Escrivá estudia una tasa para penalizar los contratos temporales que no cotizan en fines de semana y vacaciones

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha anunciado que su departamento estudia algún tipo de recargo para penalizar el carrusel de altas y bajas que se producen en los contratos temporales los fines de semana. “No podemos aceptarlo”, ha explicado cuando desglosaba algunos elementos sobre la reforma laboral que, en su opinión, deberían estar incluidos en ella en un encuentro organizado por Nueva Economía Forum.
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El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha anunciado que su departamento estudia algún tipo de recargo para penalizar el carrusel de altas y bajas que se producen en los contratos temporales los fines de semana. “No podemos aceptarlo”, ha explicado cuando desglosaba algunos elementos sobre la reforma laboral que, en su opinión, deberían estar incluidos en ella en un encuentro organizado por Nueva Economía Forum.

El análisis de la evolución diaria de la afiliación suele mostrar semana a semana —vienes y lunes— y mes a mes —primer y último día— altibajos considerables. Esto se produce, ha explicado el ministro, “para no pagar las cotizaciones de sábado a domingo o durante las vacaciones”. “Esto se ha convertido en algo cultural y no podemos aceptarlo y vamos a establecer una tasa para las bajas que se den de contrataos, estamos estudiando cómo hacerlo para que sea eficaz”, ha dicho Escrivá. “Se trata de una práctica intolerable y vamos a penalizarla”, ha apuntado, tras señalar que esto también es posible por la agilidad del sistema electrónico que tiene la Tesorería de la Seguridad Social a la hora de tramitar altas y bajas.

Los contratos temporales —y los contratos a tiempo parcial— ya pagan una cotización más alta que los indefinidos ahora. No obstante, no lo hacen en la parte correspondiente a las llamadas contingencias comunes sino en las cuotas que se pagan al seguro de desempleo, como forma de compensar la mayor probabilidad de que el trabajador tenga que recurrir a las prestaciones.

La temporalidad es, probablemente, el gran problema del mercado laboral español, junto a su alta tasa de desempleo crónica. Por esa vía, la economía española tiende a destruir muchos puestos de trabajo cuando llegan las crisis y a crearlos en las épocas de bonanza. En los últimos años, además, ha aumentado mucho el recurso a los contratos de muy corta duración, los de menos de una semana ya suponen el 25% del total.

El investigador económico Florentino Felgueroso ha ahondado en este fenómeno y apunta que está muy vinculado al desarrollo tecnológico. Una de las propuestas que se han lanzado desde diferentes organismos ha sido incluir algún tipo de castigo para las empresas que recurren en exceso a la contratación temporal, ya que trasladan sus costes a la Administración al tener que recurrir el trabajador al seguro de paro.