Las lecciones de Goirigolzarri a los próximos banqueros

Estas son las recetas de éxito del futuro presidente de Caixabank tras la fusión para progresar en la carrera de banca

José Ignacio Goirigolzarri durante su conferencia en Deusto Business School.VICTOR SAINZ

Durante toda esta semana los alumnos de Deusto Business School han visto desfilar por su sede de Madrid a personalidades del mundo financiero. El plato fuerte lo sirvió el presidente de Bankia que también lo será de la entidad española que resultará de la fusión con CaixaBank: José Ignacio Goirigolzarri. Ataviado con la preceptiva mascarilla, e...

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Durante toda esta semana los alumnos de Deusto Business School han visto desfilar por su sede de Madrid a personalidades del mundo financiero. El plato fuerte lo sirvió el presidente de Bankia que también lo será de la entidad española que resultará de la fusión con CaixaBank: José Ignacio Goirigolzarri. Ataviado con la preceptiva mascarilla, el antiguo alumno de la Comercial de Deusto y presidente del consejo de su escuela de negocios, anunció a la treintena de estudiantes que se repartían en dos clases para mantener las distancias de seguridad que su intención no era hablar de banca sino compartir las lecciones que había aprendido a lo largo de su vida profesional. Y así lo hizo porque, como señala a EL PAÍS, el aprendizaje que quiere transmitir a las nuevas generaciones, a las que desea acercarse porque reconoce le enriquecen mucho, es que “una de las actitudes más importantes, más si cabe en estos tiempos, es afrontar el futuro con optimismo”.

Aunque tildó la crisis actual de abrupta y muy especial, al carecer de experiencia en situaciones como esta provocadas por una emergencia sanitaria y porque “va a estar acotada en el tiempo”, tras resumir las cinco crisis anteriores que le había tocado vivir, concluyó que las recetas extraídas de todas ellas es que un líder necesita tener serenidad y perspectiva y ser realista en el diagnóstico de la situación para no caer en el fatalismo.

“La lección más importante es que la actitud de la sociedad, no de los políticos o las grandes empresas, es la que marca la salida de la crisis. Hay que pensar que es una oportunidad para hacer cosas que de otra forma no nos hubiéramos atrevido y que el futuro no está escrito. No hay cosa más letal que creer que alguien te va a ayudar a salir de la crisis. El futuro depende de nosotros y merece la pena luchar por él”, dijo.

El espíritu de superación, afirmó Goirigolzarri, es clave en todas las crisis y lo contrario de la autocomplacencia. “Buscar la excelencia es una aspiración permanente a la que nunca llegas porque hay muchos fracasos por el camino. Es un principio que tengo fijado para mí. Solo la acción, la implementación, transforma la realidad y crea valor”, señaló. Para después referirse a la importancia del trabajo en equipo, en el que la lealtad es imprescindible. “Evitad ser trepas. Es un error para una carrera en el medio y largo plazo, aunque pueda tener resultados a corto plazo”, advirtió. Y también el pensamiento único, que no permite avanzar en la estrategia ni a la empresa.

El futuro presidente de Caixabank cuando se cierre la fusión con Bankia señaló que ningún objetivo justifica la transgresión de los principios, valores que deben estar muy bien asentados entre los ejecutivos. También dijo que la responsabilidad más importante de un líder empresarial es la gestión de personas, que debe presidir un enorme respeto hacia ellas y la meritocracia, otro objetivo prácticamente imposible de conseguir, reconoció, al tiempo que afirmaba que la única manera de cambiar la cultura empresarial de una organización es a través de ejemplo, siendo coherente entre lo que se dice y se hace. “Y la brújula para conseguirlo es humildad intelectual”.

“La gran razón de la transformación de Bankia es el cambio anímico del equipo. El éxito genera éxito y las personas que trabajan aquí se sienten propietarias del proyecto”, sentenció, no sin antes advertir que “es un gran error entrar en una sociedad con muchas personas de fuera. Tienes que sacar las manzanas que no aportan nada a la organización y extraer lo mejor de las demás”.

Manejar la frustración

Para el banquero, que se reconoce privilegiado y bien tratado por la vida, la peor parte de una carrera profesional como la suya “es con gran diferencia el sacrificio personal que tienes que hacer. Y otro tema duro es la soledad en la toma de decisiones, que solo vives de vez en cuando, con las decisiones más complicadas”. Para manejar la frustración, Goirigolzarri trata de tomársela con espíritu deportivo. Su receta vuelve a ser la serenidad y centrarse en lo que tiene que hacer, es decir, en la acción.

El presidente de Bankia aludió finalmente al proceso de concentración que vive el sector bancario y que responde a los tres retos que tiene por delante: “Uno relacionado con la covid, el reto de la digitalización que requiere inversiones muy grandes y las rentabilidades muy bajas tras cuatro años con tipos de interés negativos, que los analistas descuentan que se prolongarán 60 meses más. El mercado está penalizando a los bancos europeos con los menores niveles de cotización. Es un problema sistémico. Porque cuando cotizas por debajo de tu valor en libros es difícil que te llegue capital”, expuso. “Los bancos tienen que reaccionar. Los supervisores hablan de fusiones paneuropeas, pero no están claras. Y se ven concentraciones nacionales porque la masa crítica es necesaria para competir. Ahora vamos a asistir al segundo proceso de consolidación en España. Con la fusión de CaixaBank y Bankia se crea una entidad con un 25% o 26% de cuota de mercado”, dijo en la creencia de que no habrá problemas de competencia, “a los que hay que estar atentos”.

Cómo dar el salto

La carrera en banca de inversión sigue un camino trazado muy preciso, según los portavoces de Citi, Morgan Stanley, JP Morgan y Blarclays que se dieron cita en Deusto Business School. Se empieza en el puesto de analista, normalmente tras un periodo de prácticas de seis meses que suele arrancar en enero; a los dos o tres años se asciende a asociado, donde ya no solo se tiene contacto con los números, la información y las presentaciones sino que se empieza a participar en las reuniones con los clientes; tras otro periodo de similar duración se promociona a vicepresidente, labor que exige la búsqueda activa de clientes, para llegar a director en otros tres años.

Se trata de una industria muy exigente, que requiere gran dedicación, y de alta rotación, pero que sus integrantes tildan de trampolín profesional. Para ingresar en ella se requiere, además de los conocimientos técnicos, demostrar criterio, ser reflexivo, resiliente y empático, según Ignacio Gutiérrez-Orrantia, presidente de banca de inversión para Europa continental de Citi. A lo que el director general para España de JP Morgan, Arturo Miranda, añadió “demostrar que se es trabajador e inquieto”.

Todas estas cualidades son las que se están reclamando en el sector financiero, donde existen oportunidades de empleo. Javier Hernani, consejero delegado de BME, recomendó a los alumnos ser críticos consigo mismos y construirse como si fueran una empresa, “rellenando los huecos que os faltan”. Hay que preguntar mucho, dijo, y no asumir lo que no se sabe. “Se ha de potenciar lo que se tiene, no echar de menos aquello de lo que se carece”, aconsejó Iñaki Álvarez, su homólogo en el Grupo Catalana de Occidente, para quien empatía y asertividad son las claves de un buen directivo.

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