El confinamiento perjudicó más la situación laboral de mujeres y jóvenes que al resto de la población
El FMI recuerda que para recuperar la actividad no basta con abrir la economía, sino que es necesario ahuyentar los riesgos para la salud
El Gran Confinamiento. Al Fondo Monetario Internacional (FMI) puede atribuírsele el mérito de haber sido el primero en poner nombre a un momento histórico: el cierre de la economía —y de la vida de millones de personas— forzado esta primavera por la pandemia de coronavirus. Un informe del organismo analiza ahora sus efectos ...
El Gran Confinamiento. Al Fondo Monetario Internacional (FMI) puede atribuírsele el mérito de haber sido el primero en poner nombre a un momento histórico: el cierre de la economía —y de la vida de millones de personas— forzado esta primavera por la pandemia de coronavirus. Un informe del organismo analiza ahora sus efectos y llega a una conclusión interesante: que el encierro lastró especialmente la situación de los colectivos más vulnerables, entre los que están las mujeres y los jóvenes.
Los expertos del FMI han concluido también que las medidas de confinamiento contribuyeron a la recesión, pero también lo hizo el distanciamiento social que los ciudadanos adoptaron voluntariamente para luchar contra la covid-19. La conclusión es que aunque acabar con estos cierres generaría una recuperación parcial, la actividad económica seguiría deprimida hasta que desaparecieran definitivamente los riesgos para la salud.
Hace tiempo que organismos internacionales y casas de estudio alertan de que la salida de la crisis va a ser desigual, es decir, más lenta para algunos países y grupos sociales que para otros. Pero el confinamiento ya fue en sí mismo desigual. El Fondo aporta ahora evidencias de esta desigualdad usando datos de movilidad en España, Italia y Portugal suministrados por la empresa de telefonía Vodafone. Estos indicadores —agrupados por provincias para proteger la privacidad de los usuarios de los móviles— muestran que el confinamiento tuvo más efectos en la movilidad de las mujeres que de los hombres, especialmente durante el cierre de los colegios.
El texto analiza los movimientos de hombres y mujeres de entre 25 y 44 años durante los 30 días anteriores y posteriores a la adopción de las medidas de confinamiento. A partir del día en el que se dictaron estas órdenes, en todos los grupos la movilidad cayó abruptamente, en torno al 20%. Pero este desplome fue más importante en las mujeres, con un descenso añadido del 2%, “una diferencia modesta, pero significativa estadísticamente”, matiza el informe.
“Esto sugiere que las mujeres soportan un peso desproporcionado en el cuidado de los niños, que puede poner en peligro sus oportunidades de empleo”, asegura el capítulo del Informe Económico Mundial que el FMI publicará íntegro la próxima semana. Apunta también en esta dirección el hecho de que la caída en la movilidad femenina fuera menor entre las que tienen de 45 a 64 años, con menos probabilidades de tener hijos pequeños que requieran del cuidado en casa.
En esta crisis, el empleo de las mujeres ha caído más que el de los hombres, al contrario de lo que había ocurrido en otras recesiones. La explosión de la burbuja del ladrillo en 2008 empujó a más varones al desempleo, por su mayor presencia en el sector inmobiliario.
Los datos de movilidad de Vodafone también muestran un mayor impacto en los jóvenes —en los grupos de 18 a 24 años y de 24 a 44—, que suelen tener empleos menos estables y más presenciales. “Es necesario impulsar políticas públicas específicas para proteger las perspectivas de empleo de mujeres y jóvenes y prevenir así un mayor desequilibrio de ingresos”, concluye el trabajo.