Opinión

Herencias del ‘Annus Horribilis’

No todas las consecuencias económicas provocadas por la pandemia son negativas

El comercio es uno de los sectores más afectados por la caída del consumo en la pandemia.María José López (Europa Press)

Más allá de la tragedia humana por la covid-19, el año 2020 nos deja una larga lista de consecuencias económicas para el futuro. No todas son negativas.

La más evidente es la brutal recesión, con una caída del PIB que superará probablemente el 2,5% a nivel mundial, mayor que la de la crisis financiera de 2009 (-1,7%). Sabemos que la caída es temporal y ...

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Más allá de la tragedia humana por la covid-19, el año 2020 nos deja una larga lista de consecuencias económicas para el futuro. No todas son negativas.

La más evidente es la brutal recesión, con una caída del PIB que superará probablemente el 2,5% a nivel mundial, mayor que la de la crisis financiera de 2009 (-1,7%). Sabemos que la caída es temporal y no responde, como las recesiones normales, a desequilibrios acumulados de inflación o endeudamiento, lo que debería permitir el retorno rápido a la situación precedente. Pero, por otro lado, los efectos de segunda ronda de la crisis van a ser profundos: aumento del desempleo, destrucción de parte del tejido empresarial, y mucha mayor deuda pública y privada, lo que tendrá un efecto sobre la capacidad de crecer en el medio plazo.

Otra de las novedades de esta crisis es el uso mucho más decidido que en el pasado de las políticas monetaria y fiscal para mitigar los efectos de la pandemia, sobre todo en Europa, que fue más tímida que Estados Unidos en el pasado. Los nuevos instrumentos de política monetaria ya se generalizaron tras la gran crisis financiera, pero esta vez la reacción ha sido mucho más rápida y decidida, lo que ha evitado escenarios más negativos.

También la aprobación urgente y sin complejos de estímulos ha respondido a la premura de la situación y a la conciencia de que el factor desencadenante de la crisis era totalmente exógeno (sin “culpa” de excesos previos). De hecho, el programa europeo Next Generation EU y sus posibles implicaciones para el futuro del euro son dos herencias positivas de esta crisis, al igual que su correlato político, la disposición a tomar soluciones de manera coordinada y una actitud más abierta hacia políticas contracíclicas activas que se puede detectar en los países del norte de Europa. Sin duda, las presiones que el Brexit y el proteccionismo estadounidense han supuesto para Europa en los últimos años han servido también de lección y la han llevado a reaccionar de una manera mucho más rápida y coordinada.

La pandemia también nos dejará consecuencias a largo plazo en términos de cambios sectoriales. Aunque todas las crisis golpean de modo particular a algún sector concreto (el inmobiliario, el financiero, el energético, normalmente tras excesos previos), esta lo ha hecho en mucha mayor medida, afectando de forma desproporcionada a los sectores de consumo social frente a otras actividades. Cuánto de esto quede como herencia de cara al futuro y cómo la covid-19 hará cambiar las demandas de mayor seguridad en distintos sectores y la manera de responder a nuevas necesidades —cómo será la nueva normalidad— es una pregunta abierta que tardaremos en responder.

Miguel Jiménez González-Anleo, de BBVA Research.

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