Un negocio con madera de éxito
Decowood, que tuvo unos inicios modestos, diseña, fabrica y vende más de 5.000 muebles
Josep Talavera había montado un negocio que utilizaba cajas de madera y tuvo una idea no muy original: venderlas en una nueva empresa que empleara el dominio cajasdemadera.com. Google no premiaba tanto como ahora a sus anunciantes y con ese nombre se aseguraría un buen posicionamiento en el buscador. El barcelonés se lanzó solo y con sus ahorros de 3.000 euros. Los beneficios, dice, llegaron pronto, pero más importante aún fue que aquello le ...
Josep Talavera había montado un negocio que utilizaba cajas de madera y tuvo una idea no muy original: venderlas en una nueva empresa que empleara el dominio cajasdemadera.com. Google no premiaba tanto como ahora a sus anunciantes y con ese nombre se aseguraría un buen posicionamiento en el buscador. El barcelonés se lanzó solo y con sus ahorros de 3.000 euros. Los beneficios, dice, llegaron pronto, pero más importante aún fue que aquello le llevó a conocer a Fernando Jiménez, que trabajaba en una empresa de decoración de la que Talavera era proveedor. Ambos coincidieron en que era posible vender mobiliario por Internet con éxito y que fabricándolo el margen sería superior.
En 2016 se asociaron y comenzaron a cimentar Decowood, una empresa que diseña, fabrica y vende más de 5.000 muebles de madera y productos de decoración y que en 2019 facturó 3,8 millones de euros. Hace cuatro años, sin embargo, no era más que un mero agregador de productos que se vendían en otras webs, pues Talavera había replicado la idea de las cajas con los cabeceros y había creado cabeceros.com y dominios equivalentes en otros países europeos. Las ventas de este producto tiraron del resto de su catálogo, según cuentan ambos emprendedores en una entrevista por videoconferencia a la que Talavera se conecta confinado y recuperándose del virus. “Sabíamos que con tres o cuatro piezas simples podíamos fabricar gran cantidad de objetos de decoración, y aquello nos permitió realizar una inversión seria en producto, maquinaria y personal”, recuerda Jiménez.
Hoy trabajan 20 tipos de maderas, todas ellas de bosques sostenibles españoles. El pino representa el 80% de la producción de su fábrica, ubicada en Granollers (Barcelona) y en la que trabajan 40 personas en total.
Información precisa
Una de las peculiaridades de la estructura de Decowood es que son los propios diseñadores quienes describen los productos en la página web. “Diseñar y presentar pueden parecer actividades deslindadas, pero en el comercio electrónico no lo son”, afirma Jiménez, y puntualiza: “Es fundamental compensar la ausencia del producto físico con una información precisa de él”. Con inversiones anuales de 300.000 euros en Google e Instagram, la empresa obtiene el 80% de sus ingresos por canales propios. “Nos gastamos mucho dinero porque lo recuperamos al dirigir esas campañas a un target joven e independizado, que huye del modelo homogeneizador de Ikea”, continúa el emprendedor. El otro 20% procede de ventas en Amazon y en la francesa Veepee.
Una de las ideas que más repiten es que el suyo es un proyecto rentable “desde el minuto uno”. “Sabemos que la empresa que predomina es la que recibe grandes inversiones y espera beneficios”, cuenta Talavera, “pero para nosotros cada acción debe ser rentable, y si puede no serlo, no la llevamos a cabo”. Aunque no revelan datos anuales de resultados, ambos socios afirman que reinvierten en Decowood “entre el 80% y el 90%” de los beneficios de la empresa, que sitúan en un millón de euros desde que se asociaron.
Dicen estar bien situados para afrontar la crisis derivada de la pandemia y para este año prevén facturar entre 5,5 y 6 millones. Sus ventas a otras empresas han resistido el confinamiento — afirman que han pasado de suponer un 30% a un 20% de los ingresos totales— y crecen fuertemente fuera de España. Los seis países europeos a los que realizan envíos suponen el 40% de su facturación, y especialmente en Francia viven un momento dulce. De momento no se plantean aliarse con productores y fabricantes locales, pese a que, reconocen, eso contesta a su apuesta por los productos de kilómetro cero.
En el futuro, Jiménez no descarta abrir un local físico. No olvida que “en la decoración, con Ikea al frente, todavía la venta en tienda es mayoritaria”. Así que cree que podría funcionar “un pequeño espacio donde exponer y favorecer la compra online”, concreta. Talavera, por su parte, sostiene que tampoco cierran la puerta a inversores: “Estamos abiertos a partners estratégicos, pero sin renunciar a nuestro modelo de negocio”.