Jair Bolsonaro saca “tarjeta roja” a su equipo económico
El presidente de Brasil niega que vaya a congelar las pensiones, como propone su ministro de Economía, el ultraliberal Paulo Guedes
El presidente Jair Bolsonaro ha descartado crear el Renta Brasil, un programa social de distribución que el equipo económico del Gobierno había concebido como sucesor del Bolsa Familia —creado por el expresidente Lula da Silva— cuando terminara de pagarse el subsidio de emergencia que reciben los afectados por la pandemia de la covid-19. Es otra zancadilla a...
El presidente Jair Bolsonaro ha descartado crear el Renta Brasil, un programa social de distribución que el equipo económico del Gobierno había concebido como sucesor del Bolsa Familia —creado por el expresidente Lula da Silva— cuando terminara de pagarse el subsidio de emergencia que reciben los afectados por la pandemia de la covid-19. Es otra zancadilla a Paulo Guedes, el último superministro que resiste en el cargo. En un vídeo publicado en las redes sociales este martes, el presidente ha dicho que quien propone congelar las pensiones “no tiene corazón”. Bolsonaro ha rebatido así la información que han publicado varios periódicos, procedente del equipo económico de Guedes sin la aprobación del presidente.
“En mi Gobierno, hasta 2022, está prohibido pronunciar la palabra Renta Brasil. Continuaremos con el Bolsa Familia y punto”, ha afirmado Bolsonaro después de leer una secuencia de titulares en los periódicos brasileños que vinculaban la creación del programa a la congelación de las pensiones y la revisión de subsidios para ancianos y personas con discapacidad en familias con bajos ingresos. “Nunca congelaremos los salarios de los jubilados y no reduciremos ni un céntimo las ayudas a ancianos y pobres con discapacidades”.
Aunque Bolsonaro había ordenado a Paulo Guedes que creara un programa que quedara como marca de su Gobierno —borrando así una herencia estrechamente vinculada al Partido de los Trabajadores—, las alternativas que el equipo económico ha presentado no han agradado al mandatario, que no ha ocultado su insatisfacción con Guedes. La propuesta sería congelar durante dos años las pensiones, además de desvincular de la inflación el reajuste de las más bajas y endurecer las normas para conceder subsidios a personas con discapacidades. Bolsonaro no ha negado que su equipo económico había considerado estas medidas, pero ha reiterado que no él no las había aceptado.
En agosto, en un intento de satisfacer el deseo del presidente de eliminar el Bolsa Familia y crear el Renta Brasil con un valor superior, Guedes consideró la posibilidad de terminar con el bono salarial de los que cobran hasta dos salarios mínimos, eliminar el programa Farmacia Popular —que subvenciona medicamentos considerados esenciales— y resucitar un antiguo impuesto sobre movimientos financieros, como una forma de no salirse del presupuesto. En esa ocasión, Bolsonaro se negó a presentar la propuesta al Congreso y, repitiendo una frase que ha utilizado de nuevo este martes, dijo que no “tomaría el dinero de los pobres para dárselo a los más pobres”.
“A quien me proponga tal medida solo puedo sacarle la tarjeta roja. Son personas que no tienen el más mínimo corazón, no tienen la más mínima comprensión de cómo viven los jubilados en Brasil”, ha añadido el presidente.
Públicamente, Guedes ha tratado de negar el desgaste. “La tarjeta roja no era para mí”, ha declarado, y ha añadido que, en su opinión, “la reacción del presidente ha sido política, correcta”. Sin embargo, su equipo sigue siendo atacado, principalmente el secretario especial Waldery Rodrigues, que los últimos días ha defendido públicamente ideas como la congelación del salario mínimo como forma de hacer espacio en el presupuesto para el Renta Brasil.
Horas antes de que el vídeo se publicara en las redes sociales, Bolsonaro ha llamado de urgencia al ministro de Economía, según la agencia Reuters. Ni el Palacio del Gobierno ni el Ministerio de Economía han divulgado el tema de la reunión, pero al finalizar Bolsonaro ha grabado el vídeo desde su oficina.
Paulo Guedes intenta mantenerse en el cargo mientras Brasil atraviesa una turbulencia económica sin precedentes, que exige que el equipo ultraliberal presente propuestas que aumenten la intervención del Estado en la economía. El estudio del Renta Brasil se ha llevado a cabo en paralelo con el análisis de cómo mantener el subsidio de emergencia, que era de 110 dólares mensuales, pero a partir de este mes, hasta diciembre, será de 55. Esta ayuda se ha convertido en uno de los pilares que sostienen la popularidad del Bolsonaro, incluso en medio de la turbulenta gestión de la crisis sanitaria que ha matado a más de 132.000 personas en Brasil.
El Gobierno tenía pensado presentar el Renta Brasil en enero de 2021, después de que terminara el pago del subsidio a los afectados por la pandemia. Sin embargo, el Gobierno no tiene fondos suficientes para el Renta Brasil sin romper la regla del techo de gastos, dejando a Guedes en medio de un nebuloso ajedrez político y económico.
Caída del PIB
Ni siquiera la noticia de que se mantendrá la ayuda de emergencia hasta diciembre ha podido detener el desplome del PIB brasileño: la caída histórica del segundo trimestre sugiere que esta será la peor recesión que haya vivido Brasil. Además, más de tres millones de brasileños perdieron su empleo entre marzo y agosto como resultado de la pandemia, y miles de empresas han cerrado sus puertas sin ver el dinero prometido a las pequeñas empresas, lo cual aumenta la presión sobre el ministro y su administración.
Aunque Guedes todavía conserve su puesto, entre bastidores aumentan las apuestas de que será sustituido por el ministro de Desarrollo Social, Rogério Marinho, que elaboró la reforma laboral en el Gobierno de Michel Temer y goza del apoyo de la clase política.