El repunte de la exportación salva la facturación de la industria cerámica

“La resiliencia del sector cerámico es incuestionable”. Para Vicente Nomdedeu, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), en esa resiliencia radica la clave del comportamiento final que la industria azulejera ha tenido en este complejo 2020. La patronal ha presentado este lunes las cifras que deja el ejercicio en su sede de Castellón, provincia que concentra el grueso de la...

“La resiliencia del sector cerámico es incuestionable”. Para Vicente Nomdedeu, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), en esa resiliencia radica la clave del comportamiento final que la industria azulejera ha tenido en este complejo 2020. La patronal ha presentado este lunes las cifras que deja el ejercicio en su sede de Castellón, provincia que concentra el grueso de la producción nacional. El balance arroja una facturación de entre el -1% y el +2% gracias a la exportación y obvia las previsiones: “Lo único que es constante y seguro es la incertidumbre. Vamos a vivir con ella”, asevera.

Tras el desplome de ventas sufrido en los meses iniciales de la pandemia por la Covid-19 (marzo y abril) y que superó el 50%, “ha habido una fuerte reacción por parte del sector, que como en todas las crisis ha sabido adaptarse a una velocidad tremenda a las circunstancias” y ello ha permitido “ir recuperando actividad poco a poco” y frenar la caída de facturación, que se situará entre el -1% y el +2%, ha dicho Nomdedeu.

Que la industria pueda moverse al cierre de 2020 en esta franja se lo debe a la exportación, responsable del 75% del repunte, apuntan desde Ascer. Las ventas exteriores han registrado un crecimiento de entre el 1% y el 4%, frente al más que tibio comportamiento del mercado nacional, “que evoluciona peor y no ha logrado recuperar su nivel de ventas, con caídas de entre el 7% y el 4% aproximadamente”, la misma horquilla que encorseta los datos de producción.

Nomdedeu ha puesto el foco en el “comportamiento desigual” que ha registrado la exportación, tanto en mercados estratégicos “en los que ya tenemos notoriedad y estamos posicionados” como en los de carácter circunstancial. En el primer bloque brillan Alemania y Estados Unidos, con crecimientos del 16% y el 15%, respectivamente. La cruz la pone el desplome de otros mercados estratégicos como el británico, con un descenso del 9,8% hasta octubre debido a la incertidumbre provocada por el brexit, al que se une ahora la nueva cepa de la Covid-19, que no suma buenas perspectivas para 2021.

Por su parte Francia, el mejor cliente de la cerámica española tras Estados Unidos, se mantiene estable (1,8%). Marruecos, otro de los mercados incluidos en el ‘top 10’, roza una caída del 13%. En el caso de los países “más circunstanciales”, Arabia Saudí y Emiratos Árabes “han sobresalido brutalmente, con incrementos de facturación del 70% y el 52%, respectivamente”.

Nomdedeu ha señalado que el cerámico es el cuarto sector que más superávit aporta a la balanza comercial, con 2.700 millones de euros en 2019, cifra que ha contribuido a reducir el déficit comercial de España en un 8%.

El clúster representa el 14,4% del PIB industrial de la Comunidad Valenciana y supone más del 20% del total del PIB de la provincia de Castellón. “Tenemos un efecto tractor y multiplicador muy importante ya que por cada euro de PIB directo del sector aporta 2,1 euros de PIB adicional a la economía de España, y por cada empleo directo, aporta 2,8 empleos adicionales al tejido económico estatal. Este peso tiene que ser reconocido y apoyado por nuestras administraciones”.

Precisamente sobre el impacto laboral ha dado más detalles el vicepresidente de Ascer, Miguel Nicolás, para quien el sector “es un generador de riqueza y empleo estable y de calidad”. En 2019, el empleo directo fue de unos 15.800 trabajadores. Respecto al empleo industrial, “representamos el 11,6% de la Comunidad Valenciana y el 17% del total del empleo de la provincia de Castellón”.

Durante 2020, en términos de afiliados a la Seguridad Social en la provincia de Castellón, el empleo sectorial registra un leve crecimiento (+0,42%) sobre 2019 (con datos a 31 de octubre de 2020).

Por último, el presidente de Ascer ha vuelto a poner sobre la mesa algunas de las reivindicaciones históricas de la industria, como el desarrollo de un plan integral para el impulso de la demanda a través de los Planes de Reforma y Rehabilitación o la rebaja de la carga fiscal como medida para dotar de liquidez a las empresas.

También ha exigido un apoyo directo a las empresas para hacer frente a la “necesaria solvencia” para devolver los fondos ICO; la mejora de la formación de colocadores en todo el país, cuya mano de obra “es escasa y poco profesionalizada”; el apoyo a la investigación de tecnologías “que nos permitan cumplir con los objetivos de descarbonización marcados por la Unión Europea” y la transformación digital del clúster y el canal de distribución.

“Queremos un reconocimiento de la industria como se merece”, ha concluido.

Plan de descarbonización

La energía supone el 13,3% del valor de las ventas del sector cerámico. El consumo de gas natural en el clúster se estima en más de 15 mil GWh/año, lo que supone cerca del 50% del consumo de gas industrial y doméstico de la Comunidad Valenciana y el 7 % del consumo de gas industrial de España.

Para el sector, la cogeneración de alta eficiencia supone una ventaja competitiva y es fuente de eficiencia energética. Recuerdan que las cogeneraciones cerámicas pueden alcanzar un ahorro de energía primaria (PES) superior al 20%.

Mientras la patronal reivindica los valores de la cogeneración y solicita al Gobierno medidas transitorias urgentes para las plantas que alcancen su vida útil mientras no se desarrolle un nuevo marco regulatorio, afirma que ha empezado también a centrar sus esfuerzos en la búsqueda de otras tecnologías y combustibles que puedan introducirse en el proceso de fabricación de baldosas en el futuro para acatar el plan europeo de descarbonización de la economía con el fin de obtener una Europa neutra en emisiones de CO2 en 2050.