La crisis se ensaña con las regiones turísticas: la economía balear cae un 20% y la canaria un 12,5% en 2020

Todas las regiones crecieron en el cuarto trimestre, salvo Asturias, Navarra y País Vasco, según la Airef

Centro de Mahón, en Menorca, la semana pasada.Adrià Riudavets (Europa Press)

El último trimestre de 2020 ha dejado una nota positiva para la economía: aunque tímidamente, el PIB nacional avanzó un 0,4%, alejando los peores pronósticos para el cierre del año ante la tercera ola de contagios. La evolución de la actividad regional evidencia que la mejora ha sido homogénea: todas las comunidades crecieron en el tramo final de 2020, salvo Asturias, Navarra y País Vasco ―con retrocesos del 0,5%, 0,3% y 0,4%, respe...

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El último trimestre de 2020 ha dejado una nota positiva para la economía: aunque tímidamente, el PIB nacional avanzó un 0,4%, alejando los peores pronósticos para el cierre del año ante la tercera ola de contagios. La evolución de la actividad regional evidencia que la mejora ha sido homogénea: todas las comunidades crecieron en el tramo final de 2020, salvo Asturias, Navarra y País Vasco ―con retrocesos del 0,5%, 0,3% y 0,4%, respectivamente―. Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura y Cataluña experimentaron las mejores marcas. Así lo reflejan las últimas estimaciones de la Autoridad Fiscal (Airef), publicadas este miércoles. Pero si el foco se amplía al conjunto del año, queda patente que el impacto de esta crisis está siendo desigual por actividad y por territorios, y que hará falta tiempo para digerir el golpe.

El Instituto Nacional de Estadística lo dejó negro sobre blanco la semana pasada: el PIB nacional cayó en 2020 un 11% con respecto a 2019 en términos de volumen, con una variación interanual (respecto al mismo periodo del año previo) del -9,1% en los últimos tres meses del año. Ni el fuerte repunte registrado en el tercer trimestre tras la primera desescalada ―del 16,4%―, ni el leve crecimiento de los últimos tres meses han logrado revertir una caída que se recordará en los manuales de historia como el peor zarpazo a la economía desde la Guerra Civil.

Las islas, Cataluña y la Comunidad Valenciana son las autonomías que han registrado las mayores caídas del PIB al cierre de 2020 en términos interanuales, según la Airef, y que más han contribuido a arrastrar a la baja el desempeño económico del conjunto del país. Baleares, aunque experimentó la mejor marca en tasa intertrimestral con un avance del 0,9%, por encima de la media del 0,4%, fue a la vez la comunidad que sufrió el mayor retroceso interanual: un hundimiento del 20%. Algo parecido vivió la Comunidad Valenciana, que también creció un 0,9% en el cuarto trimestre, pero despidió 2020 con una pérdida del 9,6% de su actividad en comparación con el año anterior. En el caso de las islas Canarias, el desplome ha sido del 12,5%, y del 11,7% en Cataluña.

Todas las demás comunidades sufrieron fuertes caídas al cierre de 2020, pero a diferencia de las cuatro autonomías antes mencionadas fueron inferiores a la media del 9,1%. Extremadura registró el retroceso menos acusado en el cuarto trimestre, del 4,6%, seguida por Castilla-La Mancha (-5,5%), Galicia y Murcia (-6,4%). La Comunidad de Madrid se apuntó un retroceso del 7,9%, mientras que el País Vasco y Andalucía se acercaron a la media con un desplome del 8,5%.

La fuerte disparidad en la evolución del PIB regional se explica ante todo por la diferente composición económica de cada territorio, viéndose más afectadas aquellas autonomías más dependientes del sector servicios y de las actividades presenciales. Dada la naturaleza de la crisis ―sanitaria― y las medidas implementadas para frenar los contagios ―limitaciones a la movilidad―, actividades como la hostelería, el transporte y el turismo se han llevado la peor parte. También ha influido el tipo de restricciones adoptadas para hacer frente a las últimas olas de contagios, que han sido distintas en cada comunidad.

De cara a 2021 habrá que ver cuánto repercutirán estas limitaciones en la recuperación de la economía. El Gobierno espera que el PIB crezca en el entorno del 7%, un repunte que, estima, podría alcanzar un 9,8% gracias al impulso de los fondos europeos. La tercera ola de contagios y el ritmo de vacunación, que por los problemas de suministros se está viendo ralentizado, añaden sin embargo incertidumbre a estos pronósticos.


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