Así es la empresa española que valía 83 millones hace cuatro años y ahora se tasa en 1.600 millones
Solaria, la compañía decana en España en energía fotovoltaica, saca petróleo en Bolsa por el furor por las energías renovables
Pese a su corta vida, la energía solar ya ha protagonizado culebrones propios de sectores económicos más maduros. La fuerte apuesta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, los recortes de Mariano Rajoy que han llenaron los tribunales de demandas, y ahora una etapa de mayor serenidad y compromiso con las energías renovables donde la solar es la estrella indiscutible. Entre medias, un brutal abaratamiento de esta tecnología de producción de electricidad que ha dejado a China como líder mundial en fabricación de paneles ...
Pese a su corta vida, la energía solar ya ha protagonizado culebrones propios de sectores económicos más maduros. La fuerte apuesta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, los recortes de Mariano Rajoy que han llenaron los tribunales de demandas, y ahora una etapa de mayor serenidad y compromiso con las energías renovables donde la solar es la estrella indiscutible. Entre medias, un brutal abaratamiento de esta tecnología de producción de electricidad que ha dejado a China como líder mundial en fabricación de paneles fotovoltaicos.
Solaria es la decana — empresa creada en 2002— de este tortuoso camino y supo adaptarse a los vaivenes. En principio, su actividad era la producción de paneles solares pero abandonó la fabricación, que a punto estuvo de llevársela por delante, para centrarse en la construcción y explotación de parques solares. Nada fácil fue el cierre de su fábrica de Puertollano (Ciudad Real). Víctor Peiró, director de análisis de GVC Gaesco la define como una eléctrica más frente a gigantes como Iberdrola, Endesa, Naturgy, con la diferencia de que únicamente produce energía con la ayuda del sol.
Además, frente a otras competidoras, su negocio está centrado en España de donde proviene más del 80% de su facturación con una modesta presencia en Italia y Latinoamérica. La covid-19 no ha trastocado sus cuentas del primer trimestre del año en el que ha instalado 50 megavatios nuevos. Las ventas han subido un 29% hasta los 10,8 millones de euros y su beneficio neto se ha situado en 7,18 millones con un aumento del 39%. El ejercicio 2019 lo cerró con unas ganancias de 23,9 millones.
Gracias a estas números, grandes grupos inversores muestran su interés por Solaria. Así, en este mismo mes de julio, el gigante de la inversión BlackRock declaraba poseer el 3% del capital de la solar y también DWS Investment, el brazo inversor de Deutsche Bank, anunciaba al organismo supervisor una participación del 3,27%. Un paquete que fue adquiriendo en los últimos cuatro meses. Pero la compañía está blindada ante posibles ofertas ya que a través de DTL Corporación, la familia Díaz-Tejeiro controla el 44,9% de la sociedad. Arturo Díaz Tejeiro es actualmente consejero delegado de Solaria que preside su padre Enrique, fundador de la compañía.
Aunque ningún portavoz de la compañía ha querido hacer declaraciones para este reportaje, las previsiones del mercado apuntan a un crecimiento importante para los próximos años en una sociedad que demanda cada vez más energía verde y que ha elegido el camino de la electrificación. Víctor Peiró explica que el objetivo es terminar el año con una potencia instalada de 900 megavatios, “lo que le permitirá tener un cash flow (beneficios más amortizaciones) fuerte”. “La compañía tiene el liderazgo solar en España frente a las grandes compañías y su objetivo es alcanzar los 3.000 megavatios en 2023, y ya cuenta con una cartera comprometida de 5.000 megavatios que tendrá que ir desarrollando”, explica el experto de GVC Gaesco.
Equipo gestor
Para Ignacio Cantos, socio director de atl Capital, la gran ventaja de Solaria es que cuenta con buenos gestores, con buenos contratadores. “Eso les permite tener el coste más bajo del resto del sector por megavatio, lo que hace que sus explotaciones tengan una rentabilidad más elevada”. Y añade: “Cuentan con permisos y conexiones al nodo y fincas alquiladas para la producción de electricidad. Además, después de la ampliación de capital que hicieron en julio de 2018 cuentan con recursos suficiente, al menos hasta 2022 para sus planes”, explica el experto.
La visión positiva de Solaria se extiende a la práctica totalidad de analistas que siguen este valor, quienes en ningún caso aconsejan vender sus acciones. Las recomendaciones apuntan a mantener o comprar estos títulos. Uno de los más optimistas es Jorge Alonso Suils, analista del banco francés Société Générale que da un precio objetivo de 13,3 euros por acción en un horizonte de 12 meses (el jueves pasado Solaria cerró la sesión a 12,99 euros).
Sin embargo, Alonso advierte de riesgos que podrían afectar a la marcha de la eléctrica solar. El primero llegaría por “un retraso en el despliegue de la nueva capacidad esperada por escasez de financiación, cambio en la regulación o falta de los permisos requeridos”. Otro obstáculo que podría surgir en el horizonte,según Alonso, es un precio inferior al esperado para la energía producida, lo que tendría un impacto negativo, así como cualquier aumento inesperado en el gasto de capital por megavatio, reduciendo la rentabilidad del proyecto.
Su modelo de crecimiento ha sido exponencial. Solaria estaba valorada en el mercado en 2016 en 83,4 millones de euros y ahora vale más de 1.600 millones (más que Ence, Meliá o Indra, pertenecientes al Ibex 35). Para Ignacio Cantos lo que le diferencia frente a otras firmas del mundo renovable como Audax o Grenergy es que está centrada solo en energía solar y no aborda otras como la eólica. “Además, su estrategia no es la de desarrollar los parques solares para luego venderlos: todavía no ha rotado ningún parque. También tiene firmados menos acuerdos de producción con empresas (los llamados PPAs) y la venta directa de la energía tiene ahora mejores márgenes que los de esos acuerdos”, explica el experto.
En esta idea de singularidad de Solaria abunda Víctor Peiró. “Construyen parques para quedarse a explotarlos durante los 25 años que dure la concesión. Ellos no gestionan los parques y los venden, sino que los explotan. Es posible que sí veamos este año o el próximo alguna venta de un parque, aunque será un hecho extraordinario para adelantar flujo de caja y acometer nuevos proyectos”, concluye.
Alta tensión
El interés del dinero por entrar en Solaria se ha reflejado en su cotización y valoración en Bolsa. En un año más que complicado para el mercado español, la acción lleva subiendo el 89%, después de un 2019 también de vértigo en las alzas. En este sector de fuerte crecimiento, las valoraciones son generosas por parte de los analistas, pero para justificarlas la empresa tiene que ir cumpliendo los planes anunciados. Su espectacular marcha en Bolsa ha dejado ya poco margen para subidas, según indica Peiró. “Ahora se valora los megavatios previstos por construir, pero cuando estén ya en funcionamiento, desaparecerá la incertidumbre, y habrá entonces margen para nuevas subidas”. Solara cotiza, según Société Générale a 58 veces los beneficios estimados para 2020. Sin embargo, si logra cumplir sus objetivos de ganancias para 2022 el ratio sería de solo 17 veces.