El coronavirus lastra las emisiones de deuda de las empresas
Las compañías vuelven a los mercados de renta fija, pero lo hacen en un nivel más bajo que antes de la pandemia
Las empresas han vuelto a ir a los mercados de renta fija tras unos meses de pandemia en los que se endurecieron las condiciones de acceso. Pese a ello, las emisiones están por debajo de los niveles previos al estallido de la crisis sanitaria si se compara con los mismos meses del año anterior, según ha publicado este lunes el Banco de España, especialmente en las compañías de los sectores más afectados por la covid.
El supervisor recuerda que hubo un endurecimiento inicial del acceso por la menor predisposición de los inversores por este tipo de activos en un contexto turbulento por el...
Las empresas han vuelto a ir a los mercados de renta fija tras unos meses de pandemia en los que se endurecieron las condiciones de acceso. Pese a ello, las emisiones están por debajo de los niveles previos al estallido de la crisis sanitaria si se compara con los mismos meses del año anterior, según ha publicado este lunes el Banco de España, especialmente en las compañías de los sectores más afectados por la covid.
El supervisor recuerda que hubo un endurecimiento inicial del acceso por la menor predisposición de los inversores por este tipo de activos en un contexto turbulento por el aumento del riesgo de impago. Un fenómeno que no se dio solo en España. “Entre finales de febrero y los últimos días de marzo, se produjo un fuerte repunte de los costes de financiación de las empresas no financieras españolas en los mercados de capitales, fenómeno que se observó de forma generalizada en los mercados financieros internacionales”.
Sobre el aumento de la demanda, el supervisor lo achaca al hundimiento de la facturación de las empresas por la crisis del coronavirus. “La demanda de fondos en estos mercados se ha elevado debido al aumento de los déficits de liquidez que se ha generado como consecuencia de la brusca caída de los ingresos de las compañías”.
Por el lado de la oferta de financiación, el Banco de España hace hincapié en el aumento de los riesgos percibidos. “Tiende a traducirse en un endurecimiento de las condiciones de acceso a estos mercados, si bien este efecto podría verse mitigado por las distintas medidas encaminadas a estimular la oferta de financiación que han implementado las autoridades económicas”, argumenta en el recuadro El mercado español de deuda corporativa durante la crisis del Covid-19, que formará parte del informe de la economía española del tercer trimestre del año. De esta forma, los movimientos de las autoridades ayudan a una reducción de los costes de financiación. Lo que ha favorecido el aumento de las emisiones.
Pese a esta evolución favorable de las emisiones de deuda, el banco señala que la financiación captada por las empresas en los mercados desde el estallido de la crisis sanitaria es algo inferior a los niveles previos a la pandemia. “A mediados de agosto los costes de financiación se situaban todavía por encima de los niveles anteriores al estallido de la crisis del Covid-19, en torno a 25 puntos básicos más elevados en el caso de los bonos con calificación de grado de inversión y a 300 puntos básicos en los de la categoría de alto rendimiento”, dice el supervisor. Es decir, la emisión está rebotando, pero todavía no con la fuerza suficiente probablemente por la incertidumbre existente.
Con ello, los mercados de renta fija han contribuido a la cobertura de las necesidades de financiación de las empresas españolas, aunque por debajo de los niveles anteriores al coronavirus. “En marzo de 2020 hubo una caída intensa de las emisiones brutas (...) y la emisión neta (emisión bruta menos amortizaciones) fue negativa y alcanzó el importe más reducido desde febrero de 2014″, explica el banco, a lo que añade: “Sin embargo, a partir de abril hubo una recuperación importante de la actividad en los mercados primarios de renta fija, de modo que la emisión neta volvió a ser positiva, aunque los volúmenes emitidos se habrían reducido al final del período analizado”.
Peor calificación
La calificación crediticia del saldo vivo de estas emisiones también se ha deteriorado. En concreto, las rebajas en las calificaciones han afectado al 9,4% del saldo. Tras las modificaciones, el grueso del saldo vivo (un 80%, solo un punto menos que antes de la pandemia) se mantiene en la categoría de grado de inversión.
El supervisor justifica este deterioro por las rebajas de calificación de las empresas que operan en los sectores más afectados por la crisis del coronavirus. Y considera que el efecto reducido sobre el saldo vivo que se mantiene en grado de inversión se debe a que las caídas de calificación se han concentrado en valores que antes del comienzo de la crisis sanitarias ya se situaban dentro de la categoría de alto rendimiento (inferior a la de grado de inversión).
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