisición de vacunas y por un camino más justo e igualitario a la hora de llevar a cabo el proceso de vacunación. Desde entonces, han llovido las críticas argumentando que se podría haber hecho de mejor manera y que el proceso de negociación con los productores de vacunas fue tardío. Aunque la UE ha dado prioridad a la seguridad y justicia social, no se deberían dejar de lado la coordinación y distribución igualitaria a escala mundial.

La seguridad sanitaria debería ser un bien público global, cuya definición en términos de teoría económica implica que no haya exclusión en el consumo y además no exista rivalidad. En el caso de las vacunas contra la covid-19, para tratarse de un bien público global todos los ciudadanos deberían ser beneficiarios. Pero debido a situaciones de exclusión, como es el caso de los migrantes irregulares, o a que no existen los recursos logísticos o financieros necesarios para adquirir y distribuir las vacunas, como es el caso en los países de bajos ingresos, esto no es así.

Aunque las estrategias seguidas por los distintos bloques y países van a tener consecuencias a corto plazo, lo más importante a largo plazo es que la vacuna se administre globalmente y llegue también cuanto antes a los países con bajos ingresos, donde los sistemas de salud están menos preparados para atender a pacientes en estado crítico. Muchos de estos países se han adherido al Fondo de Acceso Global para las Vacunas (COVAX por sus siglas en inglés), liderado por la OMS, la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la Alianza para las Vacunas (GAVI) —mecanismo de financiación como parte esencial—, que se encargan de coordinar el suministro y distribución de vacunas a países de renta baja. El proceso es complejo y requiere grandes dosis de coordinación, recursos financieros e infraestructuras adecuadas. La previsión inicial de distribuir 2.000 millones de dosis este año será difícil de cumplir sin un mayor compromiso por parte de los países desarrollados.

Según los principales actores del proceso de producción y distribución de las vacunas, tres son los retos principales para alcanzar un éxito global. El primero está relacionado con el proceso de desarrollo y aprobación de las vacunas, el segundo con la capacidad productiva, y el tercero con la distribución de las mismas. El primer reto está siendo superado con éxito. Diez vacunas se administran actualmente, 59 están siendo testadas y 251 se encuentran en fase de desarrollo.

En cuanto a la capacidad productiva, aunque la demanda de vacunas ha superado la oferta y se ha escrito mucho sobre posibles cuellos de botella, los productores señalan que el problema principal está relacionado con el buen funcionamiento de una cadena de valor just-in-time de gran complejidad. Para que toda la cadena funcione es necesario disminuir los tiempos, simplificar los requisitos regulatorios y contar con personal altamente cualificado. Y esto nos lleva a destacar el tercer reto: la distribución. Aunque el debate se está centrando en el ámbito global, tan importante o más es la distribución dentro de los países. En ambos casos, es imprescindible un esfuerzo de coordinación y colaboración entre los actores. Los agentes logísticos destacan el importante papel que juegan los servicios de salud locales y la distribución en el último kilómetro. Se han observado en muchos países (incluido España) irregularidades importantes llegando a presentarse casos de vacunas sin pacientes o pacientes sin vacunas que podrían haberse evitado con una mejor coordinación.

Para distribuir las vacunas en el tiempo previsto y evitar que un porcentaje de las mismas sea inservible, son además necesarios excelentes equipos de gestión para procesar la información y comunicarla, planeando con detenimiento cuándo se ponen las vacunas, dónde y a quién, y que los proveedores lleguen cuando estaba previsto. Resumiendo, las claves del proceso son cooperación, coordinación y cumplimiento, las tres ces que deberían aplicarse tanto globalmente como a nivel nacional y local.

Inmaculada Martínez-Zarzoso es profesora de las universidades de Göttingen y Jaume I.

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