El rastreador del virus

Genetracer Biotech cambió su modelo de negocio y se enfocó en un sistema para detectar brotes en las empresas

Carlos Cortijo, consejero delegado de Genetracer.

Las prioridades como investigador de Carlos Cortijo cambiaron después de la muerte de su padre a causa de un cáncer de pulmón. A partir de ese momento, este farmacólogo cántabro que analizaba la toxicidad de ciertos medicamentos se orientó a la detección precoz de aquellos tumores que, como el de su progenitor, habían tenido un diagnóstico tardío. En 2012, con 300.000 euros reunidos con el apoyo de un familiar y un inversor, lanzó Genetracer Biotech, “una rara avis ...

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Las prioridades como investigador de Carlos Cortijo cambiaron después de la muerte de su padre a causa de un cáncer de pulmón. A partir de ese momento, este farmacólogo cántabro que analizaba la toxicidad de ciertos medicamentos se orientó a la detección precoz de aquellos tumores que, como el de su progenitor, habían tenido un diagnóstico tardío. En 2012, con 300.000 euros reunidos con el apoyo de un familiar y un inversor, lanzó Genetracer Biotech, “una rara avis en el escenario emprendedor”, que aspiraba a ofrecer “un servicio integral de prevención y diagnóstico precoz de todo tipo de cánceres”, pero, ahí la singularidad, antes debía realizar una larga investigación previa. Sólo para combatir el de pulmón necesitarían años hasta lograr un producto comercializable.

En esa situación, Cortijo y su equipo, hoy compuesto por 11 empleados, generaron una vía alternativa de ingresos con análisis genéticos de tumores ya diagnosticados, con los que identifican si el fármaco que los combate es efectivo. En siete años, sus clientes, varios hospitales y aseguradoras médicas, han ido creciendo hasta permitirles facturar el último ejercicio 300.000 euros y cosechar “unas pequeñas ganancias”. Sus investigaciones, mientras, avanzaban. “En 2018 consolidamos una idea de cómo dar con marcadores directos del cáncer de pulmón desde una toma de sangre”, explica Cortijo. Tenían pensado comercializar el servicio en 2021. La pandemia, sin embargo, golpeó su cuenta de resultados. “Teníamos que actuar y vimos que la capa de inteligencia artificial (IA) con la que trabajábamos permitía el rastreo de contagios”, sostiene. Así surgió Covidstad, en el mercado desde junio, una aplicación en la que se han sustanciado los esfuerzos por adaptar esa IA.

El software mejora la seguridad en el centro de trabajo y ahorra costes. Los empleados rellenan a diario un test de contactos y la app les asigna un perfil de riesgo, de tal forma que “si alguien da positivo o tiene que aislarse”, la empresa “no necesita hacer tests a todos los trabajadores, sino a una parte”. Ese ahorro es una de sus principales utilidades. Además, mejora la toma estratégica de decisiones y provee certificados sanitarios con blockchain. Genetracer ha cerrado ya “más de 30 acuerdos” para adquirir Covidstad y espera alcanzar los cien para ingresar este año un millón de euros por este servicio.

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