Huawei vende su filial Honor ante la presión de EE UU
La firma china reconoce estar sometida a “una enorme presión” ante las restricciones a la compra de semiconductores
La campaña de presión de Estados Unidos contra la tecnología china comienza a resquebrajar la defensa de sus víctimas. Huawei, una de las empresas más castigadas, ha anunciado hoy la venta de su filial Honor, fabricante de teléfonos móviles y otros dispositivos de precios asequibles. Esta escisión ha sido retratada por el tabloide oficial chino Global Times como “cortar el brazo para ...
La campaña de presión de Estados Unidos contra la tecnología china comienza a resquebrajar la defensa de sus víctimas. Huawei, una de las empresas más castigadas, ha anunciado hoy la venta de su filial Honor, fabricante de teléfonos móviles y otros dispositivos de precios asequibles. Esta escisión ha sido retratada por el tabloide oficial chino Global Times como “cortar el brazo para salvar el cuerpo”.
Huawei lo ha confirmado esta mañana por medio de un comunicado en el que reconocía estar sometida a una “enorme presión”. El motivo son las sanciones impuestas por la administración Trump. La última ronda, que data del pasado mes de agosto, aumentó las restricciones a la adquisición de semiconductores desarrollados con tecnología estadounidense, incluso para proveedores de terceros países. Esto se ha traducido en una “carencia persistente de elementos técnicos necesarios para nuestro negocio de teléfonos móviles”, según ha explicado este martes la empresa china.
“Esta venta ayudará a los vendedores y proveedores de Honor a superar estos tiempos tan difíciles”, continuaba el texto. “Una vez que la operación se complete, Huawei no mantendrá ninguna acción ni estará involucrada en ningún tipo de gestión comercial o decisión en la nueva compañía”. Sus expectativas pasan porque, tras cortar amarras, Honor quede a salvo de las medidas punitivas de EE UU.
Así lo espera, al menos, su comprador, un consorcio de nuevo cuño formado por 30 empresas vinculadas con la cadena de producción de Honor, bautizado como Shenzhen Zhixin New Information Technology, quien habría propuesto esta solución en primer lugar. El comunicado no ha desvelado el precio de la transacción: las estimaciones van desde los 15.000 millones de dólares (12.600 millones de euros) mencionados por la agencia Reuters hasta los 40.000 millones (33.700 millones) del portal de noticias chino Huxiu.
El consorcio se ha hecho oír a través de una nota conjunta publicada en las páginas del Diario de la Zona Económica Especial de Shenzhen, asegurando que “el cambio en la propiedad no afectará a la dirección de desarrollo de Honor ni a la estabilidad del equipo ejecutivo”. Zhao Ming, hasta ahora máximo responsable de la línea de terminales, se convertirá en el directo ejecutivo de la nueva firma independiente. Este mismo texto ha defendido la maniobra como un esfuerzo para salvar a la firma, “la mejor solución para proteger los intereses de los consumidores, vendedores, suministradores, socios y empleados de Honor” y “más importante, una victoria general para la industria”.
“Desde su creación en 2013, la marca Honor se ha centrado en el mercado juvenil al ofrecer teléfonos de precios medios y bajos”, explicaba la compañía china. “En estos últimos siete años, Honor se ha transformado en una marca de smartphones que vende más de 70 millones de unidades anuales”. Solo el tercer trimestre de 2020, Huawei despachó 51 millones de terminales, un 26% de los cuales –según datos de la consultora Canalys– llevaban el logo de su exfilial.
Honor mantiene una cuota de mercado del 15% en China, justo por debajo de Huawei. El año pasado registró ingresos por valor de 90.000 millones de yuanes (11.500 millones de euros) y un beneficio neto de 6.000 millones (770 millones). Esto representa un 9% del total de ingresos de Huawei, a la que la lucha por la supervivencia ha convertido, desde hoy, en un rival más.